—Ese de Gabe es un loco, haría todo eso por William—ambos se rieron mientras Ryan llevaba a Rose a su casa.
—Entonces, ¿Esta noche a las 8?—le preguntó Rose cuando ya habían llegado a su casa.
—Claro, —le da un beso corto.— nos vemos.—Rose se iba a bajar del carro pero se acordó de algo.
—Ryan, ¿Por qué no entras a mi casa un momento? Me gustaría mostrarte algo.—Le sonrió y se bajaron del carro.
Al entrar a la casa de Rose, una pequeña Beagle los recibió.
—Aww, que linda perrita.—dijo Ryan al ver el collar rosa y se agachó para acariciarla.
—Es tu perrita.—dijo Rose.
—¿Mía?—preguntó sorprendido mientras se paraba, Rose asintió.
—Feliz aniversario, Ry.—el chico la besó y sonrío.
—Gracias Rose.—la abrazó.
—¿Y cómo la llamaras?—le preguntó mientras se separaba de él y veía a la cachorrita.
—No sé… —pensó un segundo y sonrío.— Heart.
—¿Heart?
—Fue el primero que se me ocurrió.—ambos rieron.
—Pues, a mí me gustó.—Rose sonrío coquetamente.
—Entonces será Heart. –sonrío y besó su frente. Tomó a Heart y Rose abrió la puerta.— A las 8 estaré aquí.—la besó y se fue.
Lo que ninguno de los dos sabía era que Chris los espiaba: Él esperaba a que Rose estuviera sola en su casa para empezar con su plan. Se bajó de su carro y se dirigió a la casa después de ver a un chico salir de ahí. Respiró profundamente y sacó el papel que le dio su hermano. Tocó el timbre y fijó su vista en el papel.
—Buenas tardes, ¿Aquí vive Lola Marshall?
—No, ella murió hace varios años…. ¿Christopher?—el mencionado no pudo evitar sonreír y subió la mirada.
—Oh, hola Rose.
—¿Qué hace aquí?—le preguntó sorprendida.
—Pensé que aquí vivía Lola, no sabía que usted vivía aquí. –Fingió tristeza.— Linda casa, por cierto.
—Gracias. –Ambos se quedaron en silencio unos segundos.— Si quiere puede entrar y charlamos un rato. –ofreció Rose con una sonrisa.— Claro, si es que no está ocupado o…
—No tranquila, entremos.—sonrío el castaño y ambos entraron.
—¿Quiere té?—le preguntó Rose al entrar.
—Sí, por favor.—Chris comenzó a recorrer la casa mientras Rose preparaba el té.
El castaño entró a la sala y vio varias fotos de ella con sus amigos y con el que parecía ser su novio. ¿Novio? Excelente, Rose tenía novio y parecía estar muy feliz con él. De repente, notó una foto que hizo que soltara unas pequeñas lágrimas: Agarró la foto en donde, al parecer, Rose se estaba graduando y estaba su familia.
—Oh, que tonta he sido. –dijo Rose entrando a la sala.— Si quiere puede sentarse en los m…—escuchó su voz y el castaño se limpió las lágrimas disimuladamente para voltearse mientras colocaba la foto en su lugar.
—Gracias, —se escuchó un sonido algo molesto.— creo que el té está listo.
—Oh cierto.—Rose corrió hacia la cocina.
Chris se sentó en una punta del sofá y volvió a mirar la foto: Rose lucía verdaderamente hermosa con ese vestido azul oscuro y su pelo castaño. Sus padres estaban elegantes y su hermano tenía el afro un poco más bajo. Escuchó los pasos de ella e inmediatamente apartó la mirada.
—Aquí tiene.—Rose le entregó una taza y se sentó en la otra punta del sofá.
—Gracias. –Tomó un poco.— Su sala es acogedora.—la sala de Rose era muy espaciosa, tenía una chimenea y unos estantes con unos libros y cosas de valor.
—Gracias.—sonrío y ¿Se sonrojó? A Chris le gustó eso.
—Noté que tiene varias fotos con sus amigos y familiares. Me llamó la atención la foto en donde sale con toda su familia.
—Esa foto es de mi graduación de bachiller, esa fue la última foto que nos tomamos todos juntos.—suspiró.
—¿La última?—el castaño conocía bien la respuesta y sintió que algo se rompía dentro de él.
—Sí, ellos murieron dos años después.—respondió.
—Oh, cuanto lo siento… —Chris notó que Rose estaba a punto de derramar gotas cristalinas a través de sus ojos azules.— Hey, no llore.—en ese momento, ella lo abrazó y lloró pero inmediatamente se separó: Acababa de abrazar a un ‘perfecto extraño’.
—Lo siento, hablar de ellos me deprime.—dijo secándose las lágrimas.
—Entiendo.—le sonrío.
Se quedaron en silencio unos minutos. Minutos que sirvieron para ver el cambio de Rose: Se había pintado el pelo de un color naranja oscuro haciendo que sus ojos azules resaltaran más, su nariz era todavía pequeña y sus labios… esos labios rosados irresistibles lucían finos y delgados. ¿Cómo Rose no notó que Christopher la analizaba? Él usaba sus lentes de sol. Vio una pulsera que decía ‘BRG’.
—Linda pulsera, ¿Me permite? –le preguntó con interés. Ella se la quitó y se la dio.— Es hermosa…—“Pero esa no son sus iniciales”, pensó.
—Gracias, me la regaló mi novio está mañana. Hoy cumplimos un año juntos.—sonrío tiernamente.
—Lindo detalle de su parte.—dijo esforzando una sonrisa: Se había puesto celoso. Se la devolvió.
—Dijiste que buscabas a Lola Marshall.—comentó Rose mientras se colocaba la pulsera de nuevo. “Bien Chris, demuestra tu arte en la improvisación”, pensó mientras tomaba algo del té.
—Bueno, acabo de llegar a la ciudad y me dijeron que ella conocía toda la ciudad y… al parecer mi amigo o no sabía que ella estaba muerta o me hizo una broma de mal gusto.—casi se ríe.
—Si quieres yo te puedo mostrar la ciudad, no tengo problemas.—se ofreció.
—¿En serio? Gracias, pero, ¿No estás ocupada? Digo, no quiero molestarte ni nada.—sonrío para terminar de convencerla y que su plan acabara con éxito.
—En realidad, tengo un pequeño informe que hacer y es para el lunes pero lo puedo hacer mañana, así que ¿Por qué no nos vemos el domingo?—“Bingo”, pensó el castaño y no pudo evitar sonreír.
—Seguro.—Rose miró el reloj de la pared.
—¿Ya son las seis y media? Oh Christopher discúlpame, –ambos se pararon del sofá, dejando las tazas en la mesa.— es que tengo una cita importante a las ocho y…
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Editado: 07.06.2020