Fos días después volvimos a reencontrarnos todo el grupo. Tú y yo estábamos alejados de los demás que se encontraban rodeando la hoguera de aquella colina mientras veíamos el anochecer.
Tú estabas con ella, y yo estaba con él. Ahora estábamos nosotros.
—Creo que te amo...
Leíste para después beber de tu cerveza recostado en aquél árbol de la colina.
—Someday, Nicole.
—Algún día... —traducí en voz baja.
—Algún día sólo seremos nosotros, en otra vida —dijiste, para luego sorber de tu cerveza.
—Tú no me amas —te dije.
Me miraste pero yo seguía con la vista puesta en el horizonte.
—No puedo amarte porque ya la amo a ella.
—Someday, ¿verdad?
Te miré y asentiste sin apartar la vista de mis ojos.
—Algún día dentro de siglos. Tal vez años o décadas, pero se que te amaré.
—En nuestra próxima vida.
Sonreíste y asentiste.
—En nuestra próxima vida, pequeña Nicole.
—No soy pequeña, Otis —dije un tanto molesta.
—Eres mi pequeña.
Reí y le pegué un sobo a mi cerveza.
—Someday, Otis.
Desvíe la vista hacía el horizonte y una brisa de aire fresco provocó que los pelos me parecen la
—Seré feliz en mi próxima vida junto a ti, Nicole.
—Lo mismo te digo, Otis.