Sus labios se movían con intensidad encima de los míos, su agarre en mis muñecas se desarma y ahora me sujeta de la cintura y otra en mi cuello. Apoyando su dedo gordo en mi arteria del cuello. Mis labios apenas pueden moverse y con mucha torpeza.
De repente siento un sabor ácido en mi boca, luego siento como debajo de donde intensifica el dolor pone algo frío. Frunzo el ceño notoriamente.
Abro los ojos y lo separó, mi labio sangraba; liberaba un pequeño hilo de sangre que hacia un recorrido por mi mandíbula. Allen sostenía en el aire un pequeño frasco donde había dejado que mi sangre caía por allí.
De repente, simplemente me sentí tan utilizada.
—Gracias por la sangre cariño, si la puedo conseguir así será muy fácil —Me guiña el ojo y desaparece.
¿¡Me dijo fácil!?
Gruñó con enojo mientras pongo las manos en mi cabeza, mi brazalete volvió a brillar con intensidad nuevamente. Gruñi notoriamente volviendo a caminar.
¡Seré estúpida!
(...)
Al llegar a la casa debato internamente si entrar o quedarme fuera o quizá ir a ver a Alexander al hospital. No quería enfrentar a Matthew, le debía una gran disculpa. Aún que tampoco quería enfrentar a Alexander, ¡Casi lo asesino! ¿Y a Dylan? Oh... Lo había dejado sin vista y le proyecté una imagen prácticamente falsa solo para no me haga daño. Mucho menos a Katherine, estaba enfadada ¡Me mintió en la cara! Estaba destinada a que me lastimen y aún así ella... No sé dignó a decírmelo aún que nos hayamos aliado.
—Princesa.—La voz de Drew suena apenas abre la puerta sorprendiendome—Por fin está aquí.
—Hola Drew.—Susurro, caminando hacia dentro de la casa. Todas las luces estaban apagadas—¿Aún hay alguien?
—El príncipe Matthew la esperó por media hora, luego se fué. Nadie a venido desde ese entonces.—Tuerce los labios—Nos ordenaron que empaquemos todas sus cosas.
—Dime que no...—Susurro, mirandolo con cansancio
—Tenemos órdenes de llevarla al castillo.
¡Mierda! Pongo las manos en mi sien y sin contestar ni hacer una mueca camino velozmente hacia mi habitación. Al llegar cierro la puerta con seguro, en la esquina de mi cama había tres valijas gigantes cerradas con mis cosas.
Todos los muebles estaban vacíos, suspiro y me meto en el baño, cuando llegó al frente del espejo me sorprendo.
Mi respiración parecía más como la de un toro, mis ojos estaban blancos completamente mientras siento como mis músculos estaban tensos y un tanto contracturados. Grito fuertemente con impotencia y comienzo a golpear y patear todo a mi alrededor.
<¡Cálmate!>
Pateó el retrete y lo quiebro, este comienza a liberar grandes chorros de agua para todo lados. Caigo al suelo cuando me patino con esta misma y cuando mi trasero choca contra el suelo tapo mis ojos y libero escandalosos llantos acompañados de incontrolables sollozos.
—¡Princesa!—Grita Drew derribando la puerta, corre en mi dirección y se pone de rodillas a mi lado mientras desesperadamente me examina con la mirada.—Inhale, exhale. Vamos, como lo practicamos.
Lo miro a los ojos, sin ni siquiera intentar lo que me pide. Mis ojos aterrorizantes completamente blancos lo miraron con tristeza. Él supo ante esa mirada que lo tenía controlado, sin embargo mis ojos seguían cambiados.
—Ptincesa... Sé que es duro para usted, pero sonría. La esperanza es lo último que se pierde—Pone una mano en mi espalda y la comienza a mover haciendo pequeños masajes
<Es un idiota. ¡No lo escuches! Solo intenta domarte>
Hecha una bolita siento que se acerca y me intenta abrazar, apoyo mi cabeza en su hombro y me acorruco en su regazo. Podía escuchar su rápida respiración.
—Cálmese, todos pasamos por momentos desesperantes y contemos errores.
<¡Te miente!>
—Abandoné a mi hermano, besé a mi enemigo, le hice ver cosas falsas a mi otro hermano, le di veneno a mi padre y mi madre me miente.—Sollozo
—Miré, la familia real siempre ha tomado malas decisiones, ha pasado por mucho y a la vez nada. Lo que pasará ahora no está comparado ni un poco con lo que sucedió anteriormente. Sin embargo, las anteriores cosas lastimaron demasiado a la familia. Si no estuvieron preparado para eso, no estarán para esto. Lo cual, le aconsejo que te unas a la familia. Que fortalezcan ese vínculo y así ser fuertes ante la nueva amenaza.
—Cuando estoy con ellos cometo estupideces, me comporto inmadura y ellos justamente no son tan pacientes. Me pongo muy impulsiva, ofensiva y quisquillosa. No pienso con claridad. ¡Me desespera!—Se separo de él y lo miró a los ojos—¡Me desespera demasiado no poder controlarme!
—Solo es la transición, la Reina también lo ha pasado solo que con ella hubo más muertes, golpes y catástrofes... Bueno, no digo que se detuvieran, pero... Ugh... Eh, mejor olvide lo último.
—¿Transición?
—Si, te conviertes en una Mclaren Williams. En la princesa que el mundo espera.