Encantada [#e4]

Capitulo 15

—Sabés que lo que haces está mal, amor. —Murmura Allen, mientras ajusto las sogas en su muñeca fuertemente—¡Aigh! ¿¡Qué Demonios tiene esas cadenas!?

Cadenas Demoníacas mojadas con agua bendita. Me había costado una locura conseguirlas sin que los guardias me jodan la vida con preguntas. Finalmente Drew me las entregó horrorizado y me prometió que sea lo que sea que sucediera iba a hacer lo que practicamos; inhalar y exhalar.

Los príncipes habían dicho que iban en unos minutos, dado que cuando ambos se fueron de mi habitación parece que pasaron por una habitación donde estaban las coronas y por el brillo, Travis y Austin quedaron pegados como sanguijuelas y no los podían sacar de la hipnosis con las joyas. Por lo cual, le dijieron a los guardias que espere unos minutos y venían por mi. Realmente no sabía que su debilidad era las joyas

—¡Mierda! ¡Mujer, me está quemando!—Gritó. Agradecí que las paredes y puertas sean especiales y soporten el ruido para que afuera -aún que tengan oído sobrenatural- no se oiga nada.—¡Amelie! ¡Afloja las putas cadenas al menos!

—¡Deja de insultar!—Exclamé exhausta —Uy, hombre, que eres insoportable.

Solo había pasado por él quince minutos y no había parado de gritar y quejarse. Estuvo inconsciente hasta que sintió el ardor de las cadenas y despertó del dolor. No sé si eso es posible pero en su caso si lo hizo.

—Me estás quemando la piel, perdón por decirte lo tan doloroso que es.—Murmura presionando su mandíbula fuertemente—¡Aigh!

—¡Qué ya he terminado de ponerlas! Deja que moverte que así será tu culpa si te lastimas

—¡Pero me duele!

Lo miré amenazante y él se cayó, detuvo sus bruscos movimiento. Y miró el suelo con la mandíbula apretada. Intentando pensar en cómo poder salir de allí, dado que a mí ya no puede manipularme para hacerlo.

—Eres una Swyddog.—Susurró—vine a decirte que los análisis que saqué de ti sangre ya finalizaron. Eres una Swyddog.—Volvió a repetir, sin ni siquiera mirarme a los ojos. Fruncí el ceño

—Aja, también soy una princesa de Disney.—Murmuró cruzándome de brazo, mientras se siento en mi cama.—Quizá sea Blancanieves, eso explica mi palidez.

Lo había encadenado a una silla en mi habitación, frente a la cama. Ya se estaba haciendo de noche y los gemelos aún no llegaban. Estaba impaciente, ¿Y si logra escapar? ¡Que vengan rápido!

—Escucha, hablo encerio eres una Swyddog.

<Si le preguntas que coñazo es Swyddog te juro que te mataré, Amelie>

—¿Qué es Swyddog?

Escucho cómo mi sombra bufa

Él me mira y sonríe sin contestarme.

—Tendrás que averiguarlo tú, amor. Pero cuidado, es peligroso que se lo preguntes a cualquiera

Golpean la puerta y rápidamente corro a abrirla, al ver que eran los gemelos saco únicamente mi cabeza por la puerta y los miro con el ceño fruncido

—¿Por qué a Matthew le sangre la cabeza y tiene un hematoma en el pómulo?—Pregunté antes que todo

—Tuve que golpearlo para que salga Austin de la hipnosis, larga historia. ¿Qué sucedió?

Me hago aún lado y los dejo pasar, ellos entran con desconfíanza mirando hacia todos lados pero al ver a mi prisionero abren mucho los ojos y quedan perplejos. Me había tomado el tiempo de hasta ponerle un moño en la chaqueta de Allen, un auténtico y original regalo sin duda alguna.

—¿¡Qué!?—Grita Dylan mirándome confundido—¿¡Qué!? ¿¡Cómo!? ¡NO, ES INJUSTO YO LLEVO QUINCE AÑOS BUSCÁNDOLO Y TÚ LO CAPTURAS AL TERCER DÍA!

—Tu hermana es fantástica atrapando a personas, a diferencia de ustedes, ineptos.—Allen le sonríe.

De repente su cara de vuelve totalmente pálida y comienza a toser constantemente mientras curva su espalda hacía adelante, sangre comienza a salir de su boca ahogandolo. Me cruzo de brazos

—Le di de mi sangre.—Informo—Para quedarme tranquila.

—¡No! ¡Mierda, no! —Matthew corre hacia él, hace que su cara miré para abajo y la sangre deja de ahogarlo, comienza a escupirla frenéticamente—¡Dylan llama a mamá!

Dylan corre hacia la salida, confundida frunzo el ceño. ¿No lo quieran matar? ¡a ver si nos coordinamos, chicos!

—Si lo asesinas tu maldición se activará.—Matthew me grita—¡Eres mitad loba! ¿De acuerdo? Si lo matas la maldición se activa y a no querrás transformarte cada luna llena, creelo.

—Crei que... Los lobos se convierten a los dieciséis.—Murmure confundida

—Al irte del castillo supimos que tenías algo de licántropia en tu ecosistema por qué Brad, el lobo de papá, lo aseguró. No podíamos permitir que te transformes y se revele que no eres una humana por lo cual Tia Johana puso un hechizo al cual la maldición licántropa se desactiva no a los dieciséis, sino que cuando asesines a alguien.—Explica brevemente.




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