Tras tomar la medicina que le había dado su hermano de inmediato Mabel se sentía más calmada, dejando a su hermano subió a su habitación y busco refugio en el único lugar donde ella pensaba que podría estar segura de la influencia que su propio hermano causaba en su pequeño e inocente corazón.
Acomodándose en su cama se arropo lo más posible hasta que solo quedo una abertura donde se asomaban sus ojos, nariz y boca.
— Mabel sigues despierta — se escuchó una voz desde lejos, se trataba de Dipper que apenas estaba entrando a la habitación.
Dipper fue directo a su cama y vio a su hermana directo a los ojos.
— Dime qué te ocurre, desde que llegamos te has estado comportando de una manera muy extraña, bueno más de lo normar.
— ¿Extraña? — pregunto Mabel aparentando no saber nada — no sé de qué estás hablando, no me estoy comportando extraña soy la misma de siempre.
Al hablar su voz temblaba, Mabel no lo sabía pero su cuerpo mostraba signos de nerviosismo, Dipper podía notarlo y al parecer Mabel no se había dado cuenta.
— Te vez muy nerviosa, acaso te paso algo interesante y no me lo quieres decir — esta vez la voz de Dipper era juguetona, como no podía sacarle la verdad a Mabel quería relajar un poco el ambiente.
— Deja de decir cosas extrañas — replicó Mabel con una voz chillona — soy la misma de siempre, no estoy ocultado nada, además si hubiera un secreto no te lo diría.
— Tienes un secreto y no vas a contárselo a tu hermano, eso sí me duele — Dijo Dipper con una tristeza fingida.
— Déjame adivinar, conociste a alguien interesante.
— no, no hay nadie — replicó Mabel entrando en pánico — no estoy enamorada de nadie.
— De que estás hablando, quién hablo de amor.
En ese momento Mabel lo había entendido, por culpa de sus descontrolados nervios su secreto había sido revelado, el plan de Dipper de descubrir la verdad había funcionado.
— Hermano te odio — Regaño Mabel con voz suave para luego acurrucarse en su cama.
Mabel ya no quería hablar más, no estaba preparada para guardar un secreto tan grande, ella era mala mintiendo y su hermano lo sabía, Mabel suplico que su hermano cerrara la boca de una vez y no hiciera más preguntas.
Dejando su cama, Dipper se sentó en el borde de la cama de su hermana y dijo.
— Ahora me odias, eso sí me duele hermanita.
La voz de Dipper era suave y gentil, esto hizo que Mabel sintiera remordimiento por decir que lo odiaba.
— Te quiero mucho Mabel, lo sabes verdad.
— Si lo sé hermano yo también te quiero — respondió Mabel mientras mantenía su cuerpo oculto entre las sábanas.
— No quiero que allá secretos entre nosotros, si hay un chico que te gusta te pido que me lo digas, es que cuando pienso en mi hermanita saliendo con un muchacho no puedo evitar sentirme incómodo.
Las palabras de Dipper eran música para Mabel, lo que Dipper decía es que estaba preocupado por su hermana, lo que dijo después dejo a Mabel sin palabras.
— Esto sonará muy infantil, pero si llegas a conocer a un chico y te enamoras de el bueno me sentiré muy celoso, tan solo pensar que pasaras tu tiempo con un chico que no sea yo me preocupa.
En verdad Dipper estaba diciendo todo eso, sus palabras eran tan extraordinarias que Mabel no podía creer que en verdad esas palabras tan maravillosas salieron de la boca de su hermano.
El corazón de Mabel empezó a latir más rápido, su rostro se había enrojecido, Mabel podía escuchar el ritmo de su corazón podía escuchar el fuerte sonido que emanaba desde el dentro de su pecho, con el temor de que Dipper escuchará el concierto de su corazón, Mabel apretó su pecho con sus dos manos, esto no hizo diferencia alguna.
Ahora Mabel lo podía entender más claramente, cuál era la razón por la que se había enamorado de su hermano, ahora lo podía entender.
Con las dulces palabras de Dipper, Mabel sentía como si cuerpo se derretía de amor.
Era más que claro para ella ahora, estaba completamente enamorada.
— Dipper en verdad te pondrás celoso si saliera con un chico — esto lo pregunto Mabel con miedo en sus palabras, lo único que quería es que Dipper dijera más de esas palabras maravillosas, quería sentirse amada.
— Claro que me pondría celoso, es más me moriría si llegaras a tener novio.
— Hermano por favor no digas cosas tan extrañas — la palabras de Mabel eran débiles.
Dipper no tenía ningún mal pensamiento, lo que le decía a su hermana es lo que el sentía en su corazón, Dipper tenia miedo.
Muchas veces Dipper trataba de pensar en otra cosa pero con el pasar del tiempo no podía dejar de imaginárselo, que pasaría cuando Mabel y el ya no fueran más unos niños.
Lo más normar es que los dos se enamorarían, y cada uno formaría una familia.