Dos días

-Será mejor que te sientes en el asiento del copiloto- Sugirió el piloto, pero más bien sonó como una orden -Es mil veces más seguro y cómodo que el suelo-

Hice lo que me pedía y me coloqué el cinturón de seguridad. Aún estaba un poco nerviosa pero el sueño comenzaba a invadir mi cuerpo.

-¿Tardaremos mucho en llegar?- Pregunté tímidamente.

-Algunas horas, pero debemos transbordar a un avión, esta cosa no podrá llevarnos hasta allá- Entonces sí que iríamos muy lejos -¿Tienes hambre?-

-No, gracias, estoy bien- Despegamos.

-No tengas miedo Pamela, estamos aquí para llevarte a un lugar seguro- Habló desde atrás el hombre más joven, no me giré para verlo, me limité a asentir con la cabeza -¿Y cómo te trató Rus este tiempo, eh?-

-¿Quién?- Esta vez volteé a verlo.

-Rus, Ruslan- Fruncí el ceño e hice una mueca para que entendiera que no sabía de quién hablaba, él comprendió inmediatamente -El hombre que estuvo protegiéndote-

-¿Ése es su nombre?- Asintió, ¿Así que ese era su nombre? Ruslan - ¿Y por qué no me lo dijo? Sólo me dijo que lo podía llamar Sebastian-

-Es un tipo muy raro, no le gusta mezclar lo profesional con lo personal- Vaya, quién lo diría -Entonces, ¿cómo te trató?-

-Al principio era un idiota- Dije recordando las veces que me había golpeado, era increíble que pudiera perdonarle eso, nunca antes nadie me había golpeado, quizá yo era una tonta o quizá era la sensación de confianza y seguridad que me transmitía Ruslan -Pero cuando me explicó que estaba protegiéndome todo cambió, incluso me compró chocolates- Sonreí al recordar ese día.

-Apuesto a que intentó seducirte ¿eh?- Dijo en tono burlón. ¿Que si lo intentó?

-Digamos que me hizo algunas propuestas- Dije un poco avergonzada girando mi cabeza para ver hacia otro lado -Pero no logró convencerme de nada-

-Lo sé, tú eres muy bonita para un tipo tan feo como él- Sonreí por su comentario, definitivamente me caía bien.

-Y a parte de feo, arrogante- Me giré para verlo nuevamente, sonreía por mi comentario.

-Eso es extraño, a pesar de que es uno de los mejores, nunca presume lo que hace- Tenía el ceño fruncido, parecía que estaba creando una loca teoría en su cabeza -Yo creo que le gustas y por eso actuó de esa forma- Concluyó después de pensarlo durante unos segundos.

-¿Qué dices?- Eso sí no tenía sentido, todo lo que me decía, "preciosa" y eso, obviamente era para molestarme.

-Vamos Pamela, sabes que eres muy hermosa y tienes un excelente físico, ¿por qué no habrías de gustarle?- Definitivamente era una loca teoría.

-¿Bromeas, cierto?- Negó con la cabeza. Ya no quería seguir con el tema -¿Creen que pueda dormirme?-

-Adelante, tienes tres horas antes de que tengamos que subirnos en el avión- Respondió el piloto, que durante la conversación anterior había permanecido callado como si no le interesara lo que decíamos.

-Bueno- Dije y cerré los ojos, rápidamente caí en un profundo sueño.

...

-Despierta- Abrí lentamente los ojos, forcé a mi cuerpo a reaccionar rápidamente, teníamos que darnos prisa -Hemos llegado-

-Vamos- Me levanté del asiento y bajé del helicóptero detrás de él. Al estar fuera, me di cuenta que nos encontrábamos en una enorme explanada donde no había ni un alma. A lo lejos pude observar que no había absolutamente nada, sólo arena. A juzgar por eso y mi casi nulo conocimiento geográfico, supuse que seguíamos en África -Por aquí-
Me indicó con la cabeza que era hora de subir hasta el interior de un pequeño avión que se encontraba a tan sólo unos metros de distancia del helicóptero. Lo hice.

La mayor parte del vuelo lo pasé dormida o fingiendo que lo estaba, no tenía ánimo de hablar con ninguno de los dos. Unas horas después, el frío comenzó a invadir mi cuerpo, lo que me indicó que pronto llegaríamos al lugar cien veces más seguro que la anterior casa.
Me preguntaba qué sería, ¿una casa? ¿Un tipo de base? Estaba intrigada.

-¿A dónde vamos?- Era una pregunta que anteriormente había hecho, pero no fue lo que realmente quise preguntar, creo que mi cerebro se estaba enfriando por las bajas temperaturas -Quiero decir, ¿iremos a una casa?- Reformulé un poco mejor mi pregunta.

-Estaremos en una unidad secreta, que obviamente ya no será secreta para ti- Respondió el hombre mayor -Ahí estarás hasta que hayamos atrapado a "los malos"-

-¿Quiénes son los malos?- Era algo que necesitaba saber.

-Escucha Pamela, aunque tú no lo sepas, existen personas que desde antes de su nacimiento están destinadas a ser importantes- Hizo una pausa para comprobar que le estaba prestando la suficiente atención, asentí para demostrarle que lo estaba escuchando y podía proseguir -Eso, los condena a que exista otro grupo de personas, los malos, que los perseguirá y tratará de eliminarlos de su camino-

¿Eso qué significaba? ¿Qué tenía que ver yo con esas personas de las que me hablaba?

-¿Y yo dónde entro?- Pregunté todavía sin comprender nada. Ellos dos se miraron, el más joven suspiró.

-Tú, Pamela, eres una persona importante, es lo único que podemos decirte, lo demás no nos corresponde contártelo- Había una cosa que todavía no comprendía.

-Pero ¿Para quién soy importante? tan sólo soy una chica que asiste a la preparatoria y lleva una vida completamente normal, acepto que mi padre me ha dado ciertos lujos desde que tengo memoria, pero nada que sobrepase los límites- Mi cabeza era un lío, necesitaba respuestas, inmediatamente.

-No lo comprendes- Obviamente no comprendía nada, absolutamente nada -Esto no tiene nada que ver contigo, no es algo que te hayas ganado por tus méritos, es mucho más complicado que eso-

-Tienes razón, no estoy comprendiendo nada, es por eso que necesito que me digas toda la verdad- Mi voz sonaba tan alterada, la desesperación que sentía aumentaba con cada segundo de silencio por parte de esos hombres.

-Podríamos decírtela en este momento Pam- Habló ahora el más joven -Pero no queremos entrometernos es esos asuntos, nosotros solamente estamos aquí para protegerte y es lo que vamos a hacer-