El cortejo empezó desde ese momento. Me sentía parte de las antiguas generaciones. Mandándole flores a mi amada, escribiéndole cartas, regalándole peluches, porque a mi manzanita le daban alergia las flores. Sorprendiéndola con chocolates blancos en su cartera. Pidiendo permiso a sus padres para salir con ella. Sí, Nina me había presentado a sus padres, no como su enamorado, pero sí como su mejor amigo. No mentiré diciendo que no me sentí en la friendzone. Si no fuera porque estaba comprobado que Nina sentía atracción por mí, hubiera sido un soldado caído. Fatal.
Mi madre no había criado a un hombre perfecto, pero siempre me inculcó el respeto y admiración por las mujeres. Así que me gustaba hacer sentir a manzanita única y especial. A menudo estaba pendiente de ella. Nina me dejaba abrazarla y besar sus mejillas o su frente. Y me había dado cuenta que ella había empezado a buscar refugio en mí. Empezó a soltarse; a mostrar más de esa mujer humilde, cariñosa, divertida y alocada que guardaba para las personas que consideraba especiales en su vida. Dábamos paseos por los parques o por las playas. Íbamos al cine o a veces planificábamos algún viaje alrededor de Trujillo.
Tenía un corazón compasivo. No había indigente al que no ayudara. O niño con el que no conversara. A veces terminaba comprándoles comida, algún juguete, alguna prenda de vestir. Me comentó que sus padres eran parte de organizaciones y que hacían colectas para ayudar a los más necesitados. Nina empezó a confiar más en mí. Me contaba anécdotas de su vida y yo hacía lo mismo. No solo buscaba ser solo su pareja, sino también su mejor amigo. Y que ella a la vez se convirtiera en mi mejor amiga.
Éramos la novedad del aula y de nuestros amigos de otras facultades. No sé por qué habían hecho tanto alboroto. No es como si fuera el único que estaba cortejando a una chica. Mis compañeros me palmeaban en la espalda y me lanzaban miradas picaras cuando me veían con Nina. Mi club de fans me había puesto la ley del hielo y miraban a Nina con recelo.
—Me siento el nuevo mono del zoológico—comenté un día.
—Y eso porque…
—Últimamente todos nos miran.
—Déjalos. Quieren saber si la reina del hielo te dará una oportunidad o si serás desechado con los demás mortales que lo intentaron—sonrió con picardía, echando su cabello hacía atrás.
—De locos. Y yo prefiero llamarte manzanita.
—¿Manzanita?
—No te ofendas, pero tus adorables cachetes son como manzanitas y cuando ríes o te sonrojas se notan más.
—Qué curioso. Las manzanas son de mis frutas favoritas. Aun no tengo un apelativo para ti. Me tomará tiempo, pero lo encontraré.
—Tomate el tiempo que necesites.
—Hablando de tiempo…estoy lista para convertirme en la enamorada de alguien sabes—me atraganté con el trago de juego que estaba tomando—. Puedes hacérselo saber. Te veo a las 3 en mi casa. Adiós, cariño.
Bueno si ella estaba lista, yo también. Y la pregunta era ¿Cómo rayos me declaraba?
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Hola!!! Nuevo cap. Espero lo disfruten. Ya saben que pueden apoyar con sus estrellitas. Bendiciones :)