Y que me quería más de lo que yo podía imaginar. Felizmente comencé a ver el sol, mis días grises comenzaban a tomar su color. Si, todo estaba mucho mejor. Me toco viajar a visitar a mi familia, eso significaba que lo vería en cualquier momento.
El fin de semana se hizo largo y triste cuando me di cuenta que casi terminaba mi fin de semana y no había podido verlo. Domingo 3:30 pm arreglaba mis cosas para volver a casa. Mi celular avisaba que tenía un mensaje nuevo, al ver que era de el una sonrisa se dibujo en mi rostro.
Me invitaba a un encuentro antes de irme a casa. Sentía tanta emoción, el lugar de la cita era en la playa. Al verlo llegar no sabía si reír, o llorar. O si más bien correr y huir de ahí.
Estuvimos un rato hablando y compartiendo ideas, como dos amigos que se conocían perfectamente, creo que el sentía miedo de dar el primer paso y para ser sincera yo también sentía muchísimo miedo.
El tiempo se acabó y mi mama esperaba por mí, al decirle que debía irme solo pudo abrazarme.
Yo estaba realmente confundida, ese no era el mismo chico, estaba diferente, o realmente me había extrañado.
Por ser muy atractivo tenía a muchas chicas tras de él, aunque yo también tenía mis pretendientes, pues solo mis ojos eran para él. Muchos rumores llegaron a mí, de que me engañaba y cosas así. Pero como ya dije, los dos estábamos tan seguros de nuestro amor que ninguno de esos rumores podía separarnos.