En Otra Vida

Capítulo 3: "Una amistad que da paso al amor"

Ya está por cumplirse un mes más de amistad con Misa, de una amistad que cada día se va fortaleciendo más entre los dos, aunque yo no quiero conformarme solo con ser su amigo, yo quiero ser más que ello, y creo que tres meses de amistad ya fueron suficientes, para conocernos más y conocer de nuestras familias, quienes, por cierto, están más que felices con nuestra amistad, ya que la misma es favorable para la empresa y para los futuros negocios que harán nuestros padres.

Quien no está nada contenta es Bárbara, ella incluso ha ido a verme a mi casa en cuanto se enteró de nuestra amistad, para preguntarme, ¿qué es lo que estaba buscando con Misa?, yo por supuesto fui muy honesto con ella, y le respondí que Misa me gustaba, esta respuesta no fue de su agrado, y empezó a decirme que me alejé de su amiga, yo por supuesto no le hice el menor caso a sus palabras y seguí adelante con mi amistad con Misa, amistad que desde que empezó siempre ha intentado destruir Bárbara con sus comentarios infundados hacia   mí, por suerte Misa es una chica muy inteligente, y no se deja manipular por los comentarios infundados de ella.

Por otro lado, Dylan dice que me ve muy enamorado, yo antes hubiera rechazado su hipótesis, pero esta vez no puedo hacerlo, pues es la realidad, estoy muy enamorado de esa niña, tan enamorado que ya no quiero seguir siendo solo su amigo, no, ya no quiero ello, por ello desde hace una semana, vengo preparándolo todo para mi declaración, declaración que hoy pienso llevar a cabo, en cuanto termine mi última clase en la facultad y vaya a buscarla a la suya, pues ella ahora ya está en la misma universidad que yo, y ello pues nos ha unido mucho más.

 

—Amigo, listo— decía Dylan, sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué? — pronuncié.

—La clase ya termino— acoto Dylan.

—Vaya, esta tan inmerso en mis pensamientos que ni lo note— pronuncie, mientras esbozaba una sonrisa.

—Me di cuenta de ello— dijo mi amigo sonriendo, mientras se ponía de pie.

—Espérame, yo también ya me voy— agregue, tras recoger mis cosas.

—Hoy es el día, ¿verdad? — pronunció Dylan, mientras caminaba hacia la puerta de salida del aula.

—Sí— respondí con una amplia sonrisa en mi rostro.

—Todo saldrá bien, ella siente lo mismo que tú—dijo Dylan con seguridad.

—¿Se lo ha dicho a tu hermanita? — respondí lleno de felicidad.

—No, pero ello se percibe— acotó Dylan sonriendo, mientras caminábamos hacia la salida del aula.

 

Nuestra tan entretenida platica se vio interrumpida por la presencia de alguien que no espere y más tras nuestra última plática en mi casa, en verdad creí que había dejado todo claro con ella, pero al verla allí parada, mirándome fijamente, como si con sus ojos pudiera inmovilizarme, me di cuenta que nada había quedado claro para ella.

 

—Voy adelantándome— dijo Dylan, tras mirarnos a ambos, mientras yo pensé—«Vaya buen amigo que tengo»

—¿Podemos hablar? — pronuncio Bárbara rompiendo su silencio, pero sin dejar de mirarme.

—No tenemos nada de qué hablar, creo que ya lo hemos hablado todo—pronuncié con firmeza.

—No, claro que no—dijo Bárbara con cierto dolor en su voz.

—Bien, entonces hablemos—respondí.

—Aquí no—agregó ella.

—No dispongo de tiempo Bárbara, lo que tengas que decirme dímelo aquí— pronuncie.

—Vamos al cafetín, no nos llevará mucho tiempo ir a este, además allí podremos hablar mejor que a mitad de un pasillo— añadió ella.

—Está bien, pero será la última vez que hablemos— dije.

—Bien— añadió Bárbara.

 

Tras esas palabras ninguno de los dos pronunció algo más, solo nos limitamos a caminar hacia el cafetín de mi facultad que quedaba en el mismo piso en el que estábamos. Una vez que llegamos al mismo buscamos alguna mesa vacía, y caminamos hacia ella.

 

—Ya estamos aquí— pronuncie tras tomar asiento.

—No te quitare mucho tiempo—dijo Bárbara.

—¿Qué más quieres decirme? — agregué.

—E hablado con Misa…— pronunció ella.

—¿Qué?, ¿qué nueva mentira le has dicho? — respondí en tono molesto.

—Nunca le he dicho mentiras, siempre he sido honesta con ella y contigo, pero veo que ella no quiere escuchar y tú no eres capaz de aceptar, por lo mismo no pienso seguir insistiendo— dijo Bárbara.

—Si eso es todo lo que tenías que decirme, ya me voy— pronuncie poniéndome de pie.

—No cometas los mismos errores que en tus anteriores relaciones, si en verdad la amas, no los cometas, Misa es muy sensible— respondió Bárbara, mientras se ponía de pie.

—No sé de qué errores hablas— dije molesto—Ya que yo siempre era el que daba todo en una relación.

—Aceptar un error no es malo, repetirlo si lo es— acotó ella.



#1085 en Fantasía
#4185 en Novela romántica

En el texto hay: fantasia, romance, drama

Editado: 15.02.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.