Vuelvo a caer contra el suelo y un profundo dolor se instala en mis costillas, el aire me falta. Abro la boca intentando recuperar el aire pero otra patada impacta contra mi cuerpo, esta vez en mi espalda. Sin poder controlarlo, un profundo y agudo grito desgarra mi garganta.
- ¡Isam basta por favor!-otra patada impacta contra mi cara provocando que me callara.
- ¡Pararé cuando me de la gana!-los golpes cesan y de pronto veo sus pis frente a mi cara. Un fuerte tirón de pelo hace que me ponga a duras penas de pie y que le tenga delante.
Sé que probablemente estaréis preguntándoos que es lo que ocurre y lo cierto es que ni yo lo entiendo. Cuando llegué a casa esta tarde Isam estaba en el salón, sentado en el sofá bebiendo; le saludé y cuando iba a meterme en nuestro dormitorio bueno…nunca entré en nuestro dormitorio.
- ¡Isam por favor no sé qué está pasando! suéltame por favor…-pero su agarre no cedió.
- No mereces que te suelte, eres una zorra mentirosa.
- ¿De qué estás hablando? No entiendo nada. Suéltame y hablemos por favor…
- ¿Cómo que de qué estoy hablando? Me has mentido en la puta cara Nassila, me dijiste que ibas a ir a hacer unas compras pero mi amigo del trabajo Javier me dijo que te vio entrando en una cafetería con un hombre ¡Con un hombre Nassila! ¡Se suponía que yo debía ser el único hombre!
- Estás confundiéndote Isam, déjame explicártelo por favor…-su agarre sobre mi pelo se intensificó.
- No hay nada que explicar ¡eres una perra! Y pienso castigarte por ello.- soltó mi pelo y me arrastró hasta nuestro dormitorio, una vez allí me tiró sobre la cama y comenzó a desabrocharse el cinturón.
Bajé de la cama e intenté correr hasta el pequeño baño que teníamos en la habitación, pero otro golpe; esta vez en mi cabeza hizo que cayera al suelo. Todo a mi alrededor estaba borroso, sentía las manos entumecidas y un fuerte pitido se estaba instalando en mis oídos.
Casi no sentí como Isam me levantaba y me volvía a echar sobre la cama, y con suerte no pude sentir el resto.