POV Rose
Adela llega con tres sándwich en la mano y una botella de agua con tres vasos—por fin—dice Darien acercándose a Adela ansioso.
—Esto es para ti—me pasa a mí un sándwich y se sienta en una silla después de cerrar la puerta—y esto para ti—parte el sándwich de Darien en varios pedazos y se lo comienza a dar.
Darien se lo come de inmediato muy contento—esta bueno ¿verdad?—comenta Adela y Darien asiente con la cabeza y cuando ella le va a pasar otro pedazo del sándwich él le lame la mano y yo solo los miro a los dos en silencio notando la manera en que se tratan—tal vez ni se dan cuenta que se gustan—le digo en pensamiento al Espíritu.
—Van a necesitar un poco de ayuda para que se percaten—comenta él en mi mente.
Apago la televisión ya que de todos modos no la estaba mirando y nos vamos a dormir todos, yo en la cama y Adela y Darien en el sillón acostado comodamente en sus piernas y yo simplemente sonrío al verlos.
—Buenas noches mi Espíritu—expreso en mi mente antes de dormirme.
—Buenas noches amada mía—me da un beso en la mejilla y me duermo.
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Despierto escuchando unos toques en la puerta que hace que los muchachos también se despierten—pase—logro articular y entra el doctor que me había revisado.
—Buenos días.
—Buenos días—decimos al unísono todos hasta Darien pero creo que no se dió cuenta.
—Voy a chequear por última vez tus signos vitales para asegurarme de que estas bien para que ya te puedas ir, hoy—comenta y yo asiento con la cabeza.
Lo hace y después de llenar unos papeles y recoger todas mis cosas de la habitación nos vamos tomando un taxi que nos lleve a la casa.
POV Adela
Llegamos a la casa donde vivía antes y me trae muchos buenos recuerdos que me hacen sonreír—¿estas contenta de que estamos en casa?—manifiesta mi madre cuando estamos dentro.
—Mucho.
—Yo también me alegro la verdad.
—Subiré mi maleta a mi cuarto y la tuya.
—Bien.
Voy arriba con Darien pisandome los talones y cuando llego a mi habitación se la presento a él—esta
es la habitación donde pasé mi infancia.
—Es bonita, solo que muy rosa—dice arrugando la cara debido a que hasta las sabanas de la cama junto con la pared es de un rosa pálido.
—Si bueno, era pequeña. Amaba el rosa—abro la maleta y guardo la ropa en el closet dejando un vestido azul para ponerme después de bañarme mientras estoy en ello Darien se toma una ducha y cuando sale entro yo.
Salgo del baño y lo encuentro a él observando las fotos que están en la pared—tenías como cinco años aquí ¿verdad?—me pregunta señalando una foto donde estoy abrazando a mi madre.
—Sí.
Fija su vista en mí mirandome de arriba abajo lo que hace que me sonroje un poco—tienes que cambiarte, ponte unos pantalones que vamos a entrenar—
expresa y yo lo miro sin entender a que se refiere con esto último.
—¿Entrenar?
—Sí, hablaremos abajo solo cambiate por favor—sale del cuarto cerrando la puerta y le hago caso poniéndome unos pantalones negros con un poloche y unos tenis rojos entonces, bajo.
Mientras voy bajando las escaleras veo a mi madre, mi padre y Darien al pie de la escalera y frunzo el ceño
—¿qué es lo que sucede?—pregunto cuando llego hasta ellos.
—Tengo que decirte algo Adela—articula mi madre y yo la miro atenta—tu padre es el Espíritu santo en eso si es verdad pero...—me observa como buscando las palabras adecuadas para hablarme.
—Pero...—la incito.
—Tu padre terrenal es otro llamado Bily el cual está en la cárcel por algunas cosas que cometió que no es de mucha importancia sin embargo, hay algo que lo diferencia de los demás y es que él es un ángel caído
—me agarro de la escalera para no caerme por el impacto.
—Cuidado—dice Darien sosteniéndome de la mano.
—Estoy bien, estoy bien—repito nerviosa—¿lo que quieres decir con eso es que mi padre celestial es el Espíritu santo y el terrenal es Bily?
—Lo entendió bastante bien—comenta Darien y yo le doy un pequeño pellisco en el brazo—¡au!—vocifera—
o tal vez no—añade.
—Yo creo que lo ha entendido bastante bien—
manifiesta mi padre.
—Oh, pero falta que te diga que yo soy descendiente de los ángeles caídos también lo que te hace de sangre pura. Tienes que entrenar para una batalla que pronto habrá entre los ángeles no caídos y los ángeles caídos debido a que ellos quieren destruir a los seres humanos aunque nosotros estamos para defenderlos, bueno los ángeles y tu unicamente aquí en la tierra tienes potestad para darle muerte si la situación lo amedita siendo de gran ayuda—agrega mi madre y yo solo toco mi cabeza tratando de retener tanta información impresionante de repente.
—Si quieres puedes sentarte—articula Darien.
—No, estoy bien solo que...son muchas cosas—manifiesto—entrenemos entonces, no hay tiempo que perder—me dirijo hacía el patio y Darien me sigue sonriéndo.
—Lo tomaste mejor de lo que esperaba.
—Ya me pasan cosas sobrenaturales como tu propia existencia que me da prueba de que existen verdaderamente los ángeles así que, ¿por donde empezamos?
Él me pasa una espada de color oro con inscripciones en un idioma extraño en el filo de la espada
—es hermosa—no pude evitar decir.
—Sí, ten cuidado. Esa será tu espada para la batalla pero primero practicaremos con estos de madera—
me quita de las manos la espada y la pone en el suelo entonces, me pasa la de madera—empecemos.