Enamorada De Mi Mejor Amigo (nueva Edición)

Capitulo 3 ( editado)

Existen dos tipos de personas en el mundo: 
Las que se despiertan de buena manera, con un gran desayuno en la cama; y las que se despiertan como si les fueran a tumbar la puerta de su cuarto. Bueno esa última es muy real. 
Mi mamá está tocando la puerta de mi cuarto con tanta fuerza, que tengo miedo de quedarme sin ella. 
—¡ Mérida despierta! Adivina que día es hoy— canturreó del otro lado. 
Sin poder evitarlo salté de la cama con emoción recordando la fecha. 
24 de diciembre... 
Abrí de un tirón la puerta encontrándome con la cara sonriente de mi mamá. 
— ¡Es navidad!— chillé emocionada. 
— Noche Buena, hija— me corrigió. 
— Es lo mismo. 
La mujer negó con la cabeza sonriendo, se le notaba que ella también estaba muy emocionada. 
— Anda date un baño por que vamos a salir. 
Asiento a lo que ella me dijo, y voy a arreglarme. 
Mi vista se posa sin querer en un reloj que hay en la mesita de noche, son las 8:23 de la mañana. No sé como mi mamá se puede levantar tan temprano, ósea, si no hay nada que hacer puedes dormir un poco más, ¿cierto? Hay veces que ni como, por dormir hasta tan tarde. 
Quitó esos pensamientos, y me enfrasco en otros. ¡Hoy es Navidad! 
Me encanta estás fechas y más pasarlas con mi mamá, de verdad es lo más hermoso, al igual que con mis amigas. De pequeña una niñas me preguntaron si no sentía feo al tener que pasar esas fechas solo con mi mamá; yo les dije que si dolía por qué extrañaba mucho a mi papá, pero que el ya no estaba y yo tenía que salir adelante por qué el así lo hubiera querido, y pues mi mamá es mi todo, aunque aveces se vaya de viaje a otras oficinas pero igual cuando son esas fechas nunca me deja sola. 
Entro al baño a darme una ducha y minutos después ya estoy afuera peinándome cuando recuerdo algo. 
Ayer batallé un poco para dormir, no dejaba de pensar en él, y me niego a aceptar que me gusta. Tal vez se deba a qué nunca había visto a alguien así y me sorprendí o tal vez es uno de esos crush como de televisión ( por qué nunca saben de tu existencia). Si, creo que sí es mi caso 
Me pongo algo calientito ya que aquí hace frío, más que en dónde vivía antes , la verdad es que ni tengo mucha ropa así que estoy segurísima que vamos a ir de comras, ya que ella tampoco tiene tanta ropa. 
Me veo en el espejo y como ya tengo rato abrigada pues me estoy poniendo rojita. 
Cuando iba a la escuela allá, me ponía rojita y no se es algo que siempre me pasa 
Bajo y veo a mi mamá ya lista, su bolsa está en el sillón y ella está terminado una llamada 
—Ya estoy lista—avisó—¿a dónde vamos? 
—Al centro comercial y pues como nos vamos a tardar (por qué tú te tardas mucho), creo que te vas a regresar sola—dice distraída en el telefono. 
—¿Vamos a ir a comprar ropa verdad? 
—Si … ya te diste cuenta que aquí hace más frío y casi no tenemos nada. 
—Buenos pues vámonos. 
La tomo del brazo y salimos de la casa. Caminamos hablando de cualquier cosa, y yo estaba pendiente del camino para no perderme. 
Cuando llegamos al centro comercial quedé impactada del tamaño que tenía. 
—Esté lugar es enorme—exclamé todavía sorprendida. 
-—Si—respondió mamá—. Una compañera me dijo que aquí vendían de todo. 
Empezamos a ver varias tiendas, y si era verdad vendían de todo. Compré varias cosas para maquillarme, ya que, ni maquillarme podía cuando estaba con aquel por qué se enojaba , pero ahora el ya no estaba así que, quería empezar de nuevo a utilizar maquillaje para sentirme bien conmigo misma. 
Salimos de la tienda y entramos a otra. Compré unos tenis hermosos blancos, unas botas negras, y unos cuantos abrigo. No podía creer que todavía no acabábamos las tiendas y ya llevábamos muchas cosas. El problema era de como iba a llevarme todo 
Me río cuando me imagino con 20 bolsas en la calle y de repente que se me caigan, que oso. 
Ya no pudimos ver más por qué mi mamá se tenía que ir. 
—Hija, ya es hora—expresó mamá con una mueca de disgusto, mientras llamaba un taxi— Te dejo en la casa, sube. 
En el transcurso a la casa iba en silencio. Me imaginaba que mis amigas venían a verme; lo único que me tranquilizaba es que cuando entre a clases, mi amiga Sandra se iba a venir a vivir acá. 
Llegue a casa y dejé las cosas en el sillón y me puse a mandarles mensajes a las chicas. 

Chat: 
Yo: Feliz 24 chiquis, las quiero y las extraño mucho 
Dariana: Hola amix feliz 24 para ti también .. cómo estás? Cómo te está yendo? 
Yo: Estoy muy bien , obvio las extraño mucho. 
Scar: Hola abandonadora , ya nos cambiaste? 
Yo: Hola ..Nunca las cambiaría 
Emilia: Helloooo Mérida ¿Cuántos novios llevas? 
Yo: Yo estoy bien gracias por preguntar 
Emilia: Perdón jajajaja … Que bueno que estés bien, bueno ahora sí contesta ¿Cuántos has besado? 
Yo: Ninguno solo llevo 1 semana no un año. 
Emilia: Muy mal … Eso no te e enseñado *inserta cara de decepción* 
Yo: Lo se no seguiré tu ejemplo … 
Emilia: Bueno hay alguien que te guste?? 
Justo la pregunta que no quería que me hicieran 
Yo: No. 
Emilia: 😒. 
Fin del chat 

No es momento para decirles que tengo un crush de tele; aparte es solo un crush, algo pasajero que con el tiempo olvidaré. 
Ya aburrida de estar encerrada, agarro mis cosas y salgo de la casa. Es 24 de diciembre, y no quiero pasarlo sola. Veo que ya son  las 5 de la tarde y tengo mucha hambre. 
Camino por el parque y nunca me imaginé estar en otra cuidad , siempre creí que me quedaría en la mismo lugar y mírenme, caminando sola por la calle, pensando en el chico que me gusta en Noche Buena. 
Sigo caminando y de repente, oigo que alguien llora. 
Frunzo el ceño creyendo que es mi imaginación, pero los sollozos cada vez son más fuerte. Me dispongo a buscar a la persona que está llorando, no es que sea chismosa es solo que me dio curiosidad. 
Camino y veo a alguien en una banca, tiene los brazos en las rodillas y está con la cabeza hacia abajo. 
Ver a esa persona en ese estado tan vulnerable me querer ayudarla, pero me da miedo que me grité o algo parecido. 
—¿Estas bien?—pregunté al fin, acercándome a la persona. 
—S-si—dice con la voz entrecortada y la cabeza aún abajo, limpiándose las lágrimas. 
Aún no se que hacer, miró para los lados pensando una idea, sin darme cuenta, el chico levanta un poco la cabeza, y cuando volteo a verlo me sorprendo mucho. 
No. Puede. Ser. 
Es aquel guapo… El amor de mi vida .. El muchacho de ayer 
¡¿Pero como?! 
Siento que algo se quiere salir de mi pecho, y estoy muy segura que mi corazón va a estallar. 
Respira no dejes que te controle los latidos de tú pobre, pobre corazón. 
Suspiro, y digo:—¿Es por una muchacha verdad?— Ya lo dije ni modo , tal vez me odie o hasta me conteste feo, por qué literal no sabe que existo. 
Él solo se me queda mirando, yo igual lo miró con mucha intensidad, noto que tiene un poco rojo los ojos, aunque se sigue viendo lindo. 
—Se que no me conoces, por qué soy una extraña para ti—prosigó viendo como me mira confundido— Pero no debes de llorar por una persona que no te valoro. Si quieres desahogarte puedes llamarme a este número. 
Anoto el número rápido, en un papelito que tenía, y lo pongo en la banca, le sonrió antes de irme con la cara roja de la vergüenza. 
Llego a mi casa y le mando mensaje a las chicas. 
Yo: Niñas había un chavo en una banca llorando, le hable y le di mi número ¿Estuvo mal lo que hice? 
Emilia:Y dices que no eres como yo …. Pero si eres idéntica prácticamente le coqueteaste. 
Yo: Pero que dices … pero si solo le di mi número por qué el estaba mal 
Emilia: Ajá, si tú dices 
Pero si esta loca ,yo no le coquetee, solo fui amable con el. 
Conciencia: si le coqueteaste. 
Tú cállate. 
A veces pienso que estoy loca, por qué siento que mi conciencia me habla. 
—Es que tuve una extraña sensación de ayudarlo y fue lo primero que se me ocurrió—exclamé al aire. 
Conciencia: pues se ve mas guapo y sex… 
—Ni te atrevas a decirlo. 
>>Si está guapo , pero el estaba mal ósea , no se si porque le di mi número voy a quedar como una payasa, a lo mejor nunca me manda un mensaje. 
Conciencia : espero y no quedemos como unas. 
Me fui a dar un baño ya que no dejaba de pensar en él y de alguna manera tenía que dejar de pensar en el. Aparte tengo que hablar con mi mamá 
Salgo y veo que me entra una llamada y por un momento pensé que era otra persona , pero no era. 
Y era mi mamá 
—Hola hija como estuvo tu día? 
—Bien … salí al parque 
—Al fin—responde burlona—. Hija te llamaba para decirte que si me voy a quedar; la junta empieza en una hora y se va acabar tarde, y pues no me quiero ir por qué está muy oscuro, creo que me voy a quedar a dormir acá, por qué tengo otra junta  muy temprano; esa se acaba rápido, y ya tengo el día libre pues es navidad. 
—Si mejor mejor quédate allá—concuerdo con ella—. Te veo en la maña. 
—Gracias hija, cierra muy bien todo y cualquier cosa me llamas. Nos vemos en la mañana , llevaré algunas cosas para hacer una comida—se escucha que alguien la llama de fondo—. Bueno ya me tengo que ir, hay mucho que arreglar; bye te amo. 
Bueno, tendré que pasar la noche sola. 
Mi estomago gruñe recordándome que no he comido nada, así que pienso en pedir una pizza. Mientras busco el número, me llega una llamada de un número desconocido. 
Conciencia: ¿Y si es él? 
—¿Quién?—por un momento se me olvidó todo lo que pasó hoy. 
Conciencia: El muchacho que estaba llorando en el parque. 
—Pero claro, que vergüenza—me tapo la cara—¿Contesto o no contesto? 
El teléfono seguía sonado hasta que decidí contestar. 
—¿Bueno?—hablé algo nerviosa. 
—Holaaa—responde borracho, y con algo de tristeza en su voz. 
—¿Quién habla?—pregunto. Creo que sí es el pero hay que estar segura. 
—Soy yooo pequeña—habla arrastrando las palabras—La que me dijo “si quieres desahogarte aquí está mi número”– dice haciendo mi voz. 
Que vergüenza , seguro estoy toda roja 
—Ah si,—respondo con vergüenza— ¿Que haces en la calle tan noche y borracho? Mejor hablamos mañana que estés mejor , deberías ir a tu casa.—recomiendo. 
—No … no quiero ir a mii casaaa, hip—responde hipando. 
Y en eso de escucha que se quiebra algo. 
—¿Dónde estas?—preguntó ahora muy preocupada. 
—No, hip, looo seee—y se empezó reír 
Esta loco, puede estar en peligro y este se está riendo. 
—Dime que vez—exijo. 
—Veo un bar, y al otro lado de la calle veo la banca en la que lloré. 
—Okey no te muevas voy a ir por ti. 
—Como ordenes pequeña -hip—se corta la llamada. 
-Que hago conciencia ¿lo dejo ahí? 
Conciencia: Nooo, ya es muy noche ve a traerlo. 
-Aquí no, si mi mamá se entera me mata. 
Conciencia: lo vas a dejar ahí borracho si le pasa algo, yo, tu conciencia, te lo voy a recordar mucho. 
-Hay te odio. 
Me pongo un suéter pues hace frío y salgo. Camino lo más rápido posible y si lo veo afuera del bar, pero no está solo, hay una chica a su lado. Por qué no me dijo, ugh, pues que ella lo lleve a su casa. Me doy la vuelta para irme. 
Conciencia: ¡¿Lo vas a dejar ahí?! ¡Y si esa chica se aprovecha de él …. Demuéstrale a esa chica quien eres! 
-Agh, okey. Pero si termino golpeada tu vas a tener la culpa, y no te voy a hablar por el resto de mi vida. ¿Cómo se llama? 
Me acerco muy lento, él me ve, y parece que me reconoce. 
—Hola pequeña—hip—. Viniste. 
—Si—digo dudosa 
Y como me lo esperaba hablo la muchacha 
—Entonces qué guapo, ¿nos vamos?—pronuncia dándole al chico una mirada pícara. 
Conciencia: Defiéndete. 
—Lo siento, pero él se va conmigo—digo fría. 
—¿Y quien eres tu para que decida sobre el?—responde viéndome mal. 
—En primer lugar, él está demasiado borracho, no sabe ni quien es—replico—. Y en segunda “YO SOY SU NOVIA” 
Solo veo que el muchacho me queda viendo sorprendido, abrió la boca y la cerro rápido, mientras que yo, estoy pasando la mayor vergüenza de mi vida. 
Sáquenme de aquí. 
Ahora estoy más roja de seguro. 
—No sabia que tenia novia, ni que eras tú; pero se veía tan dolido que pensé que había terminado con su con novia. Se le nota tanto que terminó con la chica que amaba—se defendió algo nerviosa. 
—No querida—me limité a responder. 
La chica se fue sin decir más nada, y quedamos el muchacho y yo, en un silencio que incomodaba. 
—Pequeña me das miedo, tienes agallas, eh—rompió el silencio. 
—Ya ya, que tal si me golpeaba. Y tu ahí borracho como una cuba, sin poder hacer nada hasta que me mate. 
El se empieza a reír de lo que dije, y yo lo veo indignada. ¿Qué tiene de gracioso que una desconocida vaya a matarme? 
—No es para tanto, he igual no dejaría que te golpeara—dice cuando para de reír—. Y segundo, yo creo que no necesitas que te ayude, estoy seguro de que tú la matas a ella. 
No sé puede platicar con el 
—Mejor vámonos—sugerí—. Hace frío, ven agárrate. 
—¿A dónde me llevas? 
—A mi casa, después si te pasa algo vas y me persigues por toda mi vida echándome la culpa. 
Él empezó a reírse de ese disparate, y yo, admití que si pudiera, escucharía su risa toda mi vida. 




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