Enamorada De Un Tatuador

Capítulo 2.

El lugar está intestado de adolescentes con las hormonas a flor de piel.

Estoy sola desde hace una eternidad a lo que a mí me parece, mi amiga y su chico no han llegado y la loca me dejó sola en cuanto llegamos al lugar.

Dicen que todas las noches hacen carreras de motos y los que ven la carrera apuestan por el mejor. Escuché a unas chicas hablando diciendo que correrá el mejor de todos.

Mi amiga aparece junto a su chico agarrados de la mano, en cuanto me ve pone mala cara.

—¿Y Isabelle? –pregunta buscándola

—Desapareció en cuanto llegamos –respondo

—Esta urgida –dice Ian quitándole importancia.

La verdad preferí quedarme sola que con la compañía de ella.

Nos adentramos más al lugar y poco a poco me voy arrepintiendo más de haber venido, a cada lugar que veo hay un espectáculo. Dónde están bebiendo o peleando o mucho peor parejas besandose.

—Hoy correré –habla Ian y aparto la vista de una pareja que se toquetea sin ninguna vergüenza.

—Voy a echarte porras –mi amiga lo abraza para darle un beso en la mejilla.

Vuelvo a apartar la vista para no ver cómo se pasan saliva.

—También conocerán al mejor corredor del sitio y de todo Antofagasta –dice él muy orgulloso.

No sabía que era él mejor corredor de aquí.

—Que modesto –bromeó

—No hablo de mi

—¿De quién entonces? –pregunto confundida.

Quien se expresa así de otra persona.

—De él –dice mientras señala una moto que si no estoy mal viene para acá.

Ian se adelanta un poco para apresurar el encuentro.

Desde mi lugar veo la moto y logro verle la marca, es una Kawasaki ZX-10RR en color verde brillante, o es que está bien pulida.

Creo que estos chicos tienen una leve obsesión con las motos grandes y de moda claro.

Les gusta arriesgar su vida.

Él chico se parquea enfrente de su amigo y baja de la moto.

No se quita el casco así que no logro verle el rostro, pero puedo ver qué es un chico delgado y alto. 

—Quítate el casco –le habla Ian al chico.

Él hace caso a su amigo y se quita el casco.

Mis ojos se abren mucho por el asombro. Trae tatuajes en el rostro, cuello y manos, no puedo negar que es guapo, además trae un arete en la mejilla y los oídos también los tiene perforados.

Mide por lo menos un metro setenta y cinco, tiene la piel pálida, su cabello en color castaño, lo que más llama mi atención son sus ojos, son en color verde, como jade.

No puedo quitarle los ojos de encima, mientras él habla con Ian. Hay algo de él que llama mi atención, no sé que sea, estoy segura que los tatuajes no lo son.

Estos me aterran.

Aunque creo que eso es lo que llama la atención de las chicas, ya que lo hacen ver cómo chico malo, su vestimenta tampoco ayuda, toda su ropa es holgada.

—Estabas tardando –le reclama su amigo

—Si –suspira —Hoy tuve un cliente un poco exigente en el Estudio.

¿Estudio? ¿Acaso es maestro?.

—Me lo puedo imaginar –dice —Te quiero presentar a alguien –termina de decir su amigo.

Ian se voltea para caminar hacia nuestra dirección, su amigo lo sigue y yo me estoy poniendo nerviosa.

Cuando lo tengo frente a frente, puedo contar la cantidad de tatuajes que trae en el rostro, son cinco. Uno en la frente, el segundo arriba de su ceja derecha, el tercero en el párpado del mismo ojo, el cuarto en su oído izquierdo y el último en el pómulo derecho, todos estos vienen acompañados de más tatuajes, tanto en la nuca con el que tiene en todo el cuello.

Ian nos señala —Ellas son Camila y Lía –la voz de Ian hace que aparte la vista del chico y la pose en el suelo —Chicas él es Bástian.

No logro levantar la vista.

—¡Que hay! –Saluda el chico tatuado.

—¡Hola! –le dice mi amiga, codeandome a su vez para que saludé. Él posa sus ojos en mi y yo solo le sonrió, soy conciente que tiene una cara muy linda apesar de todo eso que trae encima.

—¿Tengo algo en la cara? –me pregunta molesto

Tonta

Me sonrojo ante su pregunta.

—Bueno, enrealidad si. –respondo a su pregunta.

Si tiene algo en la cara, cosas que le quitan un poco de su belleza. O quizá no.

—¿Hablas de mis tatuajes? ¿Es eso lo que vez tanto? –creo que eso le causa gracia

—Si, bueno –estoy nerviosa —Nunca antes había visto a alguien tatuado así –lo señalo

—Acaso te doy miedo –dice acercándose a mi

No contesto.

Retrocedo cuando lo tengo muy cerca, agacha un poco su rostro para quedar cara a cara conmigo.

—Deberías –susurra en mi cara.

Se aleja de mi y camina hacia su moto, su amigo lo sigue y yo me quedo quieta en mi lugar, mis ojos viajan a dónde está él subido en la moto y antes de ponerse el casco me guiña un ojo.

Mi amiga me saca del transe cuando me habla.

—Vaya intenso –me soba la espalda al ver que no me muevo.

—Si –es lo único que logró articular.

La carrera va empezar

Anuncian en un alto parlante.

Vengan y apuesten por el mejor. Veremos qué tanta suerte tienen.

Vuelven hablar.

—Deberíamos de movernos para quedar enfrente de todos –me habla mi amiga.

No digo nada y la sigo hasta quedar detrás de los corredores.

Ella logra ver a Ian y corre a darle un beso de buena suerte, se que no es la primera vez que lo ve correr pero se ve emocionada.

Regresa a mi lado y entrelaza nuestras manos.

Está nerviosa.

Y no es para menos, las carreras a parte de ser ilegales son demasiado bruscas y no hay reglas.

A la par de Ian está su amigo tatuado Bástian, quien habla con una chica.

Esperen.

No es cualquier chica, es Isabelle la que me trajo. Puedo ver cómo se mueve de un lado a otro.

¿Coqueteando?

Si, coqueteando todo lo que puede para que él la vea. No es que no lo esté logrando porque él está disfrutando como ella se le menea entre las piernas.

Yo no podría salir con un chico como él.



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En el texto hay: adolcentes, amor aventura, tatuajes y amor

Editado: 04.07.2022

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