Desperte en una mañana con el cantar de los pájaros y el calor del sol golpeando con rudexa sobre mí rostro. Dejándome ninguna otra alternativa que abrir mis ojos para enfrentar un nuevo día, a regañadientes si puedo agregar. Había despertado de un hermoso sueño en el que yo estaba parado al final de un pasillo repleto de pétalos blancos de flores y tu caminabas hacía mí con una gran sonrisa en tu rostro y un vestido blanco cubriendo tu cuerpo, te veías tan Inmaculada y pura, emocionada por empezar una vida a mí lado, para que mentir yo también estaba feliz y agradecido, muy, muy agradecido, después de todo estaba a punto de casarme con el amor de mí vida o eso esperaba de no ser porque aquel sueño acabo de la manera mas abrupta posible con los ruidos del exterior haciéndome sentir un poco molesto, a decir verdadm Sin embargo sabía que debía ser más agradecido, al fin y al cabo esto significaba que tenía la oportunidad de vivir otro día a tu lado. Claro está si tu me lo permitas.