Encantada [#e4]

Capitulo 23

Las calles eran una lío increíble, había fogatas en medio de los caminos y las casas estaban siendo allanadas, las personas se golpean entre sí mientras que los guardias intentan proteger el castillo a toda costa, nadie me ha visto y eso lo agradezco el ambiente está lleno de adrenalina que hace ciegas a las personas.

Cada golpe que recibe la gente, cada puerta allanada, cada lágrima, cada gritó, cada cosa que sucede a mi alrededor hace un gran peso sobre mis hombros. Siento mi cuerpo cansado y extrañamente odiado. Siento como si el aura violento de los seres me afectara, como si absorbiera esa mala vibra.

El castillo era la base del caos, apenas Fauna logró traernos perdimos en si la cabeza, me sentí agobiada con tan solo ver la guerra que se aproximaba en los muros, el fuego rodear las torres y las banderas del imperio ser destruidas.

Corrí como si alma lleva al diablo a dentro del castillo, esquivé a todo ser que se aproximaba y Mike se encargaba de que nadie se me acercara por obvias razones. Mientras lleve la bendita capa encima y mi rostro se cubra al completo como lo lleva haciendo hasta ahora estaba a salvó. 

—Creo que ví a Allen—Gritó Fauna detrás mío, mirando directamente a las escaleras.

Inmediatamente miro las escaleras y las veo completamente llenas; la gente peleaba en los escalones y la alfombra se teñia de rojo lentamente. Una silueta que se movía entre las personas haciendo zigzag llama mi atención; era Allen.

—¡Ahí está!—Grité, comencé a correr pero siento como algo se lanza sobre mí. Ruedo en el aire y mi cuerpo choca contra la pared, automáticamente mi pelo mitad negro mitad blanco se libra de la capa y mi rostro se descubre. Siento un completo dolor en mis huesos, creo que me fracture una costilla o algo por el estilo.

—¡Ame!—Gritó Fauna horrorizada, comenzando a luchar con un individuo que la amenazaba

¿Zaira?

—Convertiste el hogar de mi maldito hijo en un campo de batalla—La rubia me volvió a coger de las piernas, con fuerza brupta me lanza de nuevo por los aires, mi cuerpo rebota en el suelo.—¡Perra!

No-atacar-a-una-jodida-embarazada.

—¡Zaira! —Grité, mis manos se ponen al ancho de hombros y hago una flexión para poder levantar mi cuerpo—¡Estas embarazada, cálmate!

—¡Mi hijo no puede ser de la realeza, lo sé!—Gritó caminando hacia mi—¡Pero al menos fingirá serlo y estará conforme, no como tú, niñata desagradecida!

Me coge de los hombros nuevamente, me pone contra la pared. La miró a los ojos y siento la furia recorrerme. Sus ojos estaban increíblemente amarillos, tan exóticos y cautivadores como nunca antes, la ira que la envuelve es notoria y siento como me absorbe, su odio y su veneno mezclado entre sus palabras lastiman algo a lo que yo llamo corazón. El bulto en su estómago está más grande que la anterior vez que la ví, realmente parece una embarazada.

—¿Fingir?—Pregunté adolorida, tenía su rostro a centímetros del mío y me acorralaba contra la pared tan fuerte que mi espalda pedía misericordia—¡Si ese bebé es de la realeza!...—Frunzo el ceño, ella parece palidecer y su agarre se afloja notoriamente—¡Oh por Dios, ESE NIÑO NO ES DE MATTHEW!

—¡CÁLLATE!—Gritó, me dió un cachetazo y mi cuerpo se desmorona en el suelo. Siento mi cuerpo cansado, y totalmente adolorido, mis huesos ya no pueden soportar más.—¡Tienes que morir, no puedes decirle nada a Matthew!

Se arrodilló a lado mío, cuando iba a darme un último golpe en la cabeza, velozmente clavó la jeringa en su hombro. Ella grita a todo pulmón adolorida y cae de espaldas, dandome tiempo a ponerme de pie.

—¡No!—Grita, saca velozmente la jeringa y la lanza al suelo, con pánico observa como toda mi sangre ya se encontraba dentro de su organismo.—¡PERRA!

—¡Amelie, corre!—Mike gritó a lo lejos, dandome tiempo a reaccionar.

Cómo puedo corro hacia un pasillo y empiezo a hacer zigzag entre la multitud. Un dolor agobiante siento cuando de la nada el hueso de mi pierna suena y se tuerce, caigo al suelo nuevamente y gritó adolorida. Otro crujido suena, esta vez de la palma de mi mano; la mitad de esta se había elevado hacia arriba prácticamente rompiendo mis huesos.

«–No puedes asesinar a nadie, tu maldición licántropa se activará.»

Grito nuevamente, pasan los minutos y nadie se atreve a hacerse, el dolor es insoportable, siento cada hueso romperse lentamente.

Yo... Asesine a una embarazada...

«–La maldición licántropa se activará.»

Vuelvo a gritar, cuando ya no siento dolor mi cuerpo descansa en el suelo. Mi vista totalmente nublada y distinta viaja por mi alrededor, una ronda me rodeaba, todos los seres se habían detenido a ver mi estado actual; mi vista estaba distinta solo podía ver todo en color rojo, ya no había otro color detectado; y de repente ya no sentí ningún tipo de dolor.

Me pongo de pie lentamente, miro mi alrededor y puedo ver trozos de mi ropa. Inmediatamente me doy cuenta de lo que sucedía, bajo la cabeza a mirar mi cuerpo y noto como estaba en cuatro patas y mi cuerpo no era más que una forma lobuna.




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