2:00 a.m. Londres, febrero 17.
Es entonces que luego de un vuelo de casi ocho horas y digo casi porque tras aterrizar debimos pasar por aduana, pasar por las maletas y verificar que todo estuviera bien, generalmente no suele pasarme algo como eso, sin embargo, no está mal verificar que todo esté bien para mi regreso a Estados Unidos; podemos Cindy y yo salir del aeropuerto e ir a la entrada de este para buscar nuestro transporte.
El clima es bastante frio, por lo que no dudo en buscar un abrigo que me cubra lo suficiente para que mi cuerpo no comience a temblar a causa del frío.
A pesar de que es bastante tarde y que el cielo está negro en su totalidad, veo mucho movimiento fuera de la terminal. Algunas personas claro que se encuentran dormidas en las incómodas sillas del aeropuerto con muchas maletas y otras simplemente se encuentran tomando un poco que café o al menos eso supongo.
Observo todo lo que rodea, pero no dejo de caminar, realmente me siento muy cansada.
─La agencia me aseguró que nuestro transporte estaría esperándonos afuera ─dijo Cindy, arrastrando un carro con sus maletas.
─¿Conduciremos nosotras en nuestra estancia? ─pregunté.
─No, claro que no. ─respondió de inmediato ─Contrate un chofer que nos llevará a todos lados, no me arriesgaré a que nos llamen cafre.
Asentí y seguí caminando hacia la salida.
─¿Cómo lo reconoceremos? ─pregunté de nuevo. Los ojos me pesaban, tal vez no fue un vuelo muy largo, pero si fue agotador estar siete horas sentada en el aire por lo que el cansancio me ganó y ahora debo adaptarme al horario de aquí.
─Bueno supongo que tendrá un cartel ─contestó.
─¿Por qué no nos recibió adentro del aeropuerto? ─pregunté de nuevo.
Ella me miró, pero realmente no me importaba. Desde mi perspectiva es cuestión de educación, más si lo hemos contratado por dos meses.
─Para eso no tengo respuesta ─respondió, yo solo dije un bien y guardé silencio el resto del camino a la entrada.
Mi mente estaba realmente muy cansada, pero supongo que era normal.
Cuando por fin estamos en la salida del aeropuerto que en la que se supone nos encontraremos con nuestro transporte vemos a un hombre con el típico cartel blanco y nombres escritos en el papel. Sonrío aliviada porque los nombres resultan ser nuestros nombres. El hombre viste con un clásico traje negro, lo bueno es que no trae ese gorrito del cual nunca he logrado aprenderme su nombre haciendo que se vea atractivo. Sonríe cuando nos ve acercarnos y pregunta si somos Natalie King y Cindy Lessin a lo que nosotras respondemos que sí.
─Un gusto conocerlas, mi nombre es Lewis ─se presenta.
─Me llamo Natalie King ─me presento y estrechando su mano rápidamente y me alejo para que Cindy se presente ─. Bueno Lewis tú serás nuestro chofer en los próximos dos meses, así que espero estés preparado para nuestra ajetreada vida.
─No habrá problema señorita King ─responde con una sonrisa en el rostro. Sí que tiene una sonrisa linda─. Creo que es hora de marcharnos, suban para que pueda subir su equipaje.
Abre la puerta trasera del coche para nosotras y dejo que Cindy suba primero para después subir yo.
─Cuidado con las maletas Lewis ─digo antes de que cierre le puerta ─, traigo equipo fotográfico y laptops muy costosas.
─Tranquila señorita, tendré cuidado ─asiento complacida y él cierra la puerta.
No tardamos mucho para que el auto se ponga en marcha y se aleje del aeropuerto.
─¿A su apartamento? ─pregunta luego de cinco minutos de completo silencio, silencio que estaba aprovechando para dormitar.
─Por favor ─responde Cindy ─, puedes decirnos la hora, por favor.
─Claro ─responde Lewis pero realmente mi mente ya no presta atención a lo que dice Lewis, porque poco a poco mi cuerpo cede, mis sentidos se desconectan y se permiten relajarse en el asiento.
2:45 a.m. Londres
─Señoritas hemos llegado ─mis ojos se abren rápidamente y observo todo a mi alrededor ─. Lamento si la alteré, señorita King. Necesito que al guardia le digan que me de acceso al estacionamiento.
Asiento con la cabeza y con la mano restriego mis ojos para poder despejarme.
─No te preocupes ─respondo ─, di mi nombre y el de Cindy por favor.
Volví a recargar la espalda en el asiento y esperé a que el auto avanzara, cerré mis ojos y no me importó recargar mi cabeza hacia atrás y dejar que la mirada se concentrara en el techo del auto. El auto avanzó unos metros más hasta que lo sentí detenerse poco a poco antes de que finalmente el motor se detuviera y Lewis lo apagara.
─¿Señorita King? ─preguntó con voz suave.
No lo miré y dije ¿sí?
─Ya pueden bajar ─respondió, asentí y me acomodé mejor en el asiento. El auto estaba calientito por lo que me encontraba bastante cómoda dentro de él, esperé a que la pereza se fuera de mi cuerpo y peiné mi cabello de manera que no me estorbara y me resultara cómoda. ─Las ayudaré con el equipaje, el guardia me entregó las llaves.
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Editado: 30.11.2024