Enamorado Del Karma

Capítulo 9

No, Noah no estaba nervioso; al menos trataba de convencerse que no lo estaba. Pero si lo estuviera —lo que se niega a pensar— tendría sus motivos. Melissa lo ha estado siguiendo hace varios días y las llamadas no paran, aunque ninguna de esas llamadas fue contestada.

Luke y Johann no lo estaban ayudando en nada lo que le llevó a pensar que sólo se los trajo de paseo.

Con James era todo lo contrario, frecuentemente recibe llamadas de parte de él manteniéndolo al tanto de todo lo que sucedía y la información que logró obtener sobre Melissa.

Porque Noah no era tonto. Él sabía que Melissa traía algo más que venganza con ella.

—Lleva media hora de retraso — Noah suspiró con frustración, dejando a un lado la guerra de pensamientos en su cabeza —Si te citan a alguna parte, tienes que llegar a la hora que...

—Tú llegas tarde siempre — dijo Peter con una sonrisa ladeada dejando el libro que leía a un lado.

Noah no respondió, ni siquiera tenía ganas de discutir con Peter. Discutirle algo que los dos saben que es cierto. Noah volvió su cabeza hacia el moreno, lucía tan relajado.

Peter tenía paciencia, a través de la experiencia, aprendió a esperar.

Finalmente tocaron la puerta. De un salto Niall fue a abrir. Allí se encontraba una mujer alta, de cabello rubio y piel blanca como un papel poseía unos ojos verdes hermosos, pero sin ninguna expresión o brillo que tiene cada ser humano.

—Hola — saludó ella con voz firme y levanto su mano —Soy Melanie.

Noah estrechó su mano y le dio paso. Peter se levantó de su puesto presentándose de la misma forma. Los tres tomaron asiento y comenzaron.

—Estás aquí por el asesinato de tu hermana — leyó Peter.

—Y su marido — añadió ella.

Winters sacó su cuaderno y bolígrafo:

—Cuéntanos qué sucedió — no tuvo respuesta —Algo que nos ayude, como pista.

Melanie mantenía la mirada baja. Su respiración era tan calmada que casi no se notaba. Su piel se había puesto más pálida —si era posible— Ninguno de los dos jóvenes se atrevió a hablar. Peter ya estaba acostumbrado, mientras Noah esperaba alguna respuesta.

—Hace un mes — dijo finalmente —Hace un mes mi hermana se casó. Ben era un buen hombre, trabajador y humilde. Estaban esperando un bebé. Yo no supe nada de ellos hasta unas semanas ¡Entraron a su casa, los asaltaron, pero no se llevaron nada! Los mataron, mataron a mi hermana, mataron a su bebé — gritó. Su voz en ningún momento se quebró. Ella se mantuvo firme tragando el nudo en su garganta —Con la ayuda de ustedes quiero encontrar a ese desgraciado. Acabo de terminar mi carrera en derecho así que no será difícil.

Nadie hablo por un buen rato. Melanie tenía su vista clavada en algún punto invisible en la pared. Noah jugaba con el bolígrafo en sus manos; mientras Peter se aclaró la garganta y dijo:

—Dices que fueron asesinados. Llamas esto un asalto, pero nadie se llevó nada. ¿Tú no sabes si alguno de los dos andaba en malos pasos?

Noah asintió —Sí. Mira, tú...

El escritorio llegó a temblar cuando Melanie se levantó y golpeo sus puños contra la mesa. Sus ojos habían tomado algún brillo extraño lleno de tristeza y rabia.

—Déjenme decirles algo... Si ustedes están tratando de decir que mi hermana andaba en malos pasos, ustedes mismos se van a encontrar en un callejón sin salida.

Noah se mantenía en silencio, algo andaba mal con esa mujer.

Melanie se apoyó en el borde de la mesa retorciéndose las manos cuando el común dolor en su pecho la atrapó.

Comenzó a llorar, y Noah a pesar de sus intentos de mantenerse sentado le fue imposible; de un segundo a otro Melanie estaba rodeada entre los brazos de Peter y Noah.

Ella fue la primera en romper el abrazo y como si los últimos minutos nunca hubieran pasado tomo su cartera y saco un papel.

—Esta es la dirección de la casa de mi hermana ¿Podrían ir hoy mismo?

Asintieron. Sin más se despidieron. Fueron en el auto de Peter, la dirección a la cual se dirigían quedaba alejada así que por el camino fueron hablando acerca de cómo lo harían con éste caso.

—Ella es rara — comentó Noah —Parece un fantasma.

Peter negó con la cabeza y estaciono el auto —Igual que tú — con una sonrisa bajo del auto dejando a Noah con la boca entreabierta.

La casa se encontraba cerrada por fuera, aunque no fue difícil abrirla. Ya dentro miraron a su alrededor; a pesar de que el suceso fue hace un mes el lugar parecía como si no fuera visitado en años.

Muebles llenos de polvo. Un sillón con una mesa estaba dado vuelta, por último, en una esquina yacían dos cuerpos cubiertos por una tela blanca.

Entonces Peter comprendió por qué Melanie lo había llamado un asalto, el hoyo en el techo y un palo tirado se lo confirmaba.

Rápidamente empezaron a trabajar antes que la tarde llegara. Noah siguió las instrucciones de Peter: "no hacer nada" para él era mejor.



#48848 en Novela romántica
#32217 en Otros
#4683 en Humor

En el texto hay: homosexual, trabajo, gay

Editado: 17.06.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.