Capitulo 36

—¡NO!¡NO PUEDO CALMARME! ¡SON MIS HIJOS, JODER!—Grite mirando el edificio. No podía acercarme ya que el humo y el calor conservado me abrumaban muchísimo. Y los angeles tampoco ya qué sus alas se marchitan

Estaba convencida, iba a entrar. Aunque el calor saque todo el hielo que tengo sobre mis venas y me deje muerta en el intento sacaría —o almenos intentaría— salvar a mis hijos.

Pero me detengo al ver como una persona pelinegra corre en dirección hacia la entrada, antes de entrar veo bien su rostro y mi sonrisa resplandece al verlo

Sin dudarlo ni pensarlo dos veces, él se mete al edificio en llamas en busca de sus hijos.

Siento que alguien rodea mis brazos y me abraza de lado, giro un poco y veo como estaba Derek. Me miró con su rostro neutro y volvió su vista al edificio

Los minutos pasaban y Alexander aún no volvía, el fuego se estaba siendo más intenso y todos los vecinos observaban el lugar con impaciencia

—Suficiente, ya pasó mucho tiempo.—Dije nerviosa.

—Tranquila, no olvides que todo tu organismo es de hielo, morirás si te acercas.—Derek contesta aún teniendo paciencia

Necesitaba que Alexander los saque, necesitaba que los tres estén bien. ¡Mierda, los necesitaba tanto!

Velkan no se había dado cuenta que metiéndose con los niños se había metido con un ex rey rabioso y dominante, posesivo y sádico. Y con una indomable, fuerte, loca y despistada castaña.

Velkan quiere guerra.

Y yo con gusto, se la haré.

Veo como hay una figura que sale de el edificio, rápidamente corro hacia ellos y veo como Alexander estaba alzando a los gemelos quienes escondian la cabeza contra la camisa.

Al llegar a ellos lo abrazo fuertemente y cierro mis ojos aguantando mis lágrimas, Alexander no solo había salvado la vida de mis hijos, si no qué también la mía.

—Gracias, gracias, gracias—Susurre besando cada parte de la cabeza de los gemelos, Alexander todo sudoroso y cansado solo sonríe en contestación

Gracias.

(...)

—Mis bebes casi mueren por el idiota de Kendrick, lo quiero muerto.—Alce la voz.

Era impresionante todo esto, estábamos todos escondidos como ratas en el alojamiento de Adara, no podía creer que Velkan haya ordenado la muerte de todos nosotros y la cabeza de Alexander. Pero sin dudar quería a todos vernos suplicar

Buen intento, Kendrick.

—No podemos matarlo.—Lucas habla—Amenos, yo no puedo.

—¿Por qué no?—Preguntó Leah, quien estaba sentada sobre sus piernas.

—Era mi mejor amigo.—Dice con sorpresa como si fuera lo más obvio. Mira a su amigo y le habla—¿Enserio, puedes matarlo? Es como si te matará a ti ¡Dios, que horror!—Exclama—Hermano, él nos convirtió, nos dió esta vida.

Me acerco rápidamente a Lucas y le doy un cachetazo, él suelta un gruñido y me mira confundido

—¡Ey! ¿Qué Demonios te pasa?—Me miró horrorizado

—Lo siento, quería comprobar que no estés hipnótizado.—Sonrei con inocencia. Escuché a los gemelos reír

Volví a mi asiento y los gemelos acuestan sus cabezas en mis piernas. Alexander despeina su pelo con brusquedad

—¡Lo sé, hermano! Pero no puedo dejar que haga lo que quiera con el mundo. Los seres míticos y los humanos están en peligro.

Aw, Alexander preocupado por toda su gente. ¡Ternurita!

Concéntrate Mclaren.

La puerta se abre y entra James y Nick cargando algo entre ellos. ¡Hay dios, dime qué no es un cadáver!.

—Yo no haré ningún poso.—Digo rápidamente. Todos me miran confundidos y yo me encogo de hombros y acarició la cabeza de los niños—¿Qué? ¿Donde esconderemos el cadáver, entonces?

—¡No es cadáver, idiota! —Exclamó Nick riendo, dejo el no-cadaver en el suelo y lo destapo dejando ver a un guardia. Se tira el pelo hacia atrás suavemente y sonríe con tiernura.—Aún respira.

—Lo trajimos porque nos vió sacando la basura.—James se mueve incómodo en su lugar—Nick lo quería matar, aveces me da miedo. —Lo mira de reojo un poco asustado haciendo que sonria

—Cuando despierte le borro la memoria.—Leah se encoge de hombros en su lugar.

Volví mi vista a Alexander y mi sonrisa de esfumo. Él estaba tan preocupado que miraba el piso y soltaba pequeños suspiros cargados de melancolía. El puesto de rey era lo más importante que tenía —Aparte de su familia— y lo había perdido. Intentaba pensar en una solución y ayudarlo, pero no se me ocurria absolutamente nada, mi mente estaba torpemente en blanco y la impotencia al ver a mi Alexander así me abrumaba.

Amenos qué...

—Tengo una idea.—Susurre, solo llamando la atención de Lucas y Alexander. Ellos me miraron confundidos esperando que continue hablando—Si no me equivoco, Velkan gustaba de mí...

—No se por qué, pero ya no me gusta este plan.—Alexander interrumpió.