Duérmete pronto mi amor
Que la noche ya llegó
Y cierra tus ojos que yo
De tus sueños cuidaré
Siempre a tu lado estaré
Y tu guardián yo seré
Toda la vida
Juanes
Abrí los ojos, sobresaltada, y sin darme cuenta de dónde estaba. Inmediatamente busqué a Francesco, que no estaba a mi lado. Por un momento sentí pánico, pero escuché un ruido que atrajo mi atención.
Me levanté, sigilosa, y llegué al living.
Las ventanas estaban abiertas y una tenue brisa movía las cortinas. Una canción conocida sonaba por los parlantes.
Me acerqué en silencio a la ventana. Francesco estaba de espaldas a mí, por lo que no me había visto. Al acercarme, vi que señalaba hacia el cielo, y escuché lo que estaba diciendo:
-Y en aquella estrella, está tu hermana, que te cuida desde que llegaste a la panza de mamá. Siempre podrás encontrarla allí, y cada vez que quieras, tu hermana estará para tí, Iris.-
Me acerqué a ellos con lágrimas en los ojos.
-Ey, espero no interrumpir-.
-Nunca, preciosa. Simplemente le estaba enseñando a la pequeña Iris dónde puede encontrar a su hermanita. Ahora que es grande y que mañana cumple su primer añito ya debe saberlo-.
Iris se incorporó del hombro de su papá, estiró su bracito, y con su manita regordeta señaló las estrellas.
-Muy bien, pequeña, así es. Allí está tu hermana... ¿Y dónde está tu hermano? Ve, dale un besito-
Iris se inclinó sobre Francesco y se bajó de sus brazos. Con cierta dificultad se acercó a mí caminando, y me plantó un beso en toda la barriga. Cada día se hacía más grande, y eso que estaba solo de cinco meses. Nuestro tercer hijo, Theo, nacería Dios mediante para la Navidad, y nosotros no podíamos más de felicidad.
Si bien en ocasiones nos embargaba el miedo, confiábamos en que no nos vendrían pruebas que no fuéramos capaces de soportar. Era increíble cómo esa pequeña niña había curado tantas heridas apenas la tuvimos en brazos. Era increíble cómo el amor sincero y fuerte podía sanar tanto.
Miré a mi esposo, a mi hija que había vuelto a los brazos de su padre, acaricié mi panza y tiré un beso a las estrellas. Nos abrazamos los tres y bailamos nuestra canción.
Había llegado mi final feliz.
The search is over, love was right before my eyes. / La búsqueda terminó, el amor estaba justo delante de mis ojos.
Fin