En proceso

✓mi verdadero nombre.

El cielo estaba cayéndose, cuando volvía a leer una y otra vez la carta, me sentía seca por dentro, sin emociones, solo dolor y odio, el horrible deseo de morir pero ser tan cobarde de quitarme yo misma la vida, pero esa no era la solución, ¿Y si muero y no encuentro nada? Tampoco parecía mala idea, era mejor que vivir esta vida sin el, no podía pensar, no podía, todo en esa habitación me recordaba a el, todo en esa casa, el balcón donde muchas noches nos sentamos a besarnos y a hablar de cualquier tontería, la cama que ahora me parece inmensa para mí sola, con el me parecía pequeña, mis brazos fríos ya no tendrían quién los calentará, Emmett siempre me los frotaba. Ese sueño fue su despedida, me regaló un adiós largo y perfecto, uno que jamás podré olvidar, si, vivimos juntos, si, me entregué mil veces por completo, si, nos casamos, todo fue y lo será real para mí, el lo sabe, yo lo se.
La lluvia caía sin piedad, abrí los vidrios corredizos y le di la bienvenida a mi habitación, la lluvia entraba como balas chocando en cada esquina y mojando mi cuerpo por completo, uniéndose con mis lágrimas y opacando cada grito de desespero y dolor, ya no podía sostener mi propio peso, me deje consumir, tirada de espaldas, ¿Qué haría con mi vida sin Emmett?
***
Habían pasado nueve días, nueve malditos días sin querer comer, sin dormir, sin vivir.
Lucía estuvo conmigo pero mi amargura me hizo correrla, después me arrepentí volviendo a quedar sola, algún día me perdonara, solo quería tiempo.
Mi madre está muy preocupada por mi, pero no necesito lastima ni preocupaciones de nadie, lo necesito a él.
Mi padre, no entiendo como puede dormir por las noches, el no merecía vivir tranquilo mientras Emmett está bajo tierra por su culpa, algún día las pagara todas, me ha jodido la vida desde el primer momento que lleve a Emmett a mi graduación. Me arrepiento tanto de haber dejado a cleighton hablar con Emmett, desde esa noche empezaron mis problemas pero jamás...jamás imaginé que esto acabaría así, no de esta manera.
Marcos, tambien me visito en varias ocasiones, el si me entendía, el estaba sufriendo por Emmett, su mejor y único amigo, me abrazó y lloramos, yo en su hombro y el en el mío, conversamos por horas, recordándolo, hasta pude sonreír un poco, Emmett era todo un personaje, el fue perfecto.
Gerard, pues recibí una llamada de el dándome la hubicación de la tumba de Emmett, hoy iré con marcos.
Rodrick, el también estaba destrozado como su padre, pero era el que le daba fuerza al señor Gerard, ojalá yo tuviera esa fortaleza que tiene rodrick.
Todos tenemos nuestro forma de llevar un duelo, una parte de nosotros—una muy grande en mi caso— muere cuando un ser amado no está, yo me sentía muerta por dentro y más cuando me acerque a su lápida, fue como un ¡REACCIONA, CAE EN CUENTA, NO VOLVERÁ!
Emmett Sánchez
1987-2013
Hijo, hermano, amigo, siempre vivirás en nuestros corazones.


Esto era una pesadilla, una película donde el guionista se sentía malditamente triste como para escribir mi historia tan deprimente. 
—te dejare sola un momento para que puedas desahogarte ¿Vale?— dijo marcos dejando un beso en mi frente.
¿Desahogarme? No sabes nada marquito, yo lo que quería era cavar un hoyo justo aquí y enterrarme viva junto a mi amado, no quería más nada.
— te traje tus rosas favoritas, las mismas que sembraste en casa de tu padre. Quería decirte que esto es muy difícil, no se cómo salir de este pozo sin fondo, cada día voy cayendo más y más, no se cuando terminara mi dolor, tengo tanto miedo, tengo...tanto que decir y no tuvimos tiempo, no sabía que te estabas despidiendo, no sabía que al volver te encontraría aquí, no sabía que te había perdido mucho tiempo atrás, lo siento tanto Emmett, perdoname.
Abrace su lápida fría y gris, llorando de nuevo.
—¿Cuando terminara esto? ¿Cuanto tiempo tendré que cargar la cruz del dolor y la culpa en mi espalda? Pude haber cambiado nuestro destino, pude haber peleado por ti, pude detenerte, ¿Por qué tuviste que irte? ¿Por qué no me encontraste? Yo te estaba esperando ¡y todavía lo hago! Pero debo dejarte ir, tengo que hacerlo Emmett, tengo que dejarte descansar en paz, aunque sea lo más difícil que haga, esto es horrible, ¿Que haré sin ti Emmett? 
***
Tres meses después...
Retome mi trabajo en la empresa, tenia que salir de esa casa, me estaba volviendo loca, pensé mucho en venderla, pero el valor sentimental era muy grande, ya no la veía con sufrimiento sino con felicidad, hay compartí con Emmett, si ya lo sé, ¡fue un sueño carajo si que lo sé! Pero fue en esa casa.
Se me ha hecho muy difícil recuperarme, todavía tengo la herida al rojo vivo, pero estoy acostumbrandome a vivir con el dolor en el pecho que no se me quita ni durmiendo veintitrés horas al día, pero bueno, ya es parte de mi vida. Todas las noches me reconforta hablarle, no sé si me estará escuchando donde esté, pero siento su presencia, sus ojos fuertes me persiguen, lo siento en las noches frías dándome calor, quizá perdí la cabeza, pero de la manera más hermosa.
Su carta la leo muchas veces a la semana, más de las que debería, no es muy sano pero me hace sentirlo cerca, ya no lo lloro mucho, bueno si, pero no como antes, ¡demonios para que ocultarlo!, sigo llorandolo como bebé con hambre, pero bueno, en fin.
Era la hora del almuerzo, las horas pasan más rápido y eso era una ventaja para mí, quería llegar a casa y encerrarme como en estos últimos meses, Moury me invitó a comer pero le decline la invitación de buena manera, tenía una cosa que hacer.
Pase por una joyería en el centro y busque entre todos los anillos uno parecido al que Emmett me había regalado para nuestra boda, pero ninguna era ni remotamente parecido.
— señorita, disculpe, quería saber si estos de aquí eran los únicos anillos de compromiso que tenían, es que estoy buscando uno en específico o alguno que se le parezca.
— lo siento, esos son los únicos que tenemos— respondío la chica detrás del mostrador.
— oh,vaya, bueno...iré a otra joyería, muchas gracias— me despedí, cuando la escuché detenerme.
— ¡señorita! ¡Hey!
Gire sobre mis talones y la chica me hizo una seña para que me le acercara de nuevo.
Tenía una caja de terciopelo roja en sus manos.
— este anillo lo mandaron a fabricar hace casi tres años atrás, la persona que lo encargo nunca lo vino a retirar, así que puede que le guste.
Me lleve ambas manos a la boca ahogando un expresión de sorpresa, era el anillo de mis sueños, era el mismo anillo, elegante pero sencillo, con una hermosa piedra en el centro.
¿Casualidad? No lo creo, esto me hizo levantar el corazón del piso, me hizo sentir viva, reconstruida, me dio fe y esperanza.
 Oh mi Emmett.
— okey, entonces ya que se lo lleva, debe decirme su nombre para llenar la hoja de venta.
— por supuesto, me llamo MARINA DE SANCHEZ.




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