epílogo

—Namjoon —llamó Taehyung desde la sala de estar—. La cena está casi lista. —Cerró la puerta del horno y colocó el guante de cocina sobre el mostrador.

—Saldré en un minuto —llamó Namjoon, seguido de un choque—. Maldita sea.

Taehyung bajó la temperatura del pollo que estaba asando y luego dobló la esquina, donde encontró a Namjoon sentado en el suelo, un cajón inclinado hacia arriba a su lado, con los calcetines derramándose en el suelo.

—¿Qué estás haciendo?

—Estaba limpiando unos cuantos cajones. —Namjoon se puso de pie y se sentó en el pie de la cama—. Quería sorprenderte, pero hice un desastre.

—Dame un minuto. —Taehyung volvió a colocar el cajón en la cómoda grande de caoba y rápidamente la llenó con calcetines, colocándolos en orden. Explicó cómo los había organizado y Namjoon asintió—. ¿Por qué estás haciendo esto?

—Ayer hice espacio en mi armario —dijo Namjoon, tomando la mano de Taehyung—. Pensé que tal vez ya era hora. Sé que hemos hablado de ello, pero estaba haciendo sitio para que pudieras tener espacio aquí. —Dio unas palmaditas en el lugar de al lado y Taehyung se sentó, sonriendo aunque Namjoon no podía verlo—. Ya pasas la mayor parte del tiempo aquí conmigo, y cuando no lo haces, todavía haces el viaje aquí por las mañanas para poder llevarme al trabajo y....

—Namjoon.

Taehyung se acercó más.

—Creo que es hora de que tú y yo hagamos algunas cosas oficiales. Quiero que te mudes aquí conmigo. Tengo espacio para tus cosas en mi vestidor y en mi armario. Ya te has mudado a mi corazón. —Namjoon tomó la mano de Taehyung y le sonrió—. Oh. —Se dio palmaditas en los bolsillos y gimió, volviéndose hacia el tocador—. Maldita sea. —Se puso de pie y tocó la parte superior—. Ajá. —Se sentó y le dio una caja a Taehyung.

Era pequeña, de una joyería, y el corazón de Taehyung dio un vuelco.

—¿Para mí? —preguntó exageradamente, y Namjoon le dio una palmadita en la rodilla.

—Basta —dijo riendo—. Sí. No quería que este fuera el día que te pedí que vivieras conmigo. Quería que fuera más que eso. Así que ayer le pedí a Jimin que me ayudara a elegir algo especial. —Jimin era el nuevo asistente de Namjoon. Le había tomado a Taehyung un mes de investigar a los solicitantes hasta que encontró a alguien que reunió su aprobación para que lo sustituyera—. Adelante, ábrelo.

Taehyung no estaba seguro de lo que esperaba, pero seguro no era un anillo de oro con cinco zafiros dentro.

—Namjoon, es hermoso, pero... —Tragó con fuerza—. No tenías que hacer esto. —Dejó el anillo a un lado y acarició la mejilla de Namjoon, ligeramente rasurada. Quería decirle cómo se sentía, pero las palabras no podían rodear el nudo en su garganta.

—Quería que te sintieras especial. Haces eso por mí todos los días.

—Namjoon puso sus manos encima de las de Taehyung—. Te quiero, Taehyung, y quería que tuvieras algo que te recordara a mí donde quiera que vayas. —Agarró las manos de Taehyung, tirando de ellas hacia abajo.

—No voy a ninguna parte. —Taehyung sonrió porque no pudo evitarlo—. Aunque estaba pensando en hacer un viaje.

—¿Oh...?

—Sí, un viaje de ida de Queens a Brooklyn, con una estadía prolongada al final. Hay un tipo precioso que hace que mi corazón lata más rápido y...

Namjoon lo besó, enrollando sus brazos alrededor de la cintura de Taehyung.

—Te amo, Namjoon. —Taehyung tomó la caja y se deslizó el anillo en su dedo—. Es perfecto.

—Igual que tú. —Y Namjoon lo besó de nuevo.

Fin.

All the love, x.