Todos tenemos nuestros demonios; que nos atormentan alguna vez en nuestras vidas. Noah los tenía.
Era un adolescente de quince años. Su familia quedo en la pobreza en los tiempos de crisis. No había trabajo, dejó los estudios para comenzar a trabajar. Pero ni con ese sueldo le alcanzaba.
Un buen día entro a una casa vecina. Allí vivía una familia completa: Una madre, un padre y sus dos hijos. Los últimos tres nombrados no eran el problema; de hecho, los chicos algunas veces invitaban a Noah a jugar. El problema era la señora. Ella cada vez que tenía la oportunidad se burlaba de Niall por su ropa: Camisetas sucias, pantalones rotos.
Una mañana de viernes Noah entró a esa casa, sabiendo el horario de cuándo se encontraba vacía. Y fue directamente donde la familia guardaba el dinero. Hacía ya un tiempo se aprendió cada rincón de esa casa.
-Lo siento - murmuró -Lo devolveré.
Paso un mes y Noah aún tenía el dinero guardado; a pesar de tener quince años no era tonto. Sería muy notorio que de la noche a la mañana llegará con tanto dinero.
La segunda semana del mismo mes le entregó el dinero a su madre. Ella sorprendida por la cantidad le había preguntado de dónde lo saco. Su hijo simplemente respondió que eran sus ahorros.
Pero vamos, era su madre, lo conocía mejor que nadie. Y Noah no tuvo otra opción que contarle la verdad. La mujer no le gritó. No lo golpeo. Ni siquiera un regaño tuvo. Fueron unas simples palabras:
«-No lo vuelvas a hacer - advirtió. Y Noah tuvo suficiente con eso, tuvo suficiente con la decepción presente en los ojos de su madre. En silencio fue a su habitación. Le había fallado a su madre, pero se lo compensaría de la mejor forma: Nunca más lo volvería a hacer. Trabajaría horas extras para devolver ese dinero»
Esa noche como no lo hacía en años, tuvo un flashback. Las burlas, las miradas de lastima, y esa sombra que lo perseguía en sus sueños.
Algo ya le había quedado en claro;
La pesadilla había comenzado.
Como ya era costumbre en la ciudad; el sol luchaba para sobresalir entre las nubes y el ánimo de las personas iba variando entre: Las que esperaban que el sol saliera. Y la otra mitad que le gustaba el clima tal como estaba.
Para Noah eso era de las pocas cosas que tenía que preocuparse.
Refregándose un ojo entro al edificio saludando vagamente al personal. Sin dirigir mirada entró al ascensor que lo llevó hasta el piso rojo.
Estaba de mal humor, eso se notaba a simple vista y no hace falta mencionar que paso mala noche. Abrió la puerta de la oficina y es donde creyó que su día sí podría empeorar.
Peter besuqueándose con la asistente de Chris. Ninguno de los amantes había notado su presencia hasta que Noah dio un portazo.
La mujer casi cae del regazo de Peter si no se hubiera sujetado, ella torpemente se levantó y miró con timidez al rubio.
Noah rodó los ojos, se quitó su bufanda y se dirigió a su puesto.
-Nuestro cliente llegará pronto - se escuchó la fría voz de Peter luego de unos minutos.
-¿De qué trata el caso? - preguntó con desinterés. Era cierto, no le interesaba para nada su empleo, pero si seguía callado se dormiría.
-Es un caso de hace tiempo. Lo habían cerrado por falta de evidencia, pero encontraron un cráneo muy cerca del lugar...
Como decía esas palabras, tocaron la puerta. Peter le dio una mirada de advertencia a Noah y fue a abrir la puerta. Allí se encontraba una mujer joven, morena, de estatura mediana, y una expresión triste.
-¿Peter Jeans? - ella preguntó.
-Sí ¿Nathalie? - ella asintió. Peter le hizo un ademán para que pasara y tomara asiento en frente de Noah -Cuéntanos tu caso - dijo de inmediato.
La mujer soltó un suspiro y los miro a ambos.
-Quiero hacer justicia por la muerte de mi madre. Sé quién es el asesino - Peter iba a interrumpir, pero ella continúo con su mirada fija en el chico moreno -Tengo pruebas.
-Bien - dijo Peter. De reojo vio a su compañero cabeceando -Noah escribe - le dio un codazo -Dinos tu historia.
-Comenzó cuando tenía cinco años. Mi madre se fue de la casa o eso me dijo mi padre. El año pasado fue el último contacto que tuve con él, cuando me dijo que él la mato mientras intentaba violarme.
La habitación quedo en silencio, se escuchaban los leves sonidos provenientes de los labios de Nathalie; trataba de guardarse los sollozos sin lograrlo. Tanto Peter como Noah se quedaron callados hasta que ella comenzara a hablar de nuevo.
-Mientras estaba acorralada en sus brazos, él me decía que ya había matado antes y no sería nada hacerlo conmigo. Mató a su propio hermano - tomo una respiración profunda con dificultad -Me contó cómo lo hizo, nunca voy a olvidar sus palabras. Y lo peor fue cuando relato cómo asesino a mi madre - y esa fue la gota que rebalso el vaso. Nathalie se echó a llorar en voz alta, lágrimas gruesas llenas de dolor recorrían sus mejillas rojas.
Noah la miraba boquiabierto, mientras Peter se levantó y fue a abrazarla.
-Nosotros haremos justicia - le susurró -Vamos a darle lo que merece ¿Trataste de buscar ayuda?