Encadenados [#e2]

Capitulo 58

A los gemelos no les gustaba en absoluto la idea de que viajemos a Forks, hicieron un berrinche y hasta Dylan lloró. No estaba en condiciones de enfrentarme a ellos y hacer mi rol de madre enojada por lo cual acepté a no viajar y quedarnos aquí. Cosa, que evidentemente hizo que los gemelos chillen de alegría.

Tapo mejor los cuerpos de los gemelos con las mantas y depósito besos en sus frentes, camino lentamente hacia la puerta y salgo sin hacer mucho ruido. Era de noche ya, no he podido ver a Alexander en todo el día ya que ha estado ocupado en su trabajo, pero supongo que lo podré ver para cuando venga a dormir.

Los pasillos estaban llenos de guardias, muchos de ellos tenían órdenes de cuidarme y vigilarme las 24 horas. Me ha costado un infierno poder convencerlos para estar sola en la habitación de mis hijos así hacerlos dormir.

—Chicos ya es de noche, prácticamente la madrugada, no necesito de su ayuda pero igualmente gracias por todo. Pueden retirarse.—Di un solo aplauso y esperé que se movieran, pero hicieron caso omiso, ni siquiera me miraron—Es una orden de la reina.—Volví a hablar, devuelta nadie me hizo caso.—Sí no mueven su maldito trasero de mi vista, les meteré hielo en lugares que ni ustedes mismos logran conocer.—Dije con voz más dura y autoritaria. Ellos se miraron y se fueron cada uno para su rumbo, dejándome finalmente sola.

Sonreí satisfecha.

Comence a caminar hacia la habitación​ pero escuché un sonido parecido al de un piano cerca, frunci el ceño y desvie mi camino para ir hacía el sonido. al llegar a una habitación la reconozco como la que Alicia me había mostrado meses atrás, donde estaba el piano de Alexander y yo cante.

Abrí un poco la puerta y logré verlo solo, sentado frente al piano mientras tocaba una melodía rapida.

quiero seguirla a donde va, pienso en ella y ella lo sabe, quiero dejarla que tome control, porque cada vez que se me acerca mas—Él cantaba mientras seguía tocando cada vez con más velocidad. Mi corazón comenzó a latir más rápido.

Su manera de brindar la música era extraordinaria, parecía hacerlo con tanta pasión que me impresionaba.

ella me adentra mas para seguirme preguntando, y tal vez deberia parar y empezar a confesar, confesar, si...—

Tape mi boca con mis manos para evitar soltar algún ruido, estaba jodidamente impresionada y enamorada de Alexander William.

oh, he estado temblando, amo cuando te alocas, me quitas toda inhibicion, nena, no hay nada que me detenga, me llevas a lugares que arrebatan mi reputacionmanipulas mi desicion, nena, no hay nada que me detenga, no hay nada que me detenga

Escondida detrás de la puerta, sentí a mi bebé moverse. Puse una mano en mi bulto y sonreí «Si, maní, ami también me encanta» pensé mirandolo

ella dice que nunca tiene miedo, solo se imagina a todos desnudos, a ella realmente no le gusta esperar, no duda para nada

Sus ojos se cierran y aprovecho aquello para acercarme más, caminó lentamente hacia él y veo como apreta sus párpados mientras canta

ella me adentra mas para seguirme preguntando, y tal vez deberia parar, y empezar a confesar,confesar, si...—

Esta parecía ser una jodida canción de nosotros.

porque si perdemos nuestras mentes y lo llevamos todo muy lejos, se que estariamos bien, si estas a mi lado y pisamos en la oscuridad,se que estariamos bien...—

Escuché sus latidos rápidos del corazón y me pregunté en que estaría pensando, me daba curiosidad si pensaba en nosotros. Porque al escuchar esta canción lo único que puedo pensar es en nosotros

oh, he estado temblando, amo cuando te alocas, me quitas toda inhibicion, nena, no hay nada que me detenga, me llevas a lugares que arrebatan mi reputacionmanipulas mi desicion, nena, no hay nada que me detenga,no hay nada que me detenga—Abre sus ojos y me mira, asombrada lo veo sonreír de lado.—
Nena, no hay nada que me detenga.

—Wow.—Suelto un suspiro.—Creo que colapsare.

—Sabía que estabas cerca de la habitación, por lo cual comencé a tocar, cuando sentí que estabas aquí comencé a cantar. Es tu canción. ¿Te gusta?

—Me encanta, Alex—Camino en su dirección y me siento en su rodilla, el suelta las teclas del piano para poner una mano en mi espalda baja y la otra en mi panza acariciando al bebé—¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Por esto.—Se acerca y depósita un suave beso en mi marca haciendo que tiré mi cabeza hacia atrás.

—Estoy jodidamente enamorada de tí, William.—Susurro cerrando mis ojos. Él bebé patea y eso causa que abra mis ojos, miró como Alexander tenía la mano justo en mi vientre y me mira boquiabierta emocionado.—Por lo que siento, maní también dice lo mismo.




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