En una escuela de princesas “accidentalmente”

XXIV - Plan malicioso I

Fresita de pie, frente a mí y con sus ojos claros viéndome expectantes solo provoca que quiera darle un puñetazo o un empujón para despistarlo y salir corriendo. Está esperando a que mi mente trate de formular la respuesta correcta y el que lo tenga tan cerca no me está ayudando a actuar con normalidad. ¿Cómo le digo que fue puro impulso a lo tonto?

 

- ¿Algo que decir, Raquel? - enarca una ceja y con el dedo pulgar acaricia mi piel de la muñeca, un tacto tan suave y lento. ¡Que no me deja pensar bien!

 

-Tengo hambre- inspiro hondo con mi nariz tocando mi estomago con mi mano libre- Se me antojan unas papitas o algo delicioso de Francia ¿A ti no?

 

Y es cierto, sé que quizás el fingió no escucharlo, pero mi estomago es el que estuvo rugiendo hace unos cuantos minutos.

 

-A mí se me antoja algo...diferente- se acerca hacia mí, sin detener el contacto visual, como si quisiera ver dentro de mi cabeza para cerciorarse que en estos momentos estoy en crisis, averiguando si salvar mi dignidad o tirarla de nuevo por la borda.

 

Pues me parece una opción razonable, la verdad. La vida es un constante riesgo.

 

-No seas así- trató de decirle, sin que se note que quiero llorar. A ver ¿Que haría una persona normal en mi posición? ¿Decirle "Es que estás muy bueno y creo que me gustas”?

 

Hm, no. Más que puedo apostar, a que lo que hice fue hasta ilegal.

 

¿Fingir que todo fue a causa de una bacteria contagiosa que afecta tu cerebro, sufriendo crisis de identidad?

 

- ¿Así como? - alza su mano y vuelve a hacer lo que hizo conmigo en el balcón. Besuquearme contra la pared...mentira, solo sujeta un mechón de cabello y lo deposita detrás de mi oreja. Algo me da mal espina aquí- Simplemente estoy tratando de mantener una conversación contigo... o ¿Ya no podemos hablar? – No para de sonreír de lado, tratando de ocultar algo. Lo presiento, siento como la maldad misma me esta viendo con cara de pervertida.

 

¿Soy yo la rara o siento como si me tratase de decir que metí la pata, pero al mismo tiempo trata inútilmente de disimularlo?

 

Estoy a punto de soltar otra incoherencia de mi boca cuando en lugar de mi voz, se escucha la del Pejelagarto gritando nuestros nombres.

 

-Oh, que bonitos- dice haciendo un puchero y juntando sus manos en su mentón- ¿Ya le juraste amor eterno al príncipe o la desquiciada ya iba a complicar nuestras vidas otra vez, muñeco de oro? - pestañea en dirección de Dareh, con un tono chillón y burlón.

 

-Pero si es el Pejelagarto que dejo olvidada a su exnovia en…- las sucias manos de Belmont cubren mis labios antes de poder gritar a todo pulmón del crimen del que soy cómplice. Saco mi lengua con la intención de llenar de mi saliva toxica toda su palma mientras tiro de mi brazo, zafándome del agarre de Fresita. Empujó el abdomen de Weber alejando sus asquerosos dedos de mi- Que lo grito, eh- me limpio mi lengua con el dorso de la mano, es como si hubiera lamido el trasero de un mono- ¡Policía!

 

- ¡Cálmense! - exclama furiosa Steph, al llegar con nosotros- La policía es lo último que queremos.

 

- ¿Hiciste la llamada? - interviene Fresita, obviando las miradas asesinas entre Belmont y yo. Me quemo el a mi más rápido, que yo la bodega de mi escuela.

Dareh me vuelve a tomar de la mano y da unos leves golpes en ella. La impulsa hacia arriba y la deja caer repitiendo el movimiento varias veces. Interesante…

Vaya manera de captar mi atención, no muevo ni un solo musculo mientras Fresita la hace subir y bajar imitando un dócil aplauso, como los que mis padres daban desde su cuarto a media noche.

-Si, Izaro tiene un amigo, nos esperará en el aeropuerto y conseguirá unos pasaportes para evitar algún inconveniente- la rubia se calla un momento antes de mirar al suelo y regresarle dudosa la mirada a Dareh- Pero tenemos un problema, mayor.

Sube y baja, sube y baja. Me pregunto que pasara si la dejo caer fuertemente…

- ¿Cual problema? - la lucha psíquica entre Belmont y yo cesa de inmediato al reconocer la palabra “problema” y pensando en el nombre de “Tamira” ¿Sera que ya nos cacharon? El rostro sosiego de Dareh y el que se encuentre jugando con mi mano me daba esperanza y la posibilidad de llegaríamos a la hora de la cena. Pero el mordisqueo de labio que Stephen hacía, como tratando de encontrar las palabras correctas, me daba la impresión de que ya podía irme despidiendo de esta vida.

 

Me veía regresando con mis padres, que estarían llenando papeles para meterme en un orfanato y no en otra escuela. Pude haber sido planeada, pero mis desastres ni yo los tengo calculados. Puedo escuchar las palabras de mi padre…” Ya ves, mi vida, debimos haber cogido con condón o dar en adopción a esta niña del demonio, ahhh”

-Te están buscando, por lo que Izaro me comentó, en una hora los cuerpos de seguridad revisaran toda la escuela- Mierda, creo que accidentalmente me metí en el útero de mi mamá, debí de darle chance a otro espermatozoide- Se hará un recuento de todos los estudiantes y al hacerlo se darán cuenta que no estamos ¿No es muy sospechosos que el príncipe este desaparecido junto con tres estudiantes?

 

Steph y Belmont palidecieron yéndose a otra órbita lejana. A mí no sé qué impulso idiota me dio que mi mente pensó "Como que es buen momento para tomar la mano de Dareh" Ósea dejar de hacer ese movimiento y darle la mano, bien recio, en señal de apoyo.

 

Y lo hice, capaz que se está muriendo por dentro el muchacho y necesité un soporte y consuelo. Al final de cuenta todo un país entero está buscando a su futuro rey perdido y...

 

- ¿Estás diciendo que en una hora debemos de estar allá o debe de pasar algo sumamente importante para evitar esa búsqueda y el conteo? - Stephen asiente, cruza sus brazos y cierra sus ojos. De seguro está idealizando el posible futuro de nosotros siendo expulsados en su imaginación.




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