—¡Necesito salír!—Grité a todo pulmón—¡Saquenme de aquí!
Habían pasado exactamente una hora desde qué se llevaron a Alexander. Pero sin dudar, esa hora que estuve aquí sóla he gritado como si no hubiera un mañana.
—Silencio Mclaren.—Susurra un guardia contra la puerta—El rey se está frustrando por sus gritos.
—Escúchame traidor, sácame de aquí antes qué rompa todo este puto castillo y te meta hielo donde no te da la luz del sol. ¿Oiste? —Exclame.
La puerta de hierro se abre y entra en guardia, lo reconocí como el guardia que me había cargado hasta la oficina de Alexander el día de ayer. Minutos antes que Kendrick aparezca en vuestras vidas
—Escucha, se qué estoy obedeciendo reglas de el Rey Kendrick. Pero necesito que estés calmada. Deffems, está hablando con los otros guardias para hacer una rebelión y exigir a Alexander de vuelta. Solo necesita convencer a unos más y ya está. Ha convencido al pabellón del A-7 a F-8 y está por el 3-1
—¿Por qué quieren de vuelta a Alexander? El también los ha dominado.—Hable confundida. Aún que me encantaba la idea que hagan aquello, estaba muy curiosa por el por qué.
—Necesitamos a Ruthless necklace, William lo sabe controlar y si Kendrick se lo saca lo usará y como no sabe dominar ese objeto místico matará a miles y quizás nos mate a nosotros. Somos hombres, tenemos vida privada; esposa, hijos, y familia. Necesitamos vivir. Y sabemos que desde que usted llegó hace 7 años, William nos ha tratado con mucha paz y no nos asesina por caprichos. Cómo está haciendo ahora mismo Kendrick.
Me quedé sin palabras. Estaba en silencio mirando al joven.
—Sabemos a la perfección qué aún que ustedes no estén en el reinado; seguiremos obedeciendo órdenes de ustedes, para nosotros, ustedes son reyes. Sin o con corona.
Mi corazón comienza a latir con fuerza y presiono mis labios uno contra otro con emoción, estaba jodidamente feliz por aquellas palabras. Pero por otro lado, aún estaba encadenada y encerrada
—Sácame de aquí, suelta las cadenas y yo me encargo de lo demás.—Ordenó, él hace caso omiso a mis pedidos. —¡Ayúdame, mierda!
—Lo siento, pero si usted escapa atacara directamente a el rey, y aurrinara el plan que establece Deffems. Por favor, quedese quieta y callada.
—El hombre que amo, padre de mis hijos, está afuera, con un maniático ex amigo, que asesinó a su mejor amigo ¿Y tu pides que este calmada mientras mi ex sombra, mejor amigo y confidente arma un plan?
Él no contesta.
—¡Okey!—Exclame —Escucha mi plan; sueltame y lo mató. Es perfecto y no hay señas de peligro, cool y a la moda! Ahora, sueltame de una puta vez. —Él niega con la cabeza lentamente—¿Como te llamas?
—Robert Phegghen.—Susurra suavemente confundido
En un moviénto rápido, muevo mi mano hacia un costado haciendo que mi cadena me corte, pero la palma de mi mano quedé frente a el y lanzó un rayo de hielo. Él hielo impacta contra él y cae al suelo inconsciente. Me arrastro despacio hacia él y me acuesto apoyando todo mi cuerpo en mi brazo izquierdo, dándole la espalda a él y con mis manos atadas detrás de mi espalda comienzo a tocar el bolsillo de su armadura hasta encontrar las llaves.
Una vez en mis manos las llaves, me las ingenio para soltarme y lo logro exitosamente. Al tener mis manos libres de cadenas arranco la cadena de mis pies y me pongo de pie.
Hago sonar los huesos de mi cuello moviendo de un lado a otro mi cabeza y sonrió poniendo mis ojos en negro al ver la puerta de el calabozo abierto
—Gracias Phegghen. Pero seguiremos mi plan. —Comunique al pobre guardia inconsciente en el suelo.
Las cosas, van a arder aquí.
ALECKSEÏ POV
No lo podía creer, mientras Katherine, Alexander, James y Lucas pasaban una escena de acción y misterio.
Yo estaba aquí con los gemelos cuidandolos. Mientras que Nick, Adara y Leah preparaban inyecciones de plata derretida en el sótano.
Lo bueno de todo esto, es que hay cervezas aquí. Y de las buenas
—¿Por qué el pato no es azul? —Pregunto Matthew mirando la televisión mientras aparecía hablando el pato Donald con su irritante voz. —Todo lo divertido es azul
—No todo es divertido.—Contesta su hermano mirando también al pato.—¿Recuerdas cuando en el cumpleaños de mamá le pintamos el cabello de azul? Uff—Da un suspiro abrumador—Eso no fue para nada divertido, mamá ese día se enojo tanto.
—Si.—Comento Matthew en respuesta—Nos sacó los juegos por tres semanas.
Me reí y puse atención en mi cerveza. Tenía los pies apoyados sobre la mesa pero antes que Adara pasará siempre los bajaba, me dió miles de advertencias que no suba los pies
Adoro a esa chica.
—¿Puedo ir al baño, tío Alesi?—Pregunta Dylan.
—Es Aleckseï—Lo corrijo—Y no, no puedes ir.
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Editado: 09.05.2018