Mire el sol aparecer entre los árboles del bosque a lo alto, suspiré profundamente. Solo faltan 6 días...
Me acerque a la entrada del castillo, estaba vacía sin ningún guardia. Daba escalofríos mirar el castillo, parecía uno abandonado y lleno de fantasmas... Aún que verdaderamente hay uno, mi querida sombra.
Quién por cierto debo encontrar una forma de dañarlo...
¿Que? También tengo que mantenerlo bajo mi mando asta que la etapa de celo acabe.
Al entrar al castillo observo todo vacío, menos una vieja anciana que estaba de rodillas con una esponja limpiando el amplio piso del gran salón. Me acerque a ella rápida mente.
—Señora.¿Que hace aquí? Hay una orden de no salir de las habitaciones—Le dije mirando a todos lados atenta, no quiero que por un loco está señora se lastime.
—Reina—Agacha su cabeza en forma de reverencia—el rey a ordenado que todos las cocineras y las que limpian se pongan a trabajar—Me mira tristemente—Desde que usted se escapó.
Eso no tiene sentido...¿Por que lo haría?.
—Ka-athe-Rin-e—La voz dificultosa de la sombra se escuchó—Co-ore.
Arrugo mi nariz¿Por que? Derrepente siento como me agarran de mi pelo y me quieren golpear. Joder, la sombra ya perdió el control.
Almenos avisó.
Que deprimente.
Comencé a correr sin parar por el castillo al llegar a las escaleras hice una mueca, ojalá adelgace después de esto, será lo único bueno.
Empecé a subir las escaleras con una gran velocidad en mi mente me acordaba a Mike wasausky decir "Rapidin, rápidin, rápidin" debo estar volviéndome loca.
—Mierda, mierda, mierda, mierda—Murmuro, al llegar a la habitación entro de un golpe alexander se encontraba parado firmemente mirando el suelo como sus músculos tensos, giro a verme y pude ver sus impresionantes ojos amarillos.
Oh,oh...
—¡Alex!—Grité contenta, camine hacia el y le di una palma-dita la espalda, Él me miraba con incredulidad—¿Todo bien, amigo?
Alexander me agarra de la cintura y me acorrala contra la pared, veía a la sombra en el marco de la puerta.
—¿Alex?—Susurre, el escondió su cara en mi cuello—Cierra tus ojos y espera mis labios.—El me hizo caso al ver sus ojos cerrados agarre un florero que estaba alado mío y se lo partí en la cabeza.—Espera durmiendo, imbécil.
Me acomode mi cabello, la sombra había desaparecido por lo cual supongo que se pudo volver a controlarse un momento, saque de mi bolsillo unas cadenas y lo encadene a la cama. Por un tiempo servirá.
—¡Guardias!¡Guardias!—Grité, todos los guardias tenían que encerrarse en sus habitaciones asta que la etapa de celo acabe, pero si escuchan el grito desesperado de su reina, vendrán...¿No?
Unos 5 hombres entran corriendo, hacen una rápida reverencia y me miran con preocupación.
—¡Si, mi reina!—Dicen al mismo tiempo, wow...Y pensar que yo no puedo coordinarme para caminar bien. Soy un maldito fracaso
—¡Traer todas las joyas brillantes de todo el mundo, quiero a todas en menos de 3 horas.!—Ordené.
—Reina sabemos que tiene que verse hermosa siempre..¿Pero justo ahora?
—No pedí opiniones, quiero las malditas joyas ya. Y... Necesito a 3 de ustedes para traer algo al castillo.—Murmure sonriendo, ellos se miraron entre-si con miedo y aceptaron.
(...)
—Gracias, te lo agradezco.—Conteste mientras aseguro a la cadena de Taylor.
—No es nada, le aviso que la habitación ya está lista.—Contestó firmemente.
Como leerán, los guardias me an ayudado a traer a Taylor al castillo -tuvieron que desmayar-lo con golpes- y lo trajimos, lo encadenados en un calabozo, trajimos al inconsciente Alexander a la mismo calabozo.ambos encadenados inconscientes en un mugriento calabozo... Tengo que sacar una foto.
—Okey, quédate aquí... Si alguno de ellos despierta dale un golpe seco en la cabeza... Intenta no matarlos, pero si lo haces no hay problema.—Le di un golpe en su espalda riendo, salí del calabozo y comencé a caminar hacia la habitación que habían preparado para la sombra.
Según lo recuerdo; Los fantasmas se sienten atraídos a cualquier joya que brille. Entonces, en una habitación pusieron arriba de mesas millones de joyas... Espero quedarme con alguna.
Al llegar a la puerta de la habitación Suspiró, si entró allí; La sombra también lo hará. Y cuando salga mi hermosa sombra ya no estará con migo, amenos que la saque a la fuerza.
—¿Preparada sombra?—Pregunté en un susurro apagado.
—¡No! Por favor no me abandones aquí. Prometo controlarme y ser tu cuidador, tu Ángel si eso quieres que sea o tu demonio...pero por favor no me abandones.—Suplicaba, Lo siento.
Entre a la habitación y vi como la sombra aparecía afrente de las joyas y se quedaba inmotisado por aquellas.
—Te sacaré de aquí cuando esto pasé... Nunca te abandonaría, mocoso.—Susurró para girar y irme