En un Mundo de Ficción

El Piano

En una pequeña ciudad de un pequeño país de un mundo de ficción tan pequeño que nadie conoce, un individuo decidió colocarse un pequeño reto. Para ello reunió una no tan pequeña cantidad de dinero y mucho apoyo humano, físico y moral: Se dedicó a hacer el piano más grande de la corta historia de su pequeño mundo.

"Todo el mundo hace cosas pequeñas aquí... ¿por qué no hacer algo grande por primera vez?"

Fue entrevistado y se le dedicaron pequeños reportajes y documentales en todos los pequeños medios de comunicación que había por aquellos lados. El interés de la gente, aunque pequeño, era más que obvio; como siempre, no falto el pequeño que no estuvo de acuerdo con la idea y se dedicó echarle pequeñas malas vibras al pequeño gran proyecto.

Finalmente, un pequeño día cualquiera, con todo listo para su proyecto, empezó. Primero fueron las patas y las teclas y cuerdas; centenares y centenares de pequeños empleados colocaban pequeñas pilas de madera y pintaban de negro y blanco las teclas; miles y miles de pequeños obreros entrecruzaban cables de acero para hacer las cuerdas; altísimas pero pequeñas maquinarias se dedicaban a pintar el exterior, colocar las bisagras y la tapa de la cola. 

Millones y millones de seres trabajaron sin cansancio pegando, pintando, gritando, moviendo, taladrando y soplando.

Después de un -ya no tan pequeño- período, el instrumento estuvo terminado. Se logró probar con pequeñas pero minuciosas maquinarias especializadas y se comprobó que funcionaba a la perfección.

Y, justo cuando se iba a celebrar la terminación del proyecto con un pequeño banquete al que asistiría toda la pequeña gente de aquel mundo, llegó el ser humano.

Aquel nada pequeño asesino masacró a gran parte de los seres del pequeño mundo con sus nada pequeñas botas y se robó el invento de la pequeña gran mente de nuestro individuo protagonista.

El humano se terminó llevando el crédito por el piano, pero los pequeños seres que sobrevivieron juraron venganza...

...y es desde ese entonces que las termitas se comen la madera.



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En el texto hay: niños, moraleja, cuentosinfantiles

Editado: 14.03.2019

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