Enamorate de mi

Estoy en casa.

Buenas días, buenas tardes, y buenas noches mis amados lectores.

Quiero ofrecerles una sincera disculpa por no haber publicado el nuevo capitulo de esta historia ayer, ya que lo habia prometido.

Dije especialmente que publicaba capitulos cada viernes y domingos, pero ayer llegue muy agotado a casa y nada mas ver mi cama, y sentarme en ella, caí rendido en sueño. Pero para acabar con la espera hoy, aquí les traigo el nuevo capitulo.

Espero que lo disfruten a montones, todo mi amor y todo mi cariño, estan puestos en el esfuerzo que hice para traerselos lo antes posible y de nuevo les pido disculpas, esta semana, y las que siguen, cumplire al pie de la letra mi programación de publicacion de capitulos.

Asi que cuenten con que tendran capitulos nuevos cada viernes y domingos. Finalmente sin nada mas que decir, a leer.

***GABRIELA***

Regrese a casa ese día agotada, agobiada por lo ocurrido durante el día. Primero el muy idiota me había arruinado la ropa, y luego me lo compenso comprándome ropa muy linda.

¡Si, es linda, tengo que admitirlo!

Luke era un hombre extraño, no sabía que pensar respecto a él, no cuando se comportaba tan sobrado y seguro de sí mismo, tan seguro de que las tiene a todas a sus pies.

¡Bueno… eso no es mentira!

Sí, no era mentira que las tenía a todas a sus pies. Me incluyo. Pero yo no soy como todas, no soy una mujer regalada, soy más del tipo de mujer que saldría con un hombre por varios años antes de acostarme con él, aunque nunca lo había hecho, jamás había tenido un novio.

Saque mis llaves de la cartera y metí una de ellas por la ranura de la puerta, dándome paso a mí misma, a aquel departamento acogedor en el que vivía. Las paredes azul oscuro eran opacadas por la falta de iluminación y lo único que deslumbraba era la cerámica marfil del piso.

Un departamento tipo estudio, ese era mi hogar. Una sola habitación, un solo baño, una sala pequeña y una cocina y un comedor igual de pequeños. Suficiente para vivir sola, como lo había hecho desde que comencé la universidad.

Una de las ventajas de vivir en este departamento era que estaba en un piso bastante alto. El décimo quinto piso. La vista a la ciudad era sorprendentemente hermosa.

Podía pasar toda una noche admirando las luces que se esparcían a lo largo de las calles y avenidas, el cielo estrellado y una maravillosa ciudad que no duerme.

¡Aunque yo si tengo que dormir!

Debía levantarme temprano la mañana siguiente puesto que tenía una reunión con Regina la abogada, y con la gente de Gucci. Era demasiado importante mantener el contrato con ellos, porque era mi primer contrato grande desde que tenía el mando de la empresa de mi padre en mis manos.

Hacerle publicidad a Gucci me daría mucha promoción. En todos los años de Open Your Eyes, nunca habíamos hecho publicidad para ellos, y el hacerlo ahora, no solo sería nuestro mejor contrato sino que también me daría prestigio como la dueña de la empresa, y eso me llevaría a más contratos como este.

Tenía tantas cosas en la cabeza… y aun así no podía olvidar lo ocurrido con mi asistente.

¡Ese…!

“¿Qué crees que busco LINDURA?”

Sus palabras resonaron en mi mente cuando me sacaba la ropa que él me había comprado, sobre todo esa última palabra “LINDURA”

¿Qué rayos quieres Luke?

- No sé qué buscas idiota – murmure para mí misma mientras me ponía unos shorts cortos y una franelilla, para meterme a la cama y dormir.

Quería olvidar todo lo ocurrido, quería olvidar lo nerviosa que él me hacía sentir, quería olvidarme completamente de que por primera vez en mi vida, un hombre me atraía tanto, y por primera vez me volvía vulnerable.

Sacudí mi cabeza y me di palmadas en las mejillas tratando de despojarme de todo lo que tenía en la mente, pero nada funciono. Fui a la cama y me tumbe rendida, agotada, agobiada. Diablos estaba tan… solo quería dormir.

“Se ve excelente señorita Gavotti, tiene una figura hermosa y jovial, y debe usa ropa que la haga lucir esa juventud con un brillo sin igual”

Y Bam.

Otra vez resonaron las palabras en mi cabeza, esas que me habían estremecido y me habían hecho sentir que aquel hombre, era mucho más que una cara bonita y un cuerpo escultural.

¿Cómo un hombre así, puede admirar de esa manera el cuerpo de una mujer como yo? Me lo pregunte una y otra vez si hallar respuesta alguna ¿Por qué de pronto actuaba tan dulce y amable, y al otro instante era un seductor engreído? Tampoco halle respuesta alguna a esa pregunta.




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