En Otra Vida

Capítulo 29: "Conquistándote nuevamente - Parte II"

Tras la visita de Misa y su familia a mi casa, yo acompañe a ella a la suya, durante el trayecto nos pusimos de acuerdo en la hora y lugar al que iríamos esa tarde.

Al volver a casa, estaba muy ansioso y feliz a la vez, ya que a pesar de aun no escuchar de sus labios que le gustaba, yo podía sentir que ello era así, y ello me ponía muy feliz.

El momento de ir por Misa, llego, al estar frente a su casa, sentí una inmensa alegría, pues ahora estábamos más cerca, ahora podría verla todos los días.

 

—Valentino — escuche.

—¡Hola Misa! vine por lo que quedamos — pronuncié.

—Te estaba esperando — dijo ella, mientras, yo me acerque, para depositar un cálido beso en su mejilla.

 —¿Puedo tomarte la mano? — añadí.

—Sí, si puedes — contesto ella dulcemente.

—¡Gracias por aceptar salir contigo¡ — agregué.

—Eres mi amigo — dijo ella un tanto sonrojada.

—Sí, es cierto, al menos por ahora somos solo ello — respondí, aumentado el rubor de sus mejillas.

—Vamos antes que mis padres quieran invitarte a pasar y nuestra cita se quede en nada — dijo ella sonriendo.

—Sí, tienes razón — contesté, tomando su mano.

 

Misa y yo caminamos hacia mi auto, una vez que estuvimos en este, yo emprendí camino hacia una heladería cercana al lugar donde vivíamos. Una vez que estuvimos frente a esta, bajamos del auto e ingresamos al lugar, al poco tiempo una mesera nos tomó el pedido, mientras esta fue por este, Misa y yo seguimos platicando más del otro, tal vez con la intención de conocer algunos detalles de los cuales no habíamos hablado en nuestras anteriores citas.

 

—Entonces no tienes novio — dije, tratando de ocultar mi alegría, mientras la miraba fijamente.

—No, nunca lo he tenido — contesto ella, a los pocos segundos se cubrió con sus manos su boca, tal vez por pena de haber confesado algo tan íntimo y a la vez un tanto extraño, pues ella era muy hermosa, pero al igual que en su anterior vida, yo volvería a tener el privilegio de ser su primer novio, solo que esta vez, ella también sería mi primera novia.

—Pues eso me alegra y no te avergüences, eso te hace más especial para mí, pero quieres saber algo — dije con calidez, mientras en mi rostro se plasmaba una sonrisa.

—Sí, dime — respondió dulcemente.

—Yo tampoco he tenido novia, siempre estuve esperando a la chica de mis sueños — dije sonriendo.

—¿La chica de tus sueños? — pronunció ella un tanto intrigada.

—Sí — respondí con firmeza.

—¿Y cómo es ella? — añadió Misa en tono curioso.

—Como tú — dije con calidez, tomando sus manos sobre la mesa, al tiempo que la miraba con dulzura.

—¿Cómo yo? — contestó nerviosa ella, al sentir sus manos entre las mías.

—Si, como tú, Misa, ya no quiero guardarme más esto que siento, ya no quiero seguir siendo solo tu amigo. Misa, me gustas, me gustas mucho, desde que te vi supe que eras la niña de mis sueños, dame la oportunidad de conquistar tu corazón, te lo pido ¡por favor! — dije con voz temblorosa.

—Tú también me gustaste desde que te vi, y conforme más te he tratado siento que me gustas más, es extraño, pero es como si te conociera desde hace mucho, como si te hubiera estado esperando — respondió con voz quebrada Misa.

—Entonces, ¿Me darás esa oportunidad? — dije mirándola a los ojos.

—Sí, claro que sí — contestó Misa, sonriendo.

—¡Gracias! ¡muchas gracias! prometo no fallarte esta vez — dije, en mi emoción.

—¿Qué? — respondió confundida ella.

—Prometo respetarte, amarte, protegerte, siempre — agregue.

—¿Por qué dijiste fallarme?, tu desde que nos conocimos, no me has fallado nunca — pronunció Misa.

—Bueno, es un decir, ¿no? — dije sonriendo.

 

Para mi suerte la mesera llego con nuestros pedidos, y ello basto para que Misa y yo cambiáramos de tema de conversación, mientras empezábamos a comer nuestros helados.

Una vez que los terminamos, decidimos ir a caminar por las calles del pueblo, si bien aún no teníamos nada formal, el volver a tener la oportunidad para conquistarla me hacía muy feliz, esta vez pensaba ir con paciencia con ella, viviendo cada etapa de nuestra vida, ya habíamos sido amigos, bueno aún seguíamos siendo, solo que ahora éramos amigos especiales, estábamos en la etapa de conocernos más, y aceptar los cortejos del otro, más no éramos aún novios, aunque los pareciéramos.

Ese día caminamos por casi dos horas tomados de la mano por algunas calles del pueblo, incluso nos tomamos algunas fotos juntos.

Un día Misa y yo decidimos ir a una feria que había llegado al pueblo. Misa amaba las ferias, ella me lo comento, y yo recordé que la Misa que conocí en mi otra vida también amaba estos lugares. En la feria había muchos puestos de comida, artesanías, globos, entre otros productos. Yo me acerque a uno de estos puestos, y compre un globo en forma de corazón y se lo entregue a ella.



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En el texto hay: fantasia, romance, drama

Editado: 15.02.2023

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