Justo a las 12:00 a.m. mi celular comenzó a sonar, era Manuel.
-Feliz cumpleaños mi pequeña- Dijo con un tono de voz muy alegre -Espero ser el primero en felicitarte-
-Gracias Manuel, y sí, si lo eres-
-Abre la puerta Pamela- No entendía ¿por qué quería que abriera la puerta?
-¿Por qué?- Estaba un poco confundida.
-Sólo hazlo pequeña- Aún con dudas, abrí la puerta, en el suelo, se encontraba una caja de tamaño mediano color verde limón, mi color favorito, tenía una nota que decía: "Pequeña, deseo que este cumpleaños sea muy especial para ti, que lo disfrutes mucho en compañía de tus amigos, te quiero. Tu guapo profesor".
Sonreí al leer lo último, me dispuse a abrir la caja cuando de pronto escuché unos pasos de alguien acercándose a mí.
-Feliz cumpleaños pequeña- Era la voz que más deseaba escuchar en ese momento.
-Manuel, muchas gracias- Literalmente corrí a abrazarlo como niña pequeña -Gracias por venir hasta acá-
-No tienes que agradecerme nada Pamela, es un placer para mí, pero sólo vine a darte tu última sorpresa y un abrazo de feliz cumpleaños-
-Quédate- Dije y me acerqué hasta sus labios y lo besé -Por favor-
-No me tientes pequeña- Ahora fue él quien me besó.
-Buenas noches- Nos separamos de golpe al escuchar a Nicolás con su típico tono molesto con el que le hablaba a Manuel.
-Debo irme pequeña, te veré mañana- Susurró en mi oído -Te quiero-
-Yo también te quiero- Me acerqué y le di un corto y rápido beso en los labios ya que Nicolás seguía frente a nosotros -Nos vemos mañana-
No quería que Manuel se fuera, no me parecía justo que Nicolás se comportara así, después de todo ya era mayor, sabía perfectamente lo que hacía, pero tampoco quería tener problemas con él así que no dije nada.
Tomé la caja y entré un poco molesta.
-Feliz cumpleaños Pam- gritó Natalia en cuanto me vio entrar.
-Feliz cumpleaños Pamela- Dijo Diego, ambos se acercaron y me abrazaron fuertemente, muy fuertemente.
-Chicos, no respiro- Dije con poco aire. Ellos me soltaron, coloqué la caja en una mesita -Gracias, son los mejores-
-¿Y tú no vas a felicitarme?- Miré a Nicolás, creí que estaba enojado.
-Ven hermanita- Me acerqué a él y me abrazó -Feliz cumpleaños Pamela, siento ser tan celoso, es que aún no puedo aceptar tu relación con ese anciano- Esta vez lo dijo riendo.
-Es sólo unos años mayor que tú Nicolás- Dije rodando los ojos.
-Lo sé, ten, el regalo de nuestros padres Me extendió una pequeña cajita, la abrí y encontré una llaves.
-No entiendo, son unas llaves- No comprendía.
-Está en la cochera- Dijo sonriendo. No lo podía creer.
Corrí a la cochera y encontré un hermoso coupé color plata. No pude evitar gritar de la emoción.
Nicolás y mis amigos me miraban sonrientes.
-Llamaré a mis papás, tengo que agradecerles- Dije entrando en el auto.
-¡Papá!, gracias por el increíble regalo-
-Me da mucho gusto que te haya gustado hija, tu madre y yo te deseamos que pases un increíble día, volveremos en tres días, Nicolás ya nos contó que tienes novio, queremos conocerlo, invítalo a cenar para cuando volvamos-
-Gracias papá, está bien, lo invitaré, te quiero, saluda a mamá de mi parte, nos vemos en tres días-
Me puse un poco nerviosa porque no sabía si mi papá aceptaría a Manuel.
Salí del auto y fui feliz al jardín donde estaban los demás.
Nos acostamos muy tarde, estuvimos adornando el jardín y algunas partes del interior de la casa, todo estaba quedando perfecto.
Al despertar como a las 11, fui a la cocina y ahí se encontraba Natalia con Nicolás, ambos reían a carcajadas, luego mi hermano le sirvió el desayuno a mi amiga y ella se sonrojó.
-¿De qué me perdí?- Dije con tono curioso.
-De nada hermanita, sólo le contaba algunos chistes a Nat- Claro claro.
-Ajá- Los miré a los dos, en verdad harían una pareja perfecta, por su forma de pensar y actuar, aunque también fisicamente, ella de estatura baja, ojos verdes, cabello rubio y ondulado, y él alto, cabello oscuro y algo rebelde, ojos verdes, sin duda se verían perfectos juntos.
-Tengo una sorpresa para ti Pam, ven- Dijo Natalia cambiando de tema, me jaló del brazo hacia la sala, miré sonriente a Nicolás que nos observaba, mejor dicho observaba a Natalia -Espero que te guste-
Antes de abrirlo la abracé fuertemente.
-¡Natalia! es perfecto, muchas gracias- La volví a abrazar. Era un bikini color negro bastante pequeño.
-Es para la fiesta, supuse que querrías destacar como siempre- Dijo riendo. Todos los invitados traerán trajes de baño color neón.
-Me gusta, pero creo que es demasiado pequeño, ¿no te parece?- Volví a mirarlo, se me vería bien, aunque no me gustaba "mostrar tanto".
-¿Qué dices niña?- Habló con tono de incredulidad -Tienes un hermoso cuerpo, lucirás genial, a parte es tu cumpleaños debes sobresalir del resto-
-Okay okay, sólo necesito comprar algunos accesorios, ¿vamos al centro comercial?-
-Vamos Pam, sólo voy por mi bolso y listo- Salió corriendo hacia una de las habitaciones, yo fui a buscar a Diego.
-Nicolás, ¿viste a Diego? no lo encuentro por ningún lado- Era raro, Diego nunca salía sin avisarnos.
-No lo he visto Pamela, pero tranquila, seguro fue a correr, ya sabes como es él- Decidí no llamarlo -Cuando regrese le diré que las alcance-
-Gracias Nico-
Salimos caminando ya que aún era temprano y el sol no quemaba demasiado.
-Pam, estoy enamorada de Nicolás- Dijo Natalia bajando la mirada.
-¿Y por qué te apenas? Estar enamorada no es ningún delito- Me detuve frente a ella para que me mirara a los ojos.
-Lo dice la chica que no se enamora- Recordé cuando juraba que nunca me enamoraría, y ahora era más feliz que nunca.
-Las cosas siempre cambian, no puedes simplemente evitar el amor- Dije sonriendo.
-Me doy cuenta de eso amiga, promete que me ayudarás a conquistarlo- Me miró acusadoramente.