Enamorada de mi Vecino

Prologo

                                   Tener 17 años, llamarse Annette Collins y carecer de una madre funcional, que lo unico que sabía hacer perfectamente es consumir drogas y dejarte literalmente morir de hambre, te cambia bastante tu mentalidad junto con percepción que tenías de la vida, y aún más cuando tenías un hermanito de 4 años que dependía completamente de ti. Vivir en un barrio cutre en las afueras de Madrid, apenas me daba  tiempo de lidiar con el hambre y mis calificaciones de la secundaria, la época no alcanzaba para pensar en el amor o alguna  otra cosa por el estilo, en ocasiones me encontraba muy ocupada sacando tipos que mamá traía del burdel y los llevaba a nuestra casa, o podria estar bañando a mi hermano, o tal vez haciendo mi tarea para que por lo menos sacara un 7 en los examenes y poder aprobar las asignaciones, tambien podria estar limpiando los vomitos de mi madre, o simplemente trabajando a medio tiempo para poder comer o comprarle pañales a mi hermano.

 

Siempre carecí de un padre que pudiera ayudarnos, de hecho ni siquiera creo haber conocido a alguno, excepto por el padre de mi mejor amiga Charlotte, desde que tenía la oportunidad, me trataba como tal, pero eso no prevenía que aveces no podia evitar sentirme completamente sola pero…Un día de esos que piensas que ya será tu fin paso.

Pasó y no pude siquiera evitarlo.

 

Mirando por la ventana, mis ojos vislumbraron al ser más osado, corpulento que mis ojos hubieran visto jamás, quede aún más sin palabras cuando en fracción de segundos unos ojos color turquesa hicieron contacto con los mios dejándome la piel helada y el corazón palpitando hasta bombear con fuerza la sangre entre mis venas, estaba ahí completamente desvestido, y yo aquí espiándolo completamente perpleja con todo el arte que lo podria describir.

                                                                                                                                           

Y tan solo eso pudo ser suficiente para darle comienzo a mis desgracias con un tipo que era mayor que yo...

 

 

No sé qué fue exactamente lo que provoco tal sentimiento, si la intensidad con el cual me observa, si sus cejas pobladas frunciéndose cada vez que cometía una estupidez, aquel semblante serio que lo caracterizaba, el hecho que me haya abrigado despues de la tormenta con sus fornidos brazos, el calor que transmitía a mi cuerpo cada vez que sus gruesos labios color carmesí rozaron los mios en medio de un apasionado beso o su ronca voz declarándome una y otra vez que yo era parte de su propiedad.

Nunca lo sabré, solo sé que ese hombre volcó mi vida totalmente de cabeza y yo ya no estaba cuerda para evitarlo.




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