Todos lo saben.
Todos saben que besé a James. Todos saben que él me besó.
Por eso, cuando comienzan a armar las parejas para jugar; los ojos de cada uno de los integrantes de la mesa están puestos sobre mí, esperando una señal. Pero como me quedo callada, el ambiente se termina volviendo tenso.
—Entonces...—motiva Grant mientras oscila la mirada entre nosotros dos. Chasquea la lengua y trata de continuar:—. Es decir...
De pronto, dos figuras sonrientes aparecen por un lado de la mesa. Meghan saluda con un gesto breve. Alán viene unos pasos detrás pero cuando llega, el cuerpo de Celina sale despedido del asiento.
—¡Alán!—exclama Cel con nerviosismo. Acto seguido, me mira con las manos temblorosas.
Esto es sospechoso, demasiado.
—Hola—saluda con la mano.
La pelirroja mira a su amado con cara de emergencia, intentando transmitirle su inquietud y él se encoge de hombros, no captando el mensaje.
—Estábamos a punto de jugar: "¿Quién conoce más a su pareja?"—explica Jake—. ¿Juegan?
Celina lo mira consternada pero al Foster mayor nada parece afectarlo.
A Alán las dudas lo invaden, hace un movimiento de cabeza de no entender nada, pero al final termina cediendo:
—¿Está bien?—Y mira a Meghan, esperando una respuesta.
—De acuerdo—coincide con una sonrisa.
Meg atina a sentarse junto a James y el presentador de juegos intenta seguirla, cuando sus planes se ven interrumpidos por un carraspeo:
—Ah, Alán, quizás quieras sentarte junto a Liz...—le sugiere Cel.
¿Qué?
Él suelta una pequeña risa, creyendo que se trata de una broma pero al notar que las facciones de la modelo están rígidas como rocas, reprime la sonrisa con una tos fingida.
—¿Para qué?—frunce el ceño, confundido.
—Pues para jugar—señala el asiento a mi lado.
¿Cómo?
Alán coloca sus ojos hacia mí como si fueran dos proyectiles y asiente.
—Tienes razón—coincide.
Se sienta a mi lado con despreocupación y mi cabeza comienza a dar vueltas sobre lo que acaba de suceder. Es que no lo entiendo, ya no salimos juntos, no tiene sentido que estemos envueltos en un juego de parejas. Es más, yo fui quién lo unió a Meghan. No hay lógica en el accionar de Celina, a menos claro, que ella no lo sepa.
Mientras los muchachos comienzan a discutir de un tema del juego, aprovecho para voltear la cabeza con lentitud hacia Alán.
Me da una sonrisa circunstancial cuando me ve balancear mi cuerpo hacia su espacio.
—Alán—le susurro—. ¿Meghan le dijo a Celina que ya no salimos juntos, sino que es ella la que está contigo?
Entro en pánico cuando lo veo vacilar.
—Meghan no quería adelantarse a los hechos—musita—. Estaba esperando el momento indicado para decírselo.
Mis ojos caen del otro lado de la mesa, donde encuentro a Meghan con una expresión de súplica. Sus labios forman una frase: "Por favor, no digas nada".
Suelto un suspiro en forma de queja, eso llama la atención de James, denoto que frunce el ceño.
—Oigan, paso de jugar—determina mientras trata de ponerse de pie.
—¡James!—lo regaña su cuñada—. Siéntate ahora mismo.
Él alza una ceja.
—No, esto no tiene sentido—comenta—. No soy pareja de Meghan, ¿Cómo se supone que será justo para nosotros?
Su comentario hace que la pelirroja muerda el interior de su mejilla en forma de duda.
—Eso no interesa, solo se trata de divertirnos—le sonríe—. Keyle y Grant responderán como amigos. Ustedes pueden hacer lo mismo.
Keyle hace un gesto de "Es lo que hay" y Grant solo suspira, perdiendo la paciencia.
Los labios del Foster menor se curvan en una sonrisa de mala gana y vuelve a tomar el asiento casi desplomándose sobre él.
El juego comienza con un par de preguntas que parecen sencillas pero no lo son. Celina comienza a leer las tarjetas y cada tanto parece sorprenderse con el nivel de detalle que exige la respuesta. A Dove le toca responder cuál es el equipo de fútbol favorito de Matt y lo hace sin vacilaciones. Comienzo a fastidiarme porque sé que yo habría perdido en esa, no sé cuál es el de Alán, ni siquiera tengo idea de si le gusta el fútbol o el deporte en general. Solo recuerdo que pasa el tiempo completando crucigramas.
Cuando llega mi turno, mis expectativas están por el piso, pero entonces la pregunta me ataca:
—¿Cuál es el pasatiempo de Alán?
Lo sé.
—Los crucigramas—respondo.
Él asiente con una sonrisa.
—¡Suman un punto!—exclama Cel, moviendo la pieza.
Luego, llega el turno de James y Meghan, los cuales esperan sin muchos ánimos la pregunta.
—¿Cuál es la estación favorita de Meghan?
—Sus hijos—dice él.
Meghan se ríe y le da un pequeño golpe amistoso.
—¡James!—lo regaña.
Él se encoge de hombros, divertido.
—Es el verano—determina Cel con una cara de "No tienes remedio"—. Pero buen intento, James.
No es la única vez que pierden, ambos responden mal sobre el otro varias veces en diferentes rondas, lo que es bastante lógico porque apenas se vieron un par de veces. Así que el juego para ellos no es más que un chiste y no se lo toman en serio para nada. Pero, otro que no tiene suerte respondiendo es Alán.
—¿Cuál es la película favorita de Liz?—le pregunta Cel.
Sus labios se curvan en una sonrisa engreída.
—Juego de Gemelas—responde.
Hago una mueca de circunstancias.
—Ah sí, es esa—digo.
—De acuerdo—los labios de Cel se curvan en una sonrisa con orgullo y toma una pieza del tablero—. Suman un punto.
—Espera— detiene James, su cuñada se queda inmóvil—. No sumes nada, está mintiendo.
Sus ojos caen directamente en mí y me encojo en mi asiento, avergonzada. Quizás haya mentido un poco para no destrozar el orgullo de Alán. Pero a James no le importa demasiado.
—Su película favorita es Dirty Dancing—contesta.
Todos nos quedamos mirándolo.