Encadenados [#e2]

Capitulo 18


Relajarse...

Proyectar...

Relajarse...

Proyectar...

La imagen de James y la mujer besándose vuelve a mi mente haciendo que frunza el ceño y negué con la cabeza.

Abrí los ojos y ví como Alexander me miraba con desapruebo, Dylan con emoción y Matthew con preocupación.

Intento relajarme para poder controlar a Anabella, pero obviamente es tan difícil como dominarme ami. Pero no iba a dejar que Anabella se salga con los suya... Aquí estoy, entrenando junto a mis pequeños y su padre

—¡No puedo! Lo siento, lo siento, pero no puedo.—Comencé a caminar hacia un asiento y me siento como toda una nena caprichosa—No me sale

—Katherine, ésto sería más fácil si estuviera Kevin y Leah. Pero ¡Taram! Kevin está muerto y leah no puede hablar. —Alexander se cruza de brazos.

—¡Ya te he dicho por quinta vez consecutiva que yo no tuve la intención de hacerle eso a Leah! Nose como quitar lo que le hice, nose como estar lista, nose como aguantar el dolor

—¿Te duele?

—¡Sí! Me has mantenido aquí encerrada en el puto castillo por horas y sin darme comida. ¡Es obvio que me duele no comer!

—Intenta de nuevo.—Pidio Alexander mirando los gemelos jugar con unas espadas son filo.

—¡Al demonio! Yo me voy a la cocina.—Me puse de pie y camine llendome rápidamente. Alexander me sujeta del brazo y me enrosca algo en él —¿Q-Que?

Cadenas.

—No te puedes salir, estas en plena fase de transición y no controlas a Anabella por lo cual tienes que quedarte. —Me habló.

Mire como las cadenas estaban conectadas al suelo donde había una sortillas de acero, furiosa jale las cadenas rompiendolas

—Oye, Las cadenas no estaban en el acuerdo—Dijo Matthew en un susurro mirando a Alexander de mala cara

Alexander sujeta las cadenas y me mira con frustración—Mírate, Anabella está controlando tu cuerpo frente a los niños. ¿Cuanto falta para que los lástimes por perder el control? Katherine no te estás dando cuenta pero tus ojos están completamente negros y le acabas de gruñir a Matthew.

Horrorizada mire como matthew me miraba confundido, suelto un suspiro mientras toco mi pecho asustada. ¡Casi pierdo el control!

—Pe-ero...

—Escucha, sé que es difícil y injusto.—Camina hacia la mesa y agarra unas cadenas nuevas—Pero estaremos juntos, literalmente. Estarás encadenada a mí para evitar que las puedas romper y perder el control

—¿Encadenados?—Pregunté confundida

—Si, superaremos esto ambos—Se encadeno el pie y me miró con una sonrisa—¿Si?

Mire las cadenas con miedo, les tengo una gran fobia que se creó estos seis años, realmente tengo miedo a estar sola en una habitación lejos de la civilización, mis amigos, mi familia. Sola con unas cadenas... No quiero que esto pasé.

Alexander volvió a hablar nombrandome, sentía miedo de lo que iba a hacer a continuación. ¿Y si es una trampa?¿Y sí me encadena y me aleja de los gemelos?¿y si al encadenarme el escapa?¿y si me deja sola?

—Katherine, confía en mí... Te juro que no te dejaré sola, estaremos los cuatro juntos.—Alexander me miró fijamente a los ojos—Te amo. No te abandonare.

—No me abandones.—Pedí, el aceptó enérgica mente—Juralo capullo, no te creó

—Lo juro —Contestó—Juro que te amo y no te dejaré sola.—Lo mire indecisa—La palabra de un Licántropo es sagrada Katherine, quien la rompa la diosa luna hará que sufra las consecuencias. ¿No lo sabías?... Yo te doy mi palabra.

Estire mis pie derecho hacia adelante y Alexander se agacho para encadenarlo, depósito un suave beso allí y luego las cadenas.

Una vez encadenados mire como matthew estaba jugando con una espada y Dylan estaba apunto de lastimarse

—¡Matthew! Suelta eso—Dije enojada, intenté caminar hacia él pero las cadenas sonaron y cai de trasero ganandome las carcajadas de tres personitas

Alexander también estaba en el suelo de espaldas riendo con la cadena ajustada a su pie derecho, aún acostada le muestro mi dedo corazón y el me sonríe amplia mente mostrando su blanca perfecta dentadura

—Demonios, te amo.—Dijo ríendose sorprendiendo a los gemelos quienes pusieron su vista en él asombrados.

Y de nuevo la maldita pregunta...¿Qué siento por Alexander?

Me pongo de pie, al igual que William, los gemelos nos hacían burla y corrían a nuestro alrededor provocando y aprovechando que no puedo agarrarlos.

Alexander tampoco estaba decidido a caminar como para que yo los atrape. Los tres son unos traidores.

—Vengan, los llevaré a un lugar.—Alexander anima, los gemelos pararon de hacer travesuras y corrieron hacia él

¿¡LE HACEN CASO!? Yo aún no logro que Dylan duerma con el pijama y que matthew no pegue chicles debajo de la mesa. ¡Y Alexander viene y le hacen caso!




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