Aqui les dejo un pequeño extra, que lo disfruten 3>
Al salir, nos dirigimos al parque, y decidí sorprender a Mérida invitándole a un helado. Todos saben que ella es terca, así que al final terminó siendo ella quien compró los helados. Fue una mezcla encantadora de risas y complicidad mientras disfrutábamos de nuestros sabores favoritos.
Desde hace dos semanas, cada momento lo pasamos juntos. Cuando estoy con ella, me sumerjo en una sensación tan reconfortante. Es como si solo existiéramos Mérida y yo en nuestro propio mundo de felicidad.
Caminamos por el parque, explorando los rincones que nos gustaban. Aunque intenté comprar los helados, Mérida, con su terquedad encantadora, se encargó de la tarea. Mientras ella lo hacía, me aventuré a pasear por el parque, admirando la naturaleza que nos rodeaba.
Mis pensamientos se volvieron introspectivos. Estar con Mérida constantemente durante estas dos semanas ha sido increíble, pero una sombra de preocupación se asomaba. Una chica ha aparecido cada vez que Mérida y yo estamos juntos, como un eco inoportuno. Su presencia, llena de coqueteo, amenaza con desvanecer la paz y la tranquilidad que Mérida me brinda.
"Hola, ¿en qué piensas?", interrumpe Mérida, rompiendo mis pensamientos mientras regresa con los helados.
"En nada, solo admiraba la naturaleza", le respondo con una sonrisa.
Después de un rato, Mérida comparte que se encontró con la intrusa, Devany. Mis palabras para rechazarla chocan contra el viento, y la preocupación se dibuja en el rostro de Mérida.
"¿Tienes miedo de que alguien te lastime de nuevo?" me pregunta, y por primera vez, encuentro en mi interior una confianza que me permite responder: "No es miedo, es que estoy tan cómodo contigo que no necesito a nadie más".
Mérida, con un gesto revelador, sugiere que debería conocer a Devany, pero la conversación queda suspendida, ya que la chica en cuestión aparece en el escenario.
"Hola, César. ¿Ya te ibas?", me saluda Devany.
"Sí, pero ¿por qué tan rápido?", continúa ella.
"Tengo muchas cosas que hacer", respondo, notando que estoy siendo algo seco.
"Qué lástima, ¿por qué no salimos un rato? Cuando termines esas pendientes", propone Devany, pero decido proteger mi tiempo libre con Mérida.
"Lo siento, pero Mérida está un poco enferma y prefiero pasar mi tiempo libre cuidando de ella", explico.
"Ya ves, César, tu amichicle puede cuidar de ella misma", comenta Devany en tono sarcástico.
"No hables así de Mérida, y si quiero cuidar de ella, es decisión mía, no tuya", le advierto con firmeza.
Mérida, con su testarudez encantadora, interviene para demostrar que no está tan mal. Pero la tensión crece cuando Devany intenta besarme, desatando una reacción inesperada en Mérida.
"Cesar, deja que Mérida se vaya", me sugiere Devany, pero no estoy dispuesto a dejar que mi mejor amiga se aleje.
"Por qué no me dejas", le grito, frustrado.
"Porque no quieres salir conmigo", responde Devany.
"No estoy listo. Apenas terminé una relación con otra persona", le digo, tratando de mantener la calma.
"Yo no te voy a lastimar y puedo ayudarte a olvidar a tu ex", insiste ella.
"No quiero sonar grosero, pero ya te dije que no quiero salir contigo. No quiero una novia en estos momentos. Quiero una amiga, a mi amiga", le aclaro.
Devany finalmente se cansa y me pone a prueba: "Tienes que tomar una decisión, ¿ella o yo? Pero puedo ser mucho mejor que ella".
"Realmente crees que te voy a escoger? Después de casi perder a mi mejor amiga, la elijo a ella", respondo con firmeza.
"Ella no quiere ser tu amiga. Ella quiere ser algo más y tú lo sabes. Tú sabes que le gustas", revela Devany.
"De qué hablas?", me desconcierto.
"Realmente crees que se fue porque se siente mal? O porque le dieron celos?", me desafía.
Me quedo en shock. ¿Mérida, mi mejor amiga, está enamorada de mí?
"No confío en ti. No me voy a arriesgar a perderla", le digo a Devany antes de alejarme.
Al caminar, intento comunicarme con Mérida, pero ella no responde. La incertidumbre me envuelve, y la historia toma un giro inesperado.
Editado: 31.08.2024