Encadenada [#e1]

Capitulo 1

Caminaba tranquilamente por el parque, libre y desahogando los sentimientos pesados que cargaba, cerrando los ojos y inhalando el frió del invierno como si estuviera en absoluta paz, pero claro, ya no la hay.

Desde hace doce meses, salir de la casa era un peligro.

Se hizo una tercera guerra mundial, no con humanos contra humanos como las anteriores, en la tercera guerra, peleamos todos los humanos unidos, aún que había países en donde estábamos enfrentados también se unieron con nosotros a pelear. Fue algo tan épico de ver, todos unidos a pesar de las diferencias notorias.

Pero fue en vano.

Perdimos la guerra contra ellos.

Eran más, mucho más fuertes y poderosos. La gente no era capaz de reaccionar al estar al frente de ellos, era tan impresionante...

Eran seres míticos contra nosotros, simples humanos.

Perdimos una gran cantidad de personas, de armas, de fuerzas, de todo. Ellos querían apoderarse de todo lo que existía.

Desde que perdimos, ellos mandan, es como si hubiera un rey al mando de todo el mundo. El rey es Alexander William, nunca lo he visto pero los pocos humanos que lo hicieron y viven lo odian.

Hay toques de queda, a partir de las 9 de la noche ya no hay ni un ser vivo en las calles.

No se permiten fiestas, ni tampoco la música. Hace meses que no escucho ni una sola melodía.

Tampoco se puede reír a carcajadas, eso ya no, cuando lo hacen te llevan y nunca más vuelves, por lo cual si una persona quiere reírse a carcajadas, debe esconder su cara en algo para que ellos no lo noten.

Nuestra vida fue basada en reglas.

Mire la hora, faltan 15 minutos para el toqué de queda, seguí caminando.

Aún recuerdo las palabras de mi madre "Nunca bajes la cabeza ante nadie" fue doloroso ver como bajaba la cabeza ante los vampiros solo para que no la maten, quienes sin importar que, la mataron junto a mi padre.

En mi vida me he quedado sola, no tengo amigos ya que muchos murieron y otros tienen miedo a hablar y salir de sus casas, no tengo familia ya que lo único que tenía era a mi madre y padre. No tengo a nadie.

Las calles son grises y ya no hay ni una alma con una sonrisa en su rostro.

Nunca sentí tanta molestia de no poder hacer nada, literalmente era un infierno ver como todos sufren y no poder hacer nada, una impotencia muy grande.

Las calles estaban vacías, ya habían pasado unos 5 minutos del toque de queda, me daba igual. ¿Que me iban a hacer? Primero me llevan con el rey, el mismo me mata y luego fin.

No tengo nada que perder. No quiero vivir en esta vida estúpida y sin sentido.

—Hey—Hablan atrás mío, giro y veo a dos hombres pálidos en el medio de la carretera junto a otros 5 lobos a su lado, suspiré mirandolos

Dos vampiros + cinco lobos, una humana rompiendo las reglas= ¿Que podría salir mal?

—No es hora de estar en las calles—Dijo el chupa sangre.

Sonreí y le mostré mi dedo corazón, ellos me miraron con incredulidad, bueno... ver como una chica de veinte años se enfrenta a dos vampiros y cinco lobos sabiendo qué ellos mandan ahora, no se ve todos los días.

—Vendrás con nosotros—Gruñe decidido, mientras hacen pasos hacia a mí.

Comienzo a correr a todo lo que puedo, sentía los gruñidos feroces a mis espaldas. ¿Quién me manda a meter a la boca del lobo, siempre? ¡Aigh! Siento unos brazos rodear mi cintura fuertemente sacando el aire de mis pulmones, luego siento unas secas manos agarrar con fuerza de mis brazos dejándome inmóvil

—Dije que vendrás con nosotros—Gritó en mi oído,

Uno de ellos, quien me sujetaba de la cintura, con fuerza me alza sobre el aire y me coloca arriba de su hombro, cargándome como si fuera una bolsa de papas, dejé caer mis brazos rendidos en su espalda

Luego de minutos eternos llegamos a el castillo del rey, me encerraron en una celda y me dejaron junto a un hombre.

—Dime... ¿Como es tu nombre?—Pregunto el barbudo, me quedé callada, no iba a bajar la cabeza y responder todo lo que ellos quisieran, como si fueran capaces de dominarme ¡Ja!

«-Nunca bajes la cabeza ante nada.» la voz de mi madre se repetía una y otra vez en mi cabeza. Dandome la fuerza para seguir mirando a mi golpeador a los ojos, desafiante como siempre.

Sentí su fuerte puño en mi mejilla y un sabor ácido en mi boca comienza a invadirme. Sonreí, no iba a bajar la cabeza.

Exigen reverencias, y lo único que se merecen es un buen puñetazo en sus rostros, ¿Creerse mejor que los humanos solo por tener talentos? ¡Ya quisieran!

Volví sentir su puño, una y otra vez, evidentemente ya había perdido la cuenta pero eso no me impedía que lo pueda mirar a los ojos, eso lo enfurecía aún más. Sé que mi madre debe estar orgullosa por no agachar la cabeza, y si no lo está... Yo estoy orgulloso de mi misma.

Luego de unos minutos se canso de golpearme, por lo cual me miro enfurecido, yo lo mire a los ojos fijamente. Vamos, campeón, ¿Quieres una guerra de miradas?

—Le diré al rey esto—Como niño regañado sale rápidamente de la prisión

—¡Marica! —Grité en cuanto cerró la puerta



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En el texto hay: fantasia, amor, cadenas

Editado: 08.05.2018

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