Enamorada por casualidad.

|Capítulo 1|

Desperté muy tarde, así que tuve que hacer todas mis labores demasiado rápido. Tomé el autobús 25 minutos después de que lo que diariamente lo tomaba, ese día no miré a Esteban y sentí un gran alivio.

La universidad estaba pasando por un momento difícil, la mayoría de los profesores estaban jubilándose y aún no se llenaban las plazas.

Perla y yo aprovechábamos las horas libres hablando de temas independientes a la escuela y me comentó que recién iniciaba el turno alguien le preguntó por mí, cosa que me causó intriga y curiosidad. Tal y como me lo imaginaba, ese alguien se trataba de Esteban y cada vez estaba fastidiándome más,

—Perla, ¿le dijiste mi nombre? —interrogué nerviosa por su respuesta.

—¡No! —exclamó ofendida.       

—Y, ¿cómo sabías que preguntaba por mí? —fruncí el ceño.

—Preguntó por una chica pelirroja, nos había visto juntas, pero no te preocupes, no le dije tu nombre.

—Gracias, y si pregunta, por favor no se lo digas, ya tengo suficiente con que haga lo que hace.

Por fin llegó la hora de salir, estaba harta de tantas horas libres, al salir, Carlos, un compañero de filosofía me ofreció llevarme a mi casa, apenada, acepté. En el camino Carlos tomó mi mano y la acarició suavemente, realmente no me incomodaba esa sensación, no si se trataba de él.

Al volver a casa tomé la segunda ducha del día y discutí con mi mamá porque ese día no tendí mi cama. Al principio me molesté, pero sabía que todo lo hacía por mi bien.

Al terminar la tarea hablé con mi mejor amigo por Skype como era de costumbre, me pregunto por Esteban, le conté lo que Perla me había dicho y se preocupó, me dio el mismo consejo de tener cuidado. Estaba durmiendo con tranquilidad, porque me acosté un poco tarde, hasta que apareció Esteban en mi sueños no podía creerlo, ese chico ya estaba ¡hasta en mis sueños!, desperté asustada y asombrada a la vez, eran las 6 así que decidí arreglarme y salir temprano de mi casa para dar una vuelta por el centro de la cuidad y despejar un poco mi mente. El centro estaba retirado de mi casa, pero cerca de mi universidad, así que con libertad desayuné y tomé un helado en el centro, faltaba media hora para entrar a clases, tenía que apresurarme a caminar, porque si no, no alcanzaría a entrar a mi primera clase que era de filosofía. Carlos me saludó y me sorprendí mucho al mirarlo con un poco de barba, se miraba más guapo de lo que ya era. Él es alto aproximadamente mide 1.86m me gana por 30 cm, su cabello es negro y su peinado sencillo y desenfadado, cautiva a varias con su olor, es de tez nívea incluso un poco más que yo, sus ojos son color miel, varios de la clase decían que nosotros hacíamos bonita pareja, lo que ellos no sabían es que ni él ni yo pensábamos en "amor", ambos habíamos tenido malas experiencias, a él su exnovia lo engañó y a mí, el único chico que me gustaba prefirió estar con una chica de curvas rompiéndome el corazón más dramáticamente que en alguna novela romántica.

El profesor nos dejó tarea en equipos, así que rápidamente Carlos me ofreció estar en el suyo, fascinada, acepté. La tarea, era sencilla y no era muy tardada, así que la hicimos en mi casa. A mi madre le caía muy bien, y como no, si además de guapo era muy caballeroso, amable, humilde y estudioso.

Terminamos rápido la tarea y miramos una serie que a ambos nos encantaba, ya era tarde y nos despedimos, me agradeció por ese día tan maravilloso, no sabía que decir, para mí había sido un día alado de alguien especial, pero no era para tanto, me deseó buenas noches y me dio un beso en la frente, quedé en shock porque los besos o carantuñas no eran comunes en nosotros… En mí.

Estaba a punto de dormir cuando mi mamá me habló y me enseñó una fotografía que decía "un beso en la frente, no se le da a cualquiera" fue ahí cuando entendí que había mirado el dichoso beso y decidí no prestar demasiada atención en aquel suceso, ahogarme en un vaso de agua no solucionaría ni arreglaría nada.

♡♡♡

Desperté hasta las 10am y luego de arreglarme me miré en el espejo y me notaba diferente, mi septum me hacía ver extraña y era obvio, apenas comenzaba a acostumbrarme a tenerlo.

Fui a la parada del autobús, esperé por minutos y me subí. Tal y como era mi costumbre me senté hasta atrás, a mi lado iba una chica rubia muy guapa, a los 15 minutos de trayecto la chica se bajó y en un descuido Esteban se sentó alado de mí, me analizó fijamente con sus ojos marrones y dijo:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.