Enamorado de una rara.

Capítulo 3.

Camille.

Los nervios me comen por entero. Sé que yo soy la que está siendo sincera, pero si ese chico, que la directora le tomó el celular para ver pruebas, no grabó la escena por completo, mí palabra no valdrá nada contra la suya. A menos que interrogue a los demás, que vieron la situación, pero seguro que Elda los soborna con algo para que estén de su lado.

Estamos en camino a la dirección, a mí lado se encuentran Elda con una expresión en el rostro tan llena de seguridad, que por un momento dudo que la señora Sanders me crea, aunque esté diciendo la verdad.

Mí rival se da cuenta que la estoy viendo y me mira airada, hace una mueca de burla y asco y se voltea hacia el frente, con el mentón bien en alto.

La directora está frente a nosotras, caminando a paso apresurado, seguro y autoritario, haciendo que resuene por el lugar el sonido de sus tacones impactando contra el suelo.

Voltea su rostro y nos dan una mirada de inspección, para asegurarse que estemos detrás de ella. Llegamos a nuestro destino. Abre la puerta y hace una ademán con la mano para que entremos en el estudio.

Al entrar siento el claro olor de rosas y claveles, que es el que desprenden los productos de limpieza de este colegio. Se nota que han limpiado bien su estudio. Es obvio, la directora Sanders detesta la suciedad.

Nos oredena que tomemos asiento frente a su gran escritorio. Hay dos sillas, una para cada una. Del otro lado del banco, hay un sillón rojo, donde se sienta Wenda. Estoy por sentarme en la silla a mí derecha, pero Elda me pisa el pié y se sienta antes que yo, haciendo que me queje por el dolor producido por la fuerte pisada. La fulmino con la mirada y ella me sonríe con burla. Tomo asiento en la otra silla y la directora nos mira esperando que alguna de nosotras comienzo a hablar.

-Ya que ninguna de ustedes tiene intención de explicar lo que ocurrió, se los voy a ordenar yo.- Hace una pausa en la que nos inspecciona, para ver cómo reaccionamos. -Elda, por favor, cuéntame qué ha pasado- Le ordena.

-Verá señora Sanders. Yo estaba en el jardín con mí amiga Mob, y Camille, que estaba con su amiga Livi, me tiró su jugo encima- Me mira de mal modo. Voltea el rostro y mira a la directora. -Lo ha hecho a propósito- Agrega sonriéndome malignamente.

Abro la boca formando una "O". No es que esté sorprendida de que haya mentido, sino que no puedo creer, cómo alguien puede ser tan cruel.

-Eso es mentira- ataco defendiéndome.

-Dime cuál es tu versión Camille- Me mira Wenda.

-Mi amiga Livi y yo estábamos caminando hacia el árbol para sentarnos bajo él. Me tropecé y le lanzé mí jugo a Elda, que estaba con Mob, pero no fue adrede.- Le informo.

-Ya luego, ¿Qué sucedió para que terminen golpeadas?- Inquiere mirándome con curiosidad.

Elda intervino antes que yo pudiese hablar.

-Elda me abofeteó de la nada.- Miente en su cara.

-Señorita, estaba hablando con Camille, no contigo.- La mirada dura recae sobre mí enemiga. -Por favor cuéntame- dice viéndome.

-Cuando le volqué mí bebida en su ropa, me estaba disculpando, pero ella no dejó que terminase de hablar y me dio una cachetada. Obviamente se la devolví, lo admito. Me estaba amenazado, me llamó niña pobre, así que le dí otra. Liv pidió que dejáramos de pelear, pero ninguna de las dos le hicimos caso. Nos lanzamos a golpear y yo recibí el primer golpe, una cachetada. Se la devolví y la tomé del pelo. Ella se quería liberar, pero no sé lo permití. Le dije que no me humillarse más porque algún día se las iba a devolver todas, y ella no dijo nada; sino que me sujetó del cabello y me amenazó diciendo que me iba a hundir. Además, me humilló contando cosas personales, y revelando mí situación económica. Luego llevaron usted y el novio de Elda y nos separaron.- Le cuento lo ocurrido.

Ella sólo asiente y nos mira expectante. Luego saca el celular de aquél chico y dice.

-Bien. No sé si el dueño de este celular grabó absolutamente todo. Pero como dijo que sí, grabó la situación, va a servir para ver quién está mintiendo. Quien lo haya hecho, será expulsada por el resto del día, además se le aplicará algún castigo. Los familiares serán informados de lo ocurrido. Pero antes de irse, las dos deben pasar por enfermería a que les pongan hielo, parecen hámsters de lo rojas e hinchadas que están sus mejillas.- Avisa. Si estuviesen nuestros compañeros aquí estoy segura que se reirían por lo último que dijo la directora.

-Le aseguro que no tengo nada que perder porque estoy siendo sincera. Véalo usted misma.- La incentivo a que vea el video.

Pone desde el comienzo la grabación y la mira atentamente. Claramente se dió cuenta que yo tenía la razón. En la grabación se ve cómo me estaba disculpando y ella me agredió. Y luego todo lo otro que le comenté.

Le da una mirada de reproche y frialdad a Elda y a mí me sonríe. Yo le correspondo con una victoriosa.

-Señorita Camille, no está bien que le hayas devuelvo los golpes. Podía solo llamar a algún docente para aclarar la situación. Pero por un lado te entiendo, en el momento da rabia que alguien te humille y te agreda. Solamente será informada suadre sobre lo ocurrido, pero no tiene ningún castigo. Has dicho la verdad y lo aprecio. Eres una excelente alumna y persona Camille.- Me sonríe tiernamente, a lo que le correspondo aunque algo tímida.

Elda todavía no ha dicho nada, ni ha movido un solo dedo. La directora comienza su sermón.

-Elda, estás expulsada por el resto de la jornada, ahora mismo llamo a tu familia para que vengan y los cuatro tengamos una larga charla. También pasarás los recreos del resto de esta semana en el aulas de castigos, donde deberás concluir las actividades que hayas dejado inconclusas de cualquier materia. Además, si no tienes ninguna actividad para terminar, se te darán tareas nuevas por la tutora del aula. Debo informarle que no se puede usar el móvil, tablet ni ninguna otra distracción durante las clases y los castigos. Si se la ve haciendo algo prohibido se alargará el castigo y de vuelta llamaré a tus padres. Deberás trabajar duro y harás cosas productivas. Si te rehúsas, se te suspenderá el resto de la semana. Y cuando vuelvas, tendrás el doble de actividades diarias y del castigo. Retírate y ve a la enfermería. Luego recoges tus cosas para marcharte. Si alguien pregunta algo del asunto, en vez de mentir nuevamente, dirás toda la verdad. Ahora afuera.- Vaya reprimenda le ha dado. Elda está roja por la vergüenza y el enojo. Se levanta abruptamente y sale a paso apresurado dando fuertes y largas zancadas, para luego lanzar de un golpe la puerta al cerrarla.




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