Es realmente algo extraordinario, tan simple, tan sencillo y al mismo tiempo tan importante.
Es difícil de creer que una emoción tan fuerte como el amor exista, y más aún es increíble que un simple beso pueda ser la prueba más tangible de esta emoción.
El amor es algo que no se puede tocar y Dipper lo sabía muy bien, el amor es algo que solo se puede demostrar con palabras dulces de amor y cariño, es una emoción que se demuestra con acciones.
Pacifica estaba demostrando la emoción más fuerte que un corazón humano podía sentir. Amor, era amor lo que Pacifica sentía y ahora Dipper lo sabía.
Ya no hacía falta ninguna explicación, ya no era necesario insistir para que Dipper entendiera. Pacifica le había entregado un mensaje sin escritura, pero sus intenciones quedaron más que claras.
— No sé qué decir — agrego Dipper dando un largo suspiro — ¿En serio sientes esto por mi?
Abecés Dipper era capas de actual como un verdadero tonto, parecía que el mensaje no había quedado claro y esto enfado a Pacifica.
— ¿Acaso no me crees? ¿Quieres que te bese de nuevo?
Ante esta respuesta los dos chicos se echaron a reír, por un momento Dipper pensó que Pacifica se había enfadado con el, aquel chiste hizo que se sintiera más tranquilo.
Durante un rato se quedaron mirando el lago, Pacifica y Dipper se mantenían sentados en el muelle de madera, jugando y chapoteando el agua con sus pies.
Al sentir el agua que tocaba sus pies desnudos Dipper sintió frío, eso ahora no importaba, Dipper tenía una hermosa chica a su lado.
Si sus pies se congelaban eso no importaba en lo absoluto con tal de disfrutar de la compañía de Pacifica.
Todo alrededor de los dos era muy tranquilo, tanto que Dipper se tomó un tiempo para pensar.
¿Que haría ahora? Por supuesto que enterarse de los verdaderos sentimientos de Pacifica había sido una sorpresa, aunque eso no era lo importante lo que más tenía su atención es que haría a continuación.
Pacifica se le había declarado, aún así, después de eso Dipper no estaba seguro si le podría dar una respuesta.
Los últimos días su mente a estado difusa, la causa de esto se debía a que ya no era un niño.
Dejando su niñez de lado, ahora un mundo nuevo estaba delante de sus ojos, a que se dedicaría.
Tendría que terminar la secundaria, y si las cosas salían bien escogería una universidad, así podría estudiar una carrera que explotara todo su talento e inteligencia.
¿Será que dentro de todo eso había espacio para Pacifica? La respuesta a esa pregunta no estaba clara, lo que más le preocupaba era perder la amistad que tenía con ella, una relación de pareja era algo así como un compromiso.
Si se convertían en algo mas que amigos, tendría que mantener contacto con ella, con esto en mente sería difícil.
El verano no dura para siempre, al momento de volver a casa Dipper tendría que despedirse de Pacifica. Pasar gran parte del año sin verle sería realmente difícil y una relación a distancia no sería suficiente para aliviar los síntomas de la soledad.
¿Que tengo que hacer entonces?
Esta pregunta rebotó en la cabeza de Dipper, por un rato se lo pregunto una y otra vez con la esperanza de que su mente, la que se había llenado de conocimientos con el pasar de los años le diera una respuesta satisfactoria.
— Lo siento pacifica — se disculpó Dipper tratando de suavizar sus palabras.
— lo que me has dicho me hace muy feliz, en serio, es solo que todavía soy un niño así que no puedo decirte que me gustas. No quiero que lo mal entiendas, eres mi amiga y te tengo en gran estima, es solo que todavía tengo mucho que aprender y muchas cosas que vivir, tal ves dentro de unos años cuando sea mayor tú y yo podríamos...
Por un momento Pacifica se sintió decepcionada de que Dipper no aceptará su confesión, cuando las palabras de Dipper llegaron a los oídos de pacifica fue un poco difícil pero ella lo entendía.
Los dos eran todavía muy jóvenes, todavía les faltaba mucho por aprender, madurar y crecer. Tal ves ser más que amigos siendo tan jóvenes no sería lo ideal.
Además de eso, si llegara a ser novios Pacifica tendría que hacer un esfuerzo inmenso por mantener su relación en la oscuridad.
— Lo entiendo — respondió Pacifica tratando de que su voz no se quebrara — eso significa que no me estás rechazando ¿solo me estás diciendo que aún somos jóvenes y que deberíamos de esperar, verdad?
— Si, así es.
Pacifica dio un buen suspiro, por un momento se había ilusionado, lo único que podía pensar era en Dipper, en saber que era lo que quería en realidad, saber la verdad acerca de sus sentimientos.
Para saber esa respuesta tendría que esperar.