Carta 5

Es increíble cómo Dios puede cambiar todo en nuestras vidas. He relacionado muchas situaciones contigo que me han llevado a un resultado inesperado.

Aún me amas.

Fue difícil ya darme cuenta después de una semana de ahogarme en mis lamentaciones. Alguna vez me dijiste que yo no sería fácil de olvidar, pero me dejaste en pedazos, pero aún así te perdono por todo.

Después de todo, eso puedo hacer. Pero no puedo dejar de amarte aún cuando sé cuáles fueron las razones de que me hayas roto el corazón antes de tiempo.

Te perdono por cómo te alejaste de mí, cerrando la puerta a tus espaldas, dejándome arrodillada en suelo llorando por la ignorancia. 

Estoy llorando aún, escribiendo estas palabras que ahora no les encuentro sentido. Lloro porque no sé cómo sobrellevar lo inminente. Mi vida contigo está llena de recuerdos lindos, dignos de un cuento o de esas novelas que me veías leer cada noche antes de hacer el amor.

La vez que me pediste matrimonio en los rieles de la estación de trenes abandonada a las afueras de la ciudad. Sabías que a ese lugar me gustaba ir de niña. Me llevaste con los ojos vendados, guiándome con tus manos en mi cintura para no caerme.

Sé que lo recuerdas.

Porque esa día, mientras el sol comenzaba a esconderse, las luciérnagas comenzaron a revolotear encima de nosotros y aprovechaste ese momento para pedirme ser tu esposa. Pensé que estaba soñando, no pude hacer más que gritar que si. 

No te importó recostarte en los rieles y acariciar mi cabello mientras tarareaba Same old love, aunque no te gustara. 

Recuerdo todo de ese día, me amaste con tanto cuidado y adoración que es difícil no recordad todas las caricias.

¿Te das cuenta cómo todo cambia?

Tan llenos de vida. Preparándonos para vivir una vida juntos. Y todo llega a derrumbarse. Sé cómo la vida deja el cuerpo de una persona. Sabes que no pasa un día en el que tenga que ver a una familia derrumbarse ante la muerte.

Debiste saber que sería fuerte por ambos.

Soy fuerte, Adam. Siempre lo he sido. ¿Por qué escogiste alejarte cuando pude consolarte y ser tu bastón para lo que se avecinaba? ¿No te ha bastado todos estos años juntos darte cuento lo fuerte que puedo llegar a ser? Preferiste romperme el corazón antes que estar junto a ti y sostener tu mano ante toda adversidad.

Lo que hiciste no sé...no sé cómo tomarlo. 

Me amas y eso me basta. Pero no sé si lo quieras tomar.

Te estoy entregando lo que soy. Mi corazón siempre ha sido tuyo, no puedo darte algo que ya tienes, pero puedo estar contigo. Ser fuerte por ti y para ti.

En las buenas y en las malas, ¿recuerdas la promesa que nos dijimos hace mucho tiempo?

Cúmplelo, Adam. Déjame cumplir con aquella promesa.