El padre de Alexander ya convertido se lanzó sobre Katherine, ella tira un gruñido y pone sus manos en el cuello apartando la cara del lobo de el de ella, escapando de esos filosos dientes que quieren morder todo su rostro.
El padre de Alexander no estaba siendo para nada sutil, y sus amigos tampoco. Leah estaba tardandose en matarlos o simplemente se está divirtiendo la situación.
El lobo pone su patita en su hombro y clava sus garras haciendo que ella tire un grito desgarrador. La sombra se encontraba aún inmotisada mirando aquellas joyas pero el grito de Katherine hizo que algo despierte de su trance
Katherine bajó sus manos un poco con rendición haciendo qué el lobo se pueda acercar más a su rostro. Su pata trasera le hacia rasgueos por todo su abdomen.
Leah estaba teniendo una pelea bastante limpia, sus movimientos eran rápidos y secos dignos de admiración. Sus contrincantes también eran buenos pero Leah nunca perdía una pelea.
—¡Basta!—Gritó Katherine, el lobo nunca se detuvo—¿Sombra?¡Sombra!—Gritaba, el ser inmaterial aún estaba muy inmotisado como para salir de aquella habitación.
Katherine tenía la razón, la única forma de que la sombra pudiera salir sería por la fuerza y solamente Katherine. Solo nunca podrá salir de su gran trance.
Katherine rendida puso toda su fuerza en mi mano derecha y le dio un fuerte puñetazo al lobo, dándole tiempo para poder pararse rápida mente.
—¡Leah! Una daga.—Pidió asustada, la resien nombrada le lanzo una daga y continúo con su problemita, el padre de Alexander se puso de pie y comenzó a correr en direcciones a Katherine.
Al saltar hacia ella, ambos caen, Katherine de espaldas haciendo que la daga se caiga y huele en el aire alejándose.
El lobo pasó sus garras por la mellija derecha de Katherine haciendo que comience a sangrar demasiado.
Katherine gritó tan fuerte que logró escuchar Alexander y Taylor. Alexander comenzó a intentar sacarse las cadenas desesperado pero eran imposible ya las cadenas eran para demonios; nunca se romperían.
Pero la sombra la escucho, «Katherine» pensó la sombra dejando de ver las joyas por primera vez desde que entró a la habitación, Comenzó a traspasar las paredes en busca de la localización de su amada Katherine.
—¡Katherine!¡Resiste ya voy!—Gritaba la sombra desesperado, y allí la vio; Acostada en el suelo con un lobo encima intentándola morder,lo único que lo detenía eran los delgados brazos de Katherine en su cuello.
La sombra no tardo en sacárselo de encima, Katherine aún sin rendirse se pone de pie pero gracias a su herida en la pierna cae. Pero antes de caer la sombra la atajó.
—Gracias.—Susurró con voz entre cortada.
El lobo estaba en el piso mientras pasa su cara por sus manos con dolor, Katherine agarró la daga en el suelo y caminó hacia el.
—Te lo dije señor William,—Katherine elevó la daga para tomar más impulso.—Se metió con la chica equivocada—y lo siguiente fue clavar la daga en el pecho.
El lobo tiró un aullido y luego su cabeza cae hacia un costado, Alexander al escuchar el aullido se tranquilizo y pensó «Felicidades pequeña, lo lograste»
Las pupilas se fueron dilatando y el pelo del lobo se fue yendo poco a poco el padre de Alexander volvía a ser un humano pero obviamente sin vida.
Katherine miró a Leah, quien le clavo la última daga en el corazón a un lobo y sonrió satisfecha, a diferencia de ella; Leah estaba implacable, sin ningún rasjuneo ni nada por el estilo.
Mientras que Katherine tenía garras marcadas por todo su cuerpo y mordidas por toda su espalda.
—Gracias sombra, me estaba rindiendo. Nose que hubiera sido sin ti.
—Olvídalo, nos cuidamos mutuamente. Te quiero y no dejaré que sufras nunca más.
Katherine asintió y volvió su vista al padre de Alexander muerto en sus pies,una lágrima resbalo por su mellija mientras aprieta sus labios para no llorar, toda la escena había sido muy dolorosa y traumática.
—¿Sabes que es lo peor?—Preguntó Katherine mirando el cadáver, volvió su vista a la sombra—Siento que está no será el último ataque que tengamos.