Me desperté por la alarma de mi celular, eran las 9:30. Me metí a bañar y después de eso comencé a arreglarme, me maquillé un poco más de lo normal pero sin exagerar, sequé mi cabello y elegí un vestido negro corto. Bajé a la cocina con la intención de desayunar algo.
-Hola Beatriz, buenos días- Saludé y luego me senté en una silla de la barra.
-Buenos días Pamela, te preparé un jugo de naranja con mandarina como te gusta- Dijo ella sirviendo el jugo en un vaso.
-Gracias Beatriz, ¿has visto a Nicolás?- Tenía que hablar con él para arreglar algunas cosas faltantes de la fiesta.
-No se ha despertado aún-
Tomé mi vaso de jugo y subí las escaleras para ir a su habitación.
-Nicolás abre la puerta- Grité para que se despertara.
-Pasa hermanita- Escuché su voz adormidala -¿Qué hora es? anoche llegué muy tarde-
-Son casi las 11 Nicolás- Me senté en la orilla de su cama -Vamos a irnos desde hoy a la casa en la playa para que todo esté listo para mañana ¿quieres ir?- Pregunté aunque ya sabía la respuesta. Al escuchar esto inmediatamente se levantó.
-¿Estará Natalia?- Preguntó emocionado, parecía de 6 años no de 22.
-Claro que estará, es mi mejor amiga- Nicolás sonrió -Ella quiere saber si tú puedes llevarla en tu auto, Diego se irá en el mío pero llevará muchas cosas y no hay espacio-
-¿Qué dices? claro que puedo llevarla, es mi oportunidad- Dijo aún con más emoción -Dile que pasaré por ella a las 5, espera espera, ¿tú con quien irás?- Me miró y por mi expresión supo la respuesta.
-Iré con Manuel- Dije en voz un poco más baja.
-Pam, sabes que ese tipo no me gusta para ti, a parte de que es mucho mayor que tú, no confío en él- Dijo un poco serio.
-Hermano, él me quiere de verdad, te prometo que no me lastimará, por favor confía en mí- Dije en tono suplicante.
En eso me llegó un mensaje de Manuel "Estoy aquí pequeña".
-Debo irme, me está esperando- Dije y me acerqué a él, le di un abrazo y un beso en la mejilla -Te quiero Nicolás-
-Ten cuidado hermanita, te quiero-
Bajé y él se encontraba en la entrada con un enorme oso de peluche. Lo miré sorprendida.
-Hola pequeña- me acercó hacia él, me rodeó la cintura con su brazo y me besó.
-Creo que nunca me cansaré de que me beses así- Dije sonriendo -Hueles genial-
-Yo nunca me cansaré de besarte pequeña, me encantas- Dijo aún sin soltarme -Esto es para ti-
Me entregó el enorme oso que olía a él.
-Gracias, es hermoso- Dije y nuevamente nos abrazamos -Vamos a llevarlo a mi habitación-
Lo tomé de la mano y subimos hasta mi habitación, dejamos el peluche y cuando íbamos saliendo Nicolás, que también salía de la suya, le dedicó una mirada de odio a Manuel.
Bajamos en silencio, nos subimos en su auto.
-Creo que no le caigo muy bien a tu hermano- Dijo Manuel mientras encendía su auto.
-Nop, pero no te preocupes, yo sé que tarde o temprano se llevarán bien, hasta pueden ser amigos- De verdad esperaba que algún día se llevaran bien.
-Bueno, dejemos eso a un lado, ¿no quieres saber a donde iremos?- Preguntó Manuel.
-Claro, ¿a dónde vamos?- Pregunté emocionada.
-Iremos a la playa, tengo una sorpresa para ti pequeña- Yo era fan de las sorpresas y si eran de Manuel aún más -No te diré qué es así que no preguntes-
Rodé los ojos, encendí la música y subí el volumen, cantamos varias canciones,
y después de media hora de camino llegamos.
-Supongo que te preguntarás cuál es la sorpresa- Dijo al ver mi expresión de confusión.
-Exacto, quiero saberlo- Dije ansiosa.
-Tranquila pequeña, en un momento lo sabrás- Tomó mi mano y caminamos hacia la entrada de la casa donde nos estacionamos -Ahora cierra los ojos-
-Está bien- Cerré los ojos pero traté de ver un poco, Manuel se dio cuenta y cubrió mis ojos con su mano, entramos en la casa.
-Esta es la sorpresa- Dijo al momento lo que retiraba su mano de mis ojos. Los abrí y mis ojos se encontraron con una enorme moto.
-Bienvenida a mi casa- Esa casa también era muy linda -Daremos un pequeño paseo en moto, así que tendrás que guardar ese lindo vestido para la siguiente sorpresa-
-¿Y qué se supone que debo ponerme? no he traído más ropa- Dije un poco preocupada.
-Pues tenemos media hora para ir a comprar algo que sea cómodo- Salimos en direccional al centro comercial.
-Espérame aquí, no tardo- Le dije a Manuel y él se quedó sentado en una banca afuera de la tienda.
Después de 15 minutos mi teléfono comenzó a sonar.
-Pequeña iré por un helado, ¿quieres uno?-
-Sí por favor, muero de calor- Era verdad estaba haciendo muchísimo calor -Y un té helado por favor-
-Lo que gustes pequeña, te veo en 10 minutos afuera de la tienda-
Terminé de probarme la ropa, elegí lo que más me gustó y fui a pagarla. Al salir de la tienda Manuel iba llegando con un delicioso helado de fresa y una botella de té.
-Gracias Manuel, eres muy lindo- Dije tomando mi helado y mi té -¿Nos vamos?-
-Vamos pequeña- Regresamos a la casa y fui a un baño a cambiarme.
-¿Te gusta?- Pregunté al ver la cara de Manuel, no dejaba de mirarme.
-De verdad eres hermosa Pamela, con todo te ves muy linda y sexy, me encantas- Se acercó a mí y me besó, de una forma muy intensa. Después de un tiempo nos separamos y fuimos a la moto.
-¿Sabes conducir motocicletas? no es normal que los aburridos profesores de matemáticas anden en ellas- Dije sólo para molestar. Nos acomodamos en la moto y Manuel la encendió.
-Pues no sé hacerlo pero aprenderé camino a la siguiente sorpresa- Dijo riendo.
-Ni loca me subo a esa moto contigo- Dije bromeando.
-Yo se que te mueres por pasear en esa moto, te encanta el peligro- Él tenía razón, me encantaba sentir la adrenalina recorriendo mi cuerpo.
-¿Qué te parece si yo manejo? soy más responsable que tú, tú chocas con el auto de tus alumnas- También me encantaba molestarlo.