Encadenada [#e1]

Capitulo 33

Estaba sentada abrazando mis piernas, el dolor nunca se detuvo y escuchaba gemidos dolorosos de la sombra que hacían que resbale una que otra lágrima.

Alexander no ha venido a verme desde que le mentí sobre el nombre.

estoy bien, o eso quiero creer.

—¿Kath?—la puerta se abrió y pasó Alicia, la mire con enojó.

—¿Que quieres?—Gruñí. Ella se acercó ami y me sonrió.

—Toma—Me entrega una jeringa con un líquido espeso—Tu sombra morirá del dolor si no te lo inyectas... Si el muere, tú también. Alexander salió del castillo pero no tarda en volver

—¿Como puedo confirmar en ti?

—Tu elijes, confiar en mi o dejar que la sombra muera y que te mate... Como tú quieras.—Se encogió de hombros y me miró con pena.—Adiós Katherine.

Alicia se giro y caminó hacia la salida, mi grito la detuvo;

—¡Espera!—Exclame—¡Sácame de aquí! No me puedes dejar.

—Si escapas y Alexander te atrapa. su castigo será peor.—Hace una mueca.

—Soy consiente de eso. Pero no puedo estar aquí, si sigo aquí mataran a la sombra... Me mataran. —Ella cerró sus ojos pensándolo.

—A la anochecer mientras Alex duerme, te pasaré la llave de la puerta por debajo de esta...—Hace una pausa y suspira—Espero que sepas lo que haces, Mclaren.

Y salió, agarre la inyección y la mire.

—Sombra... Necesito una señal de que esto es bueno—Susurre apoyando mi cabeza contra la pared, no obtuve respuestas. Sentía que el ya no estaba con migo —Solo... Quédate con migo.¿Si?

Agarre la jeringa con el líquido verde, Suspiré y me lo inyecte en el brazo. Sentí un gran ardor recorrer mi cuerpo.

Ví mi brazo, quien una vena se remarcó y latía rápida mente. Comencé a sentirme mal sentí náuseas; comencé a vomitar. Al terminar observo que fue un vomito solo de...¿sangre?

—¿Sombra?—Pregunté, seguía sin sentirlo. Cerré mis ojos y deje derramar una lágrima—Por favor... Sé fuerte, no me abandones.

(...)

Había pasado mucho tiempo ya, no hay ventanas por aquí pero podría jurar que ya es de noche, la inyección me hizo ponerme un poco... Extraña. Vomito sangre, no puedo caminar, no siento mi cuerpo y estoy totalmente débil.

Ni siquiera siento a la sombra.

Derrepente por debajo de la puerta pasa una llave, sonrió enérgica mente y me arrastro hacia ella. Al agarrarla intenté ponerme de pie pero caí de rodillas, tire un gruñido.

—Sombra, no puedo caminar si tú estás así, necesito que juntes todas tus fuerzas.—Gruñí, sentí un pequeño rose en mi mano, como si me la hubieran acariciado, Suspiré. El estaba aquí.—A la cuenta de tres...1...2...3.

Me puse de pie y mis piernas temblaban, gruñí y hice mi primer paso caí nuevamente

—¡Sombra necesito que seas fuerte!—exclamo mientras acaricio mi rodilla quien tenía raspones

—Zorra.—Murmuró con odio y dolor la sombra, sonreí

—Con orgullo. Ahora, vamos sé fuerte.—Me volví a poner de pie asta que escuché ruidos extraños de afuera.

—¿Que haces aquí, Alicia? —La voz de Alexander hizo que cada músculo de mi cuerpo se tense.

—Nada, solo estaba caminando.—La voz de Alicia sonó

—¿En la sección de calabozos?—

—Y aquí que te importa—Medio gritó Alicia—¿y qué haces tú, aquí?

—Vine a ver a Kat...—Antes de que pueda terminar se calla—Oh... Mierda ¡Tu me robaste las llaves!—Exclama, sentí unos pasos asegurados y la puerta se abre de un golpe. Sorprendida hice un paso para atrás pero caí de trasero.

Alexander tenía la respiración agitada y me miraba con los ojos bien abiertos, miró la inyección en el suelo y luego me miró a mi, bajo su mirada a mi mano donde estaba la llave.

Me la quita rápida mente y me mira con decepción.¡Yo lo tendría que mirar así!

Se da medio giro para irse pero lo detengo.

—Espera...—Susurre, me intenté poner de pie pero era imposible.—Alexander, no me dejes aquí por favor. —El cerro sus ojos por un segundo maldiciendo por lo bajo. Suspira y camina hacia la salida ignorándome—Alexander, demonios.¿Acaso vas a olvidar todo lo que podamos juntos?¿Nuestra historia?

¡Lo se! No debería chantajear. ¡Pero no puedo quedarme aquí!

—Lo haces más difícil así, Katherine.—gruñe dándome la espalda.

Dios, perdóname por lo que voy a hacer;

—Perdón.

Alexander se giró y alzó una ceja mirándome, yo me pongo de pie pero antes de caer el me sujeta de mi codo. Me ayuda a ponerme de pie.

—¿Que?—Pregunta,¡No lo repetiré! Ya mucho que lo dije una sola vez



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En el texto hay: fantasia, amor, cadenas

Editado: 08.05.2018

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