Enamorado de un fantasma

Capítulo 5

"Pesadillas"

 

—¡Townsend! —el entrenador grita mi apellido desde la entrada del campo de fútbol, varios del equipo dejamos de correr, viendo el origen del estruendo. Ally está con él—. Ven aquí. Los demás, sigan con el calentamiento.

Me abro paso entre mis compañeros, trotando hacia donde me han indicado. Cuando llego a ellos, el entrenador me deja a solas con Allison y se va a su lugar habitual durante el entrenamiento.

—¿Qué sucede? —le pregunto a mi amiga.

Noto que luce un poco seria, y me atrevo a decir que inquieta también.

—James está en la oficina del director, quiere decirnos algo. Me sacaron de clases y me dijeron que viniera por ti para que fuésemos juntos —desliza su mirada sobre mí, y una mueca cómica se abre paso entre tanta seriedad—. Pero creo que será mejor que te cambies primero.

Me dirijo a los vestidores y me coloco otra muda de ropa lo más rápido posible para no hacer esperar a nadie. Pocos minutos después, Ally se encuentra tocando la puerta de la oficina. Ambos nos adentramos cuando nos lo permiten.

—¿Querían vernos? —pregunta ella.

El señor Cooper viste un traje formal y toda la oficina huele a su colonia, haciéndome sentir como un cerdo apestoso; sin embargo, para mi suerte, el aroma a perfume me evitará un bochorno al disfrazar mi fresco aroma a recién entrenado. Su semblante es aún más serio que el que Ally tenía hasta hace poco.

—Tomen asiento, por favor —el director nos señala dos butacas frente a su escritorio, y por un momento repaso mentalmente todo lo que he hecho esta semana que haya causado que me trajeran aquí… y a Allison.

—Los cité a ambos aquí para notificarles algo que quizás sea importante para ustedes —el papá de Kate camina por un costado de la oficina, deteniéndose al lado del escritorio del director, donde apoya su cadera, ambos hombres nos miran fijamente.

Me siento en un interrogatorio.

—La policía me llamó —informa el señor Cooper—. La noche del homicidio de Kate detuvieron al culpable y lo encarcelaron. Presenté la denuncia esa misma noche, y todas las pruebas que Kate, sin querer, había recolectado al luchar contra él lo apuntaban como el único culpable.

»Aún no se había dictaminado una fecha oficial para el juicio… pero me temo que no habrá.

Allison y yo intercambiamos miradas, ninguno de los dos ha captado aún hacia dónde quiere llegar el señor Cooper.

—¿Está en libertad? —tantea Ally, temerosa.

—No precisamente… —guarda silencio por unos segundos, manteniéndonos con la intriga. Sus ojos están puestos en nosotros, alternando la mirada entre cada uno. Sus facciones son serias, demasiado… no recuerdo haberlo visto así nunca—. Murió.

«No le queda mucho tiempo», fue lo que escuché provenir de la voz de Kate en uno de mis sueños, seguido de varias voces femeninas que parecían deseosas de que eso sucediera.

—¿Cómo? —inquiere Allison, con voz ahogada.

—Tenía antecedentes… —susurro mirando a la nada, recordando más a fondo ese sueño que tuve… haciéndome dudar de si realmente era solo eso—. Kate no fue su única víctima.

—Exactamente… —responde el papá de Kate, desconcertado por mi comentario, pero no indaga más—. Otros reos se encargaron de su fin.

—Qué horrible —murmura Ally.

—Lo tenía merecido —gruñe el papá de Kate con ira contenida, y no es para menos—. Aunque hubiese preferido que pagase en vida todo el mal que hizo —otro silencio, esta vez con un aire más tenso... ni siquiera el director ha dicho algo—. Eso era lo que quería decirles, de alguna forma creí que merecían saberlo... por ser cercanos a ella.

—No se preocupe —le digo—. Agradecemos que nos haya informado.

Él sonríe sin mucho ánimo.

—Puedes seguir tratándome como antes, Louis, y eso también va contigo, Ally —la mira—. Ustedes son los amigos más sinceros que Kate pudo tener, ella los quería mucho —noto que Ally se remueve en su asiento, pero no dice nada—, sobre todo a ti, Louis, por ser su novio. También quiero decirles que, si necesitan algo, cualquier cosa, hágannos saber. Antonella y yo no dudaremos en ayudarlos.

Ambos asentimos y le agradecemos.

—Pueden volver a sus clases —nos dice el director.

Salimos de dirección, despidiéndonos del señor Cooper. Apenas cierro la puerta, Ally se aleja como alma que lleva el diablo, sin decir absolutamente nada. Pongo los ojos en blanco, odia perderse así sea un segundo de clases.

—Hay otra cosa que debe saber —escucho la voz del director a un volumen bajo y ahogado debido a la puerta cerrada.

Ha esperado unos segundos antes de hablar, así que supongo que habrá esperado a que nosotros nos alejáramos lo suficiente, pero ni siquiera he dado tres pasos más allá de las afueras de la oficina.

Como quien no quiere la cosa, retrocedo esos pasos, apoyándome a un lado de la puerta para que no vean mi sombra por la rendija inferior.

—Los alumnos han corrido el rumor de que el casillero que usaba su hija está embrujado. Varios estudiantes han pedido cambio de casillero, queriendo alejarse de ese. Sin embargo, eso aún no se ha podido llevar a cabo, mandamos a reparar unos que estaban averiados para poder hacer el cambio, mientras tanto, ellos deben seguir usando sus respectivos casilleros.



#20490 en Novela romántica
#3565 en Chick lit
#1254 en Paranormal

En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 24.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.