Enamorado de un fantasma

Capítulo 43

"Verdad"

Como dijo Ally, Maddie nos citó a absolutamente todos en su casa al día siguiente. Simplemente avisó que tenía algo importante que decirnos, sin dar más detalles…

Nathan sigue enojado, y ahora también involucra a Ally. Según su perspectiva, ella me perdonó demasiado rápido. Aun así, ella lo obligó a asistir a casa de Madison, convenciéndolo de que debía escuchar su versión de los hechos y sin avisarle que todos estaríamos allí.

Él toma asiento en uno de los sillones individuales, mostrándose reacio. Ally y yo nos acomodamos en el otro sillón, quedando Anne, Glenn, Daphne y Maddie en el más grande, y Jedd al lado de su novia, sentado en el reposabrazos.

Madison nos da una última mirada a todos, principalmente a su novio, antes de tomar una respiración profunda.

—Creo que, a estas alturas, es más que evidente para algunos de ustedes que tengo cierto conocimiento sobre las cosas sobrenaturales. Tuviste razón ayer, Ally, sí puedo ver y percibir muertos, como tú dijiste... aunque prefiero dirigirme a ellos con otro término.

»Es un, llamémoslo don, que ha estado en pocos miembros de mi familia, incluyéndome.

—Lo sabía... —susurra Allison.

Jedd, Glenn y Anne lucen sorprendidos, sin preocuparse en disimular al mirarla directamente.

—¿Por qué nunca me dijiste nada? —inquiere Nathan, mostrándose disgustado.

—¿No has notado su peculiar comportamiento en algunas ocasiones? —Ally se dirige a su hermano.

—Estando solo con él no suceden esas cosas —interviene Maddie—. Nathan no es el origen —enfoca su vista en Ally y en mí—. Ustedes sí.

—¿Qué? —dicen más de uno al mismo tiempo, incluyendo al castaño y a Jedd.

Madison se pone de pie y comienza a caminar entre nosotros, luciendo intranquila.

—Desde que comenzó este año escolar, sentí un aura extraña en ti, Louis. Varias veces, antes de todo, nuestros caminos se habían cruzado por diferentes motivos y todo se sentía normal. Lo mismo con Ally.

»Mis clases compartidas con ella siempre habían sido tranquilas, hasta que comencé a tener esa misma sensación poco después que con Louis... No tardé en sospechar, ambos tenían en común a alguien que ya no está.

—Nuestra teoría es que es muy probable que Kate haya hecho algo antes de irse —dice Daphne—. Es como si algo hubiese caído sobre Ally y sobre Louis, algo que escapa de sus manos.

—¿Tú lo sabías todo? —interviene Anne, con la vista fija en Daphne.

Daphne enmudece, como si hubiese dicho algo que no debía.

—Ella lo sabe desde hace mucho —digo, recordando que Maddie me había dicho que solo su amiga y sus padres sabían de eso.

—¿Han escuchado algo acerca de los pactos? —prosigue Madison.

Ally y yo intercambiamos miradas de temor.

—¿No querrás decir que...? —inicio, pero soy incapaz de terminar, negándome a creer lo que ha pasado por mi mente.

—¿Kate ha hecho un pacto? —finaliza Ally su voz sonando una octava más aguda.

—Es lo que pienso —aclara la pelinegra—. Y es lo que más «sentido» tiene. Creo que, durante sus últimos minutos de vida, Kate hizo contacto con entidades no muy... bondadosas, para conseguir lo que estaba pidiendo. A ti —su sólida mirada está fija en mí, no hay ni una señal de duda en sus ojos.

—Entonces, ¿por qué estoy involucrada desde el principio? —buena pregunta, querida Allison.

—No pienso que sea desde el principio —la pelinegra mira al vacío, pensativa—. Los primeros meses fueron tranquilos, que todo comenzó tiempo después —sus palabras van tomando seguridad a medida que habla—, y es posible que todo se haya desatado desde que tú, Ally, comenzaste a desarrollar sentimientos por Louis más allá de la amistad.

—Y empeoró cuando él te correspondió —continúa Daphne—, aún sin saber con claridad lo que comenzaba a sentir.

—Todo esto es una locura... —Allison se pone de pie, comenzando a caminar sin un rumbo fijo y tirando de su cabello ligeramente por la frustración—. ¡Kate está loca! —no puedo evitar reparar en el hecho de que ha hablado en presente...

—Tus constantes desmayos... —rememora Glenn dirigiéndose a Allison.

—El accidente en la playa... —continúa Jedd.

La castaña se detiene en seco, mirándome, y con ese gesto sé que ha pensado lo mismo que yo.

—Quiere deshacerse de ella —concluye Nathan.

—Yo sabía, yo sabía, yo sabía —farfulla Allison, volviendo a moverse de allá para acá, mordiendo la uña de su pulgar—. No me dejó tranquila en vida, ¿quién diría que se haría cargo de mí después de eso?

—A ver si entiendo bien —prorrumpe Anne, sentándose en el borde del sofá—. Tú puedes ver fantasmas, tú eres cómplice de la que ve fantasmas, tú exnovia está desquiciada y tú eres víctima de todo esto —nos señala a cada uno—. ¿No te asusta? —se dirige a la pelinegra.

—Llevo toda mi vida sobrellevando esto, he aprendido a diferenciar algunos... y sí me he llevado mis infartos, principalmente cuando salen de la nada.



#20429 en Novela romántica
#3548 en Chick lit
#1254 en Paranormal

En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 24.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.