Encantada [#e4]

Capitulo 4

-¡GENIAL PRINCESA! Atacame. Vamos a ver quién gana.-Fauna me da un empujón, causando que haga unos pasos hacia atrás-¡Vamos! Enorgullece a los reyes y comportate como un monstruo.

Frunzo el ceño. ¿Monstruos? No me gustaba que los llame así. Yo los llamo así, pero tengo derecho a hacerlo; soy de la familia. Una cosa es que yo los insulte y otra cosa que otras personas lo hagan.

<¿Qué dices, estúpida?> Maldita e inservible conciencia.

-Fauna aléjate de ella, ahora.-Mike aprieta su mandíbula.

-¡Golpeame! ¡Hazlo! -Lo ignoró, me siguió empujando, a diferencia que yo ya no me movía. Estaba perpleja mirándola fijamente-¡HAZ ALGO!

Su grito me sobresalta, reacciono al instante y la empujó lejos de mi cuerpo, ella cae de trasero al piso y me mira sorprendida.

Siento un pequeño ardor en mis párpados, como si pronto estuvieran ardiendo. Fauna no se mueve, Mike se quedó helado en su lugar.

Vamos, solo la empuje ¿y me miran así?

Giro para encontrarme en el espejo colgado en la pared, a la izquierda de la puerta. Mis ojos eran totalmente blancos, como si no tuviera pupilas, color alguno. Como cuando Dylan puso sus ojos en negro; yo los había puesto blancos.

Grito como si no hubiera un mañana.

Un guardia entra corriendo a la habitación, el mismo que ayer le pedí que me deseé un feliz cumpleaños. Me mira con los ojos bien abiertos y luego frunce el ceño. Comienzo a llorar mientras golpeo mis ojos con mis manos, cuando me vuelvo a mirar al espejo seguía igual.

-¡Cálmense!-El guardia gritó-¡Princesa, quédese quieta!-Me sujeta fuertemente de los hombros y me hace mirarlo a los ojos-¡Respire, inhale, exhale! Vamos, yo lo hago con usted.

Bajo la mirada a su boca, comienzo a inhalar y exhalar junto a él, despacio y con tranquilidad. Yo miraba sus labios carnosos siguiendo sus pasos con mucha tranquilidad. Sentía que podía estar horas así.

-Listo.-Pone su pulgar en mis pequeñas ojeras y mira mi ojo con más concentración-¿Ve? Se controla. Solo debe mantener la calma.

-¿Qué es esto?-Mike agarra un mechón de mi cabello, y lo muestra. Se había tenido totalmente de blanco. Miro boquiabierta de vuelta al guardia

-No lo sé.-Tuerce los labios y mira su agarré en mis hombros, abre bien los ojos sorprendido y los quita rápidamente-Lo siento, Princesa. Será mejor que me permita estar a su lado, puede volver a perder el control.

-¿Perder el control?-Fauna se ríe mientras se pone de pie-Preocupate de que los reyes o los príncipes pierdan el control y asesinen a otra familia ¿Qué puede hacer de malo ella? ¡Oh espera; nada! Por qué es un Ángel.

Ruedo mis ojos con aburrimiento.

-Señorita, acompañeme. -El guardia pone su rostro serio, cambiando totalmente su tono de voz.-No permitiré que una novata licántropo se acerque a la princesa en luna llena.

Abro mis ojos sorprendida. ¡Es luna llena! Mierda.

En luna llena Fauna siempre se comporta como una perra. Se pone irritable y nadie puede calmarla. ¡Que idiota soy! No debí haberla empujado, ella no controlaba su cuerpo.

¡Aigh!

Fauna pasa a mi lado chocando con mi hombro, sale de la puerta y detrás de ella sale el guardia. Mike me mira, serio y creo que no está respirando.

-¿Te ayudo a inhalar y exhalar?-Pregunte con una sonrisa disminuta. Él parpadea volviendo a la realidad y sonríe

-Creo que casi me hago encima-Mira hacia la puerta y se asegura que nadie esté-¿¡Por qué no me dijiste que el guardia que te cuida está tan bueno!?-Gritó en un susurro.

Pongo una mano en mi sien. Nunca aprende.

-¡Eres un idiota! ¿Acaso sos gay?

Siempre lo sospeché

-No, obviamente no. Pero sé referenciar las cosas buenas-Se cruza de brazos. -Lo que no es bueno es tus ojos. ¡Mierda! Qué horror.

Tiro de mi cabeza hacia atrás.

Si, que horror.

(...)

Mike se había ido hacia su casa, su padre le había mensajeado diciendo que necesitaba de su ayuda. Dado que era tarde y hacía mucho frío decidí hacer una tarta para merendar.

El guardia que me cuidaba estaba en la sala, parado en la puerta firmemente como un verdadero soldado. En verdad le dije que se sentara y viera la televisión o vaya a dormir un poco. Pero él me dijo que ya estaba acostumbrado a estar así y que además, si se enteraban los reyes que yo me quedaba sin protección solo por qué él tenía un poco de sueño lo matarían sin duda alguna.

Un horror.

Saco la tarta del horno y con delicadeza la dejo sobre la isla. Cierro el horno y sonrió orgullosa; me había salido genial.

¡Tranquilamente podría ser chef!

Suena el timbre de la casa, no le di importancia; el guardia estaba allí como para atender por mi mientras que yo estaba ocupada.

Me siento mal por no haberle preguntado su nombre, debería hacerlo cuando lo vea, definitivamente.

Seguramente debe ser el correspondencia. Hice una compra por internet hace unos días. Alguien se acerca por el umbral de la puerta, yo sin mirar al guardia tomo las cerezas de la heladera junto a las mangas de colores para decorar.




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