En Tus Manos

CAPÍTULO 2

 

 

No sé cuántos días han pasado, pero lo que tengo claro es que Watch y su colegiala se han vuelto mi obsesión. Duermo y sueño con ellos. Al despertar, lo primero que hago es pensar en ellos, y es que mi mente no para de maquinar cómo sería el plan perfecto para hacerles la vida imposible.

Simplemente las cosas no podían terminar conmigo siendo la perdedora.

Por mucho que grité y maldije, esta insatisfacción de haber sido la burla de Watch no desaparece, por lo que tengo que hacer algo para remediarlo y así poder descansar en paz.

Mi estado parece ser bastante chistoso para mi mejor amiga Zury, quien no ha parado de reír después de haberle contado mi emocionante momento con el idiota de Watch.

—Entonces, ¿simplemente te convertiste en una especie de Taylor Swift y destrozaste su auto como en Blank Space? Me hubiera gustado ver eso.

Si ella lo dice de esa manera, no puedo evitar reírme también. Y ahora que lo pienso, no me da mucha gracia cuando pienso en mis zapatos, eran mis favoritos.

—Dejando lo chistoso de la situación de lado, quisiera que me explicaras cuál es el verdadero problema, porque tengo entendido que llevan poco tiempo.

—Solo puedo decirte que puse mis esperanzas en él y en varias ocasiones le insinué lo que quería con él y con lo que ahora sé, solo me siento…

—Decepcionada, te entiendo —dijo, terminando la oración por mí.

Sonreí de forma incómoda por no saber qué decir. Y es que mis amigos me ponen en una situación bastante molesta.

Elías y Zury son mis mejores amigos, mejor dicho, los únicos. Y por supuesto que amo a los dos, pero debido a su pequeña aventura que tuvieron, me han puesto en una situación en la que prácticamente tengo que elegir o simplemente hacer que uno de ellos no exista cuando estoy con alguno de ellos.

Sé que sus anteriores palabras tienen alguna relación con él, y prefiero no profundizar mucho en ello porque sé que ese tema sigue siendo algo delicado, pese a que ya hayan pasado dos años.

Elías ha seguido con su vida, y solo espero que ella en algún momento pueda seguir con la suya. Por eso es que estamos hablando a través de la pantalla de mi laptop, porque después de haber aceptado que las cosas entre ella y Elías no funcionarían, se fue a una universidad en Chicago.

—Solo tienes que hacerle pagar a ese maldito. Es la única forma en la que te podrás librar de cualquier resentimiento. Es lo que necesitas.

Una chispa de curiosidad empieza a brotar.

—¿Qué sugieres tú?

—Si decides que se vuelve sensible cuando le mencionas a la colegiala, entonces eso quiere decir que ese es el punto débil.

Zury sigue hablando de las tantas maneras en las que puedo hacerle la vida imposible a Watch, y me sorprende que tenga tanta imaginación. Pero no estoy segura si sea lo mejor, porque Watch Sander no es que valga tanto la pena.

Me despedí de Zury cuando la puerta de mi habitación se abrió de repente, dándome a la vista a mi hermano menor. Por supuesto, él es el único que entra a mi habitación sin avisar.

Cerré la laptop viendo a mi hermano de seis años, cruzado de brazos frente a mí mientras golpeaba su pie descalzo en el suelo de mi habitación.

—Mamá está preguntando hasta cuándo piensas estar pegada a ese aparato —Al escucharlo, fue mi turno para cruzarme de brazos—. ¿Es que no piensas bajar a cenar?

Su voz dulce e infantil no coincide para nada con las palabras que ha dicho, además de que obviamente son palabras que ha escuchado de mi madre porque si algo tiene mi hermano menor es que repite todo lo que escucha.

Lentamente y sin querer levantar sospechas, empecé a levantarme de mi cama, pero este niño es lo bastante inteligente como para ponerse en alerta al mínimo movimiento de mi cuerpo y salir corriendo.

—¡Cam, ven aquí! —grito corriendo tras él—. ¡Pequeño demonio, deja de correr!

—¡No quiero!

Escuchar su risa mientras corremos es suficiente para relajarme y olvidarme un poco de lo extrañas que han sido estas semanas en las cuales he tenido mi mente ocupada en cosas que no valen la pena y sé que es así, pero mi mente sigue jugando conmigo una y otra vez sin poder sacarme a ese par de cabezas, entonces pienso detenidamente en lo que conversé con Zury y quizás solo necesite drenar un poco mi furia.

De nuevo concentrada en ir tras mi hermano, entramos en la cocina y el pequeño demonio no dudó en ir a esconderse entre las piernas de nuestra madre.

—¿Hasta cuándo voy a decirte que dejes de estar gritando vulgaridades en la casa? Además, sabes que odio que llames a los niños con esos sobrenombres espantosos.

Mamá siempre me ha regañado por mi vulgar repertorio, pero ella es la primera en soltar maldiciones en la casa cuando está peleando. Bastante hipócrita de su parte, debo mencionar.

—Los niños pueden verse afectados por esas palabras.

Bajé la mirada hacia mi hermano, quien estaba asintiendo a favor de las palabras de mamá, mientras que en su boca colgaba una sonrisa más grande que la del gato de Alicia en el país de las maravillas.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 11.04.2024

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