Interrogatorio

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Nuestra relación era reciente, así que decidimos esperar un poco para contarle a nuestros padres. Aunque mi hermano no dejaba de fastidiarme por la sonrisita que portaba todos los días e incluso mi padre se sumaba. Mi madre era la única que se apiadaba de su bebé.

—Ya déjenlo en paz. Si tiene algo que decir lo hará en su momento—esa era mi madre intentando salvarme de las burlas de mi hermano.

—Pero ma, mejor que ya confiese todo. Es un secreto a voces en esta casa. Mi hermanito se ha vuelto fanático de las manzanas y de muy buena calidad.

—Idiota—le di un golpe en la frente.

—Y ¿Cuándo conoceremos a esta muchachita? Andas en las nubes por ella—ese fue mi padre.

—Esperaremos un tiempo. Aún estamos conociéndonos.

—No me digas que es una de esas relaciones con derecho a roce.

—Seria tonto de tu parte hermanito. Mira que estuviste en esas con la chica anterior y ella no respeto las reglas.

—Éramos pareja, pero…es diferente. Nina es diferente.

—¿Cuál es el nombre completo de Nina? –preguntó mi madre. Y antes de que yo pudiera decir algo mi hermano quien había estado absorto en su celular habló.

—Su nombre completo es Nina Abigail Espinoza Torres. Tiene 20 años Estudia Comunicaciones en la Universidad de Trujillo. Vive en San Andrés. Ha estudiado en buenos colegios, ha sido la mejor de su aula. Estudia idiomas en otra institución. Le encanta el baile, la música, leer, ver series y películas. Y bla bla bla…oh esperan…cambio su situación sentimental, ahora está en una relación. No dice el nombre, pero ya sabemos quién es el afortunado porque en serio eres afortunado. Hermano, ¿ella no tiene alguna hermana o alguna prima? Es ardiente; ya entiendo porque caíste redondito.

—¿Qué caraj…?

—Derek no debes expresarte así de la muchacha. Si ella es hermosa está bien, no es un objeto que está en exhibición.

—Lo siento, jefa. Es que enserio la chica es hermosa. Mucho. Lástima que no la conocí primero.

—No hubieras tenido la mínima oportunidad.

—Eso dices tú, hermanito. Yo soy más guapo que tú—rodeé los ojos—Espera…mira esto… ¿esta era ella? –me enseñó una foto de Nina de unos 15 años talvez. Asentí—. Rayos. Sí que está mucho mejor ahora.

—No se trata del físico, sino de lo que trae aquí y aquí—señalé mi cabeza y mi corazón—. Cuando levanté la mirada mi padre estaba con las cejas alzadas, con el cuchillo de pan inmóvil y mirándome fijamente. Derek puso los ojos en blanco y resopló. Incluso mi madre me dio una mirada de sorpresa—. Oh por favor…no es que hubiera sido un superficial todo el tiempo—nadie dijo nada en mi favor.

—Hijo, he visto a algunas de las muchachas con las que has estado y es mejor que no opine.

—No seas cínico Chris. La mayoría de tus chicas han sido muy hermosas, pero superficiales, vanidosas, soberbias y sin un gramo de inteligencia en el cerebro. Al menos con las que pude conversar.

—De acuerdo…bueno, esas chicas no eran realmente mis enamoradas. Solo salíamos y luego…pues…luego…

—No quiero saberlo Christian. Tengo suficiente con saber que mis hijos llevan una sexual responsable. Espero que lo de esta chica sea en serio—mi madre no aguantaba pulgas.

—Lo es. Ella es diferente. Nina es dulce, tierna, inteligente, risueña, a veces tímida, un poco sarcástica. Esta loca, peor es mi loca y…—todos volvieron a mirarme como bicho raro, pero esta vez mi madre tenía una sonrisa inmensa en su rostro.

—Oh mi niño, creo que has encontrado a tu compañera de vida—mi padre se acercó y la envolvió en un abrazo. Y mientras veía a mis padres dándose amor, algo en el fondo de mi me decía que Nina era mi para siempre.