Enamorandome de mi verdugo

Capítulo Dos: El Zarpazo Del Lobo Vestido De Oveja

Ya  habían  pasado  seis meses de  ser amigos, pero  Camilo no podía esperar más  y  su zarpazo  ya  se  veía.  

Yo debía  ir a  la  ciudad para resolver unos problemas con la pensión de mi padre,  y  era  obvio que Camilo sabía a  cerca  del viaje,  y  como todas las pueblerinas, no sabía  moverme en una  ciudad.   El viaje lo inicié  a  las 7  de  la mañana  y  llegué  a  la  terminal de  buses  a  las 9  am, iba  a  tomar un taxi  cuando alguien se acercó, era  un hombre  algo viejo, y me preguntó adónde  iba  ya  que  él  podía llevarme  porque  pertenecía a una  cooperativa  de  taxis;  sin saber lo que  me  esperaba subí  al carro  y  le  entregué  la dirección  a  la que  me  dirigía, nos demoramos  unos 10 minutos  cuando se  detuvo  en una esquina  oscura,  me  asusté  e  intenté salir del  carro,  pero antes de  que  pudiera  moverme  ya  había  un hombre  afuera esperándonos;  en ese  momento el hombre  viejo me sujetó con fuerza  entonces  le mordí una  mano,  y  antes de  que  pudiera  gritar,  el hombre  que  nos estaba  esperando  abrió la puerta  del taxi  y  me sujetó  por atrás, puso  un pañuelo  en mi nariz,  y  en menos de  un  minuto  me sumergí en un  sueño profundo  e  infinito, del  que  parecía  que  jamás pudiera  despertar. 




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