Te volví a ver de nuevo, y apesar de haber cumplido tus veintidós hace dos días, estabas precioso.
Observé, a lo lejos, como te besabas con ella mientras algo ardía en mi interior, pero lo ignoré.
Estabamos todo el grupo hablando y riendo en la playa, y vos llegaste para sentarte a mí lado.
Noté tu mirada en mí y te miré para ver que no me equivocaba, y sí, me estabas mirando.
Ella me habló de vos tras nuestra conversación, y me enteré de que eras Inglés. Ella hablaba de vos cómo si fueses una obra de arte digna de ver, y no podía negarle aquéllo.
Ella te amaba, pero yo no podía amarte, porque creí amarlo a él.