Oh, pero que hermosa era la mansión en que se iba a realizar la velada. Iba a ser una larga y polémica noche en la vida de nuestros protagonistas. Esta mascarada solo sería el comienzo de unos giros inesperados en el destino de los chicos.
Unas semanas antes del baile, Chris fue a casa de su hermano. ¿Cómo consiguió la dirección? Jesse. Hizo prometerle que no le diría nada a August de que él iría a su casa.
Al llegar, unos ladridos lo sorprendieron: Un pequeño bulldog lo había visto. Ignoró sus ladridos y se dirigió a la puerta. Usó un viejo método que utilizaba para entrar en las casas cuando era... un criminal. Él, junto con Mason, había construido una especie de llave universal: La única que existía en el mundo. Sonrió al insertar la llave y que esta abriera perfectamente, como si fuera el dueño de la casa. Entró, eran las 9am y August aún no regresaría a su casa.
Subió y comenzó a registrar cada uno de los cuartos, dejando las cosas perfectamente en su lugar. Lo bueno era que se había convertido en todo un profesional a la hora de registrar las casas. Pues sí, aparte de asesinar a las personas con o sin motivo alguno, también se llevaba algo de valor.
Llegó al cuarto de August y se sorprendió de que estuviera arreglado. Sonrió: Eso le facilitaría más las cosas. Comenzó a revisar gavetas, el closet y debajo de la cama: Nada. Volvió a revisar y decidió alzar el colchón. Aún nada.
—Que listo eres, hermanito.—murmuró mientras arreglaba la cama.
Volvió al closet y se le ocurrió revisar su ropa. Monedas, papeles y una pequeña bolsa con polvo blanco.
—Bingo. –La sacó de la chaqueta roja de donde estaba y en cambio metió una bolsa con sal.— Ahora sí que estás jodido, querido hermanito.—sonrió y se fue de ahí.
Al bajar, escuchó que el bulldog comenzaba a ladrar de nuevo. Chris entró a la cocina y buscó algo para que se callara. Consiguió una galleta y salió de la casa, sin antes pasarle llave, para asomarse en el jardín y lanzarle la galleta. El perro se emocionó y se la comió. El castaño se fue.
Volviendo al presente, Chris supuso que August llegaría temprano pero se sorprendió de que llegara a las 11pm, cuando estaban a punto de hacer el brindis. Christopher llegó a las 10:30pm e inmediatamente había agarrado una copa de champagne. Disimuladamente, sacó la bolsita y le echó una gran cantidad de la droga a la bebida. En ese momento, escuchó una risa familiar: Rose había llegado y estaba con Ryan, Loreen, su vecino y su novio juntos.
—Hey Christopher.—el mencionado se volteó y vaya, quedó impactado. Lo mismo le pasó a Rose.
El mencionado cargaba un traje negro, la camisa era de color aqua y una corbata negra. Su máscara era del color de su camisa y los bordes eran de color negro con unos puntos dorados; en la parte de los ojos, éstos tenían un delineado negro.
Por otra parte, Rose vio por primera vez los ojos de Christopher y sentía que conocía a aquellos ojos avellana de alguna parte. La pelinaranja ahora tenía el pelo color chocolate y cargaba un hermoso vestido de un solo hombro, color rosa pálido con un diseño de flores en la parte de abajo, que eran de color rojo, y tenía el pelo recogido en alto. Su máscara era del color de su vestido con unos toques rosa pastel y rojo cereza con líneas doradas. El castaño vio que Ryan se acercaba.
—Hola Ryan.—soltó con cierta frialdad.
—Hola Christopher. –Miro a Rose.— Hey, ahorita vamos a tener el brindis me acaba de decir Ángel.—sonrió.
—Entonces, –Agarró una copa y fingió agarrar otra.— tomen.—le entregó a Rose y a Ryan le dio la que tenía la droga. Luego agarró la suya.
—Gracias, Pher. –Dijo Rose y ambos chicos la miraron raro.— ¿Qué? Se me acaba de ocurrir. –Rieron.— Hey, tienes que conocer a mis amigos. Ven.—lo invitó y el castaño asintió. Gillian sintió algo de celos y los acompañó.
—Hola Christopher. –Dijeron William y Gabe a la vez, se miraron.— ¿Lo conoces?
—Sí, —respondió el mencionado.— Gabe es mi vecino y a William lo conocí hace unas semanas en ‘Bucks.—Todos lo miraron sorprendido a excepción de Ryan.
—¿En serio? –Preguntó Loreen y se detuvo a pensar unos segundos.— ¡Ya sé quién eres! Tú te tropezaste con Rose la otra vez, ¿Verdad?—el castaño asintió y el ojimiel le dirigió una mirada de confusión a su novia. “Acaso, ¿No se habían conocido cuando él había aparecido en casa de Rose?”, pensó.
—Tú debes ser Loreen. –Dijo Christopher recordando y besando el dorso de su mano.— Rose me ha contado mucho de ti. –Ambas chicas se sonrojaron ligeramente. En ese momento, se le ocurrió una idea.
— Oigan, ¿Por qué no hacemos un pequeño brindis entre nosotros?
—¿Sobre qué brindaríamos?—preguntó William.
—Sobre el futuro de nuestros destinos y la amistad.—dijo con segundas intenciones. El rostro de Chris se había transformado: Reflejaba vanidad, odio, deseo, codicia y maldad. Inmediatamente, sonrió de forma natural haciendo que nadie notara el cambio. Todos asintieron.
—¡Perfecto! –Exclamó Rose.— Entonces brindemos por el futuro y que la amistad dure por siempre.—la forma en que Rose hablaba hizo que Chris se sintiera conmovido. “Si supieras lo que se viene esta noche”, pensó.
Alzaron sus copas y bebieron un poco, dejando para el brindis general que se iba hacer.
“Excelente, todo está yendo de acuerdo al plan”, pensó y luego vio que Frank había llegado, se acercó hacia donde ellos estaban.
—Hey Christopher, hey Rose. –Sonrió.— ¿Han visto a August?—sus ojos se habían iluminado con la mención de su nombre.
—No. –Respondió el mayor de los Way notando como se ponían tensos.— Creo que no ha llegado.—reprimió una sonrisa. Si no se equivocaba, debió haberse dado cuenta de que alguien le había robado su droga.
—Oh bueno… nos vemos.—se fue.
“Frank se ve muy guapo, mi hermano en cuanto lo vea…”, sonrió con este pensamiento. Su hermano estaría muy distraído y se olvidaría de Rose y Ryan… temporalmente. “Y espero que sea después de haberme ido con Rose”.
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Editado: 07.06.2020